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Series
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Dulces magnolias’, el culebrón feminista que retrata la amistad en las profundidades de EE UU

Protagonizada por JoAnna Garcia Swisher, Brooke Elliott y Heather Headley, la serie de Netflix basada en las novelas de Sherryl Woods va más allá de los estereotipos, mostrando las vidas de tres independientes mujeres sureñas

Brooke Elliott como Dana Sue Sullivan, Heather Headley como Helen Decatur y JoAnna Garcia Swisher como Maddie Townsend, en un momento de la segunda temporada de 'Dulces magnolias'.Foto: RICHARD DUCREE/NETFLIX | Vídeo: EPV
María Porcel

Todo es típico en Serenity. Todo lo hemos visto ya. Sus casas blancas de porches perfectos, su estupendo instituto, cuyo campo tiene la hierba recién cortada, su cafetería de batidos y hamburguesas. Pero en Serenity, ese idílico pueblo imaginario de Carolina del Sur donde transcurre la trama de la serie Dulces magnolias (Netflix) todo es también un poquito diferente. Porque en esos porches las escaleras están desencoladas, junto al instituto los parques están llenos de barro y columpios oxidados y se han derramado muchas lágrimas sobre los manteles de la cafetería. Pero, sobre todo, lo que lo diferencia son sus tres protagonistas, tres mujeres, Maggie (JoAnna Garcia Swisher), Dana Sue (Brooke Elliott) y Helen (Heather Headley) que consiguen convertir lo que podría ser una sencilla serie de sobremesa con la que echar una cabezadita en algo más que un culebrón.

Los espectadores han sabido captar el alma de estas tres mujeres y de la comunidad que, en Dulces magnolias y en Serenity, aglutinan a su alrededor. La plataforma Netflix también lo ha entendido y ha estrenado este 20 de julio su tercera temporada, después de que las dos primeras se colocaran entre el top 10 de series más vistas en sus lanzamientos. Así ha ocurrido de nuevo. Las magnolias (como se llama la tríada a sí misma desde la infancia) regresan ahora replanteándose su base: la de la amistad. Esta temporada gira en torno a conflictos con parejas, hijos, amigos, empleados... y también en torno a ellas tres y a su núcleo, que se verá afectado y al límite.

Dulces magnolias tiene recuerdos de Las chicas Gilmore, más por su escenario y sus tramas que por los ágiles diálogos que brillaban en la serie de los 2000 creada por el matrimonio Palladino. Pero aquí, en esta historia basada en las novelas de la popular Sherryl Woods (tiene 11 volúmenes centrados en Serenity, pero ya en la segunda temporada de la serie las tramas se desmarcaban de los libros), la sororidad está también muy presente. Las tres mujeres son el centro de la comunidad y rompen en buena parte con el estereotipo femenino y a veces aniñado que se les ha otorgado durante décadas en este tipo de producciones a las féminas del Estados Unidos rural. Aquí, tanto las actrices como sus personajes han cumplido hace tiempo los 40 años, son trabajadoras y propietarias de sus negocios (una dueña de un spa, la otra chef y propietaria de un restaurante, y la tercera, la abogada más prestigiosa del condado) y, aunque las tramas románticas se sitúan en el centro de la acción, no las definen ni las marcan. Dos de ellas tienen hijos y los crían sin (inicialmente; esto es una serie, todo cambia) maridos; la otra es soltera y no tiene descendencia. No son familias que sigan el estándar heteropatriarcal. Ellas prefieren charlar mientras toman margaritas. Pero se habla de todo: de amores, de rupturas, de abortos, de accidentes, de padres e hijos, de la muerte.

Las noches de margaritas entre amigas son una de las señas de identidad de la serie 'Dulces magnolias'. Aquí, sus tres protagonistas en el octavo capítulo de la tercera temporada, que Netflix estrena el 20 de julio de 2023.
Las noches de margaritas entre amigas son una de las señas de identidad de la serie 'Dulces magnolias'. Aquí, sus tres protagonistas en el octavo capítulo de la tercera temporada, que Netflix estrena el 20 de julio de 2023.COURTESY OF NETFLIX

Tampoco siguen un estándar clásico sus protagonistas. Una de ellas es de ascendencia latina (no en la serie, pero en la realidad Garcia Swisher es hija de padre cubano y madre de orígenes españoles), otra tiene un cuerpo y un peso que no suelen tener un hueco en la industria del audiovisual de Hollywood y la última es afroamericana. Sin embargo, nada de ello se menciona en sus conversaciones, ni siquiera está presente de forma activa en la serie. Simplemente, es. Y para una serie que refleja el sur de Estados Unidos, por mucho que sea en 2023, es bastante.

La tercera temporada de Dulces magnolias no será una gran sorpresa para el espectador que la siga; tampoco lo pretende. Quien la vea busca tramas entretenidas, un poquito de drama, una pizca de diversión, una pincelada de redención, unas gotas de tradición sureña con platos más que apetecibles, calles arboladas, fiestas populares y sobre todo con unas mujeres que buscan sacar adelante sus vidas y pretender que su legado sea un poco más rico, que suponga un paso adelante. Porque los culebrones de verano también tienen derecho a tener su propio legado y a crecer con los nuevos tiempos.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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