El BCE evita un nuevo castigo contra la deuda de Portugal y España
Las primas de riesgo de los periféricos frenan sus ascensos gracias a la compra de bonos por parte del supervisor.- Salgado afirma que Lisboa no necesitará el rescate
El BCE ha evitado hoy la prórroga del castigo contra la deuda de Portugal y, por extensión, de la de España. Según han informado tres operadores a Bloomberg, el instituto emisor ha vuelto a sacar la chequera para comprar títulos del Tesoro portugués, lo que ha permitido aliviar los intereses que los inversores exigen a sus bonos. Gracias a la intervención, las primas de riesgo de estos dos países, el equivalente al sobreprecio que han de pagar para colocar su deuda frente a la alemana, de referencia, han frenado su repunte de primera hora. En las Bolsas, también se han moderado las pérdidas a partir del mediodía y, por primera vez en lo que va de año, el español Ibex 35 no ha sido el que más ha caído al cierre.
Italia y Bélgica cobran protagonismo y registran el mayor correctivo de la jornada
A las 18.00, la prima de Portugal bajaba 8 puntos básicos hasta los 414 tras tocar a primera hora los 430. En noviembre, coincidiendo con la caída de Irlanda, marcó un máximo en 459 puntos básicos. La intervención del BCE, que solo con afirmar que está comprando bonos ya logra aliviar las tensiones y habrá que esperar a la semana que viene para confirmar estos desembolsos, se ha dejado notar en la rentabilidad de sus bonos a 10 años, de referencia, que han pasado de intercambiarse al 7,3% a estabilizarse en torno al 7% al recuperarse algo la demanda. Este nivel fue el que disparó las alarmas sobre el rescate irlandés. No obstante, el caso de Portugal se diferencia del de Grecia, que mintió en sus estadísticas, o frente a Irlanda, que tiene un grave problema con sus bancos, en la inacción de su Gobierno contra el déficit y en sus bajas tasas de crecimiento.
En cuanto a España, que el jueves realizará la primera emisión de deuda de este ejercicio, la prima o riesgo país se situaba a la misma hora en 267 puntos básicos, 3 más que al cierre del viernes tras llegar a 270 al inicio de la sesión. A partir de la rentabilidad de sus bonos a 10 años, que ha marcado hoy un nuevo máximo de la década en el 5,550% y luego se ha moderado al 5,522%, se confirma que, aunque no se ha prorrogado la huida de inversores, al menos se ha moderado.
En las Bolsas, más rápidas en su reacción y siempre intentando adelantarse a lo que ocurrirá en el futuro, la persistente extensión de la crisis ha trasladado los problemas de Madrid o Lisboa a París y Milán. Ante este panorama, el español Ibex 35 por primera vez en lo que va de año no se ha comportado peor que sus colegas europeos. Al cierre, se ha dejado un 1,29% con los bancos, eso sí que no cambia, al frente de los descensos. Lisboa, por su parte, se ha dejado un 1,63%; París un 1,64% y Milán un 2,36%. Incluso el alemán Dax, cuyos bancos también se ven afectados por los problemas en el resto de países del euro, ha sufrido un recorte superior al 1% con un 1,16%. Londres, que juega en otra liga, la de la libra esterlina, ha cedido menos con un 0,43%. El euro, de su lado, ha seguido a la baja y tras llegar a tocar los 1,28 antes de la apertura, su nivel más bajo desde septiembre, se ha estabilizado en torno a los 1,29.
La jornada de hoy en los mercados secundarios de deuda se ha revelado como de transición en una semana clave en la evolución de la crisis. Tanto el Tesoro luso como el español, el italiano y el griego van a estrenar las emisiones de deuda de este 2011, que se realizan en otro mercado, el primario de deuda soberana. La fecha viene impuesta por los sucesivos vencimientos de deuda de los Estados, que utilizan las subastas para captar el dinero con el que pagar a los que en su día compraron sus bonos y mantener cierta liquidez en caja.
El resultado de la subasta de Portugal del miércoles, es decir, si logra alcanzar los objetivos de colocar entre 750 y 1.250 millones de euros y el precio que tendrá que pagar por ello, demostrará si tienen razón los analistas que apuestan a que el país tendrá que solicitar, tal y como pasó con Grecia o Irlanda, la ayuda de sus socios del euro para seguir pagando a los inversores que en su día compraron deuda lusa. Así, lo que suceda el miércoles debe dar una pista clave para saber si podrá seguir recurriendo al mercado para financiarse.
Pese a los crecientes rumores, la Comisión Europea ha negado hoy a través de su portavoz, Amadeu Altafaj, que se haya empezado a trabajar sobre un eventual rescate y ha instado a dejar de especular sobre este asunto. "No hemos previsto siquiera tener discusiones sobre tal eventualidad, sea Portugal u otro estado miembro", ha asegurado. En sentido contrario, Reuters insiste en que un alto ejecutivo de la eurozona afirma que Alemania y Francia están presionando a Lisboa para que acepte la ayuda con el objetivo de poner un cortafuego a la crisis y atajar su posible extensión a otros países que comparten la divisa europea. Algo que, a la vista está, no llego a suceder con el rescate de Irlanda. De momento, dentro de este efecto contagio, hoy se está incrementando la presión sobre Italia, cuya deuda a 10 años cotiza a su nivel más alto en dos años con un 4,8%. Bélgica, en vísperas de formar Gobierno y con el Rey pidiendo un nuevo presupuesto con más recortes de gasto, también está viendo aumentar los intereses exigidos para comprar su deuda en el mercado secundario -donde se negocian los bonos de los Estados una vez emitidos-. No obstante, pese a que sus bonos han sido hoy los más castigados junto a los italianos, el tipo de los títulos a 10 años de Bélgica en este mercado -que al final acaban trasladándose al precio de las subastas- se mantiene en cotas inferiores al resto con un 4,22%. Esto es, donde estaba España hace medio año.
"Francia y Alemania han indicado en el contexto del Eurogrupo que Portugal debería solicitar la ayuda más pronto que tarde", ha asegurado la fuente de Reuters, que añade que Finlandia y Holanda comparten esta opinión. Sin embargo, tal y como ha hecho durante el fin de semana, Berlín niega la mayor.
A contracorriente del mercado, la vicepresidenta segunda del Ejecutivo español, Elena Salgado, ha defendido que el Gobierno luso está en el camino para no tener que solicitar la puesta en marcha del plan de rescate de sus socios. "Desde España y desde el Gobierno español estamos en la confianza de que ese cumplimiento de los compromisos será reconocido y Portugal no necesitará ninguna ayuda externa", ha afirmado la también ministra de Economía en una entrevista a la Cadena Ser.
Los temores de que Lisboa no pueda hacer frente a sus compromisos de pago, hipótesis que cobró más fuerza tras el mal resultado de una pequeña emisión de letras a corto plazo de la semana pasada, alimentaron la salida de los inversores de sus títulos con fuerza durante el jueves y el viernes. Esta desbandada, que se traduce en que el Tesoro debe elevar la rentabilidad de su bonos, a su vez hace que le sea más difícil financiarse en los mercados de deuda soberana. Al mismo tiempo, al tener que destinar más dinero a pagar intereses le quedan menos recursos para otros fines como reducir déficit o estimular la economía, lo que retroalimenta las dudas. Tampoco ayuda la visión generalizada entre los analistas de que no ha tomado medidas de suficiente calado para enderezar sus cuentas desde que estalló la crisis antes de verano. Hoy, sus títulos de deuda han empezado a cotizar siguiendo la misma tendencia al alza, lo que ha vuelto a elevar la prima de riesgo de Portugal, aunque a media mañana la situación ha cambiado de signo y este indicador, el mejor termómetro de la confianza en las finanzas de un Estado, ha llegado a reducirse levemente. Pese a la mejora, sigue en niveles altos.
En el caso español, la necesidad de acudir al multimillonario fondo de rescate de la UE y el FMI, que en todo caso sería insuficiente con sus 750.000 millones para socorrerle, según los expertos, supondría un más que serio varapalo al conjunto de la eurozona y pondría en riesgo su supervivencia. La clave es que mientras los países que han sido rescatados hasta ahora como Grecia o Irlanda, o incluso Portugal en caso de que cayera por el mismo agujero, son relativamente pequeños frente al resto, España, la cuarta economía de la Unión Monetaria, es una auténtica pieza de caza mayor. Así, frente al 10% que representa el PIB español del total de la eurozona, el resto apenas suma un 6% en su conjunto. Según recuerdan los analistas, los principales retos para el Tesoro por la acumulación de vencimientos tendrán lugar el próximo abril y en agosto. Hasta primavera, según aseguran desde el Ministerio de Economía, el Estado tiene cubiertas sus necesidades de financiación.
Sobre este punto, Barclays afirma en un informe publicado hoy que aunque España sigue siendo el principal temor de los mercados de deuda por su tamaño, la capitalización de sus bancos y su calendario de emisión de deuda soberana son "manejables, siempre y cuando el Gobierno español se atenga a su programa de austeridad". Según sus cifras, hasta abril, tiene unas necesidades de refinanciación de deuda por 73.000 millones de euros contando también con los bancos españoles, muy expuestos a lo que suceda en Portugal ya que acumulan un tercio de la inversión extranjera en el país.
Semana de exámenes
- 11 de enero. Grecia espera obtener 1.500 millones con la emisión de letras a seis meses.
- 12 de enero. Portugal emitirá bonos a cinco y 10 años por los que espera obtener entre 750 y 1.250 millones de euros.
- 13 de enero. El Tesoro español realizará la subasta de bonos a cinco años, la primera del ejercicio, y la primera también desde que China confirmara su intención de seguir comprando deuda soberana española. Ese mismo día, también Italia prepara una emisión a medio y largo plazo.
El BCE compró bonos por 113 millones la pasada semana
El Banco Central Europeo (BCE) destinó la semana pasada -de relativa calma hasta el jueves- apenas 113 millones de euros a la adquisición de bonos de los países de la eurozona, lo que representa una reducción del 31% respecto a los siete días anteriores y el nivel de compras semanales más bajo desde octubre, lo que eleva a prácticamente 74.000 millones el volumen de bonos adquiridos por la institución desde el comienzo de este programa de compras.
En concreto, el BCE inició el pasado 10 de mayo la compra de bonos gubernamentales con la adquisición de 16.500 millones de deuda pública en los mercados secundarios, cantidad que había reducido progresivamente hasta prácticamente cero en el mes de octubre, pero que se había visto obligado a reactivar en las últimas semanas ante el recrudecimiento de la crisis de la deuda soberana de la periferia del euro.
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