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‘Outlander’ se acerca a su final mientras escucha tambores de guerra

La serie afronta su séptima temporada, que se dividirá en dos partes y será el preludio de su última entrega. Ya está en preparación una precuela sobre la historia de amor de los padres del protagonista

Caitriona Balfe, en una imagen de la séptima temporada de 'Outlander'.
Natalia Marcos

Ya ha pasado casi una década desde que una enfermera de 1945 viajó a través del tiempo hasta la Escocia de 1743 y su destino quedó ligado al de un joven guerrero. En realidad, la historia de Claire y Jamie empezó en 1991, cuando Diana Gabaldon publicó Forastera, el primer libro de la saga. En 2014 se estrenó la serie en la que aquellos personajes cobraron vida con los rostros de Caitríona Balfe y Sam Heughan. Sus aventuras continúan ahora con una séptima temporada que se dividirá en dos partes (los ocho primeros capítulos se emiten semanalmente a partir del 17 de junio en Movistar Plus+ y los ocho restantes se verán en 2024) y que será el preludio de la octava y última entrega.

Tras una sexta temporada que se redujo a ocho episodios por dificultades relacionadas de la pandemia, la séptima entrega será extralarga, con 16 episodios en total, y será la que más páginas de las novelas abarque, con tramas del sexto, séptimo y octavo libros. La historia se encontrará a Claire en prisión y a Jamie tratando de dar con su esposa y hacer justicia con quienes se la han vuelto a arrebatar. Maril Davis, productora ejecutiva de la serie, contaba a EL PAÍS la semana pasada en una entrevista por videollamada los retos de esta tanda de episodios, que, según ella, está centrada en “la inevitabilidad de la guerra” y cómo esta afecta a las familias y a las próximas generaciones: “Tenemos que reflejar varios periodos de tiempo, para lo que tenemos que tomar distintos lugares y hacer que tengan diferentes aspectos. Logísticamente es un reto. También hay un montón de tramas diferentes y muchas no se tocan entre ellas”, repasa.

La historia de Outlander arrancó en 1945 en el presente y en 1743 en el pasado; entonces, la acción transcurría en Escocia y la batalla de Culloden era la gran amenaza para los protagonistas. Ahora, los personajes viven asentados en Carolina del Norte y la trama ha llevado a Jamie, Claire, su hija Brianna y el marido de esta, Roger, a las inmediaciones de la Guerra de Independencia de Estados Unidos (1775-1783). En este tiempo, en la serie no solo ha cambiado el fondo, también la forma. “La primera temporada tenía un aspecto más oscuro, la luz era diferente. Según han avanzado las temporadas, la luz ha cambiado. Diría que esta ha sido la más complicada porque hemos viajado mucho. También el equipo ha aprendido mucho sobre cómo aprovechar el material y sobre lo creativos que podemos ser en el set de rodaje”, explica la productora.

Sam Heughan, en una imagen de la séptima temporada de 'Outlander'.
Sam Heughan, en una imagen de la séptima temporada de 'Outlander'.

Los platós donde se rueda Outlander están a unos 20 minutos en coche desde Glasgow, y los exteriores se graban en diferentes localizaciones de Escocia. Sin embargo, la acción en la ficción hace tiempo que abandonó este país para trasladarse a Norteamérica, con lo que a las dificultades de un rodaje de época se suman las de grabar en un entorno tan diferente. “Diría que para grabar en áreas boscosas, donde tienen lugar las batallas, por ejemplo, no es tan difícil. Lo más complicado es todo lo relacionado con los edificios, porque en Escocia casi todo está construido en piedra, y no es como se hacía en Carolina del Norte. En general, creo que la serie hace un buen trabajo en la búsqueda de localizaciones. Y obviamente, tenemos un equipo de efectos visuales que nos ayuda”, dice Davis.

Otra de las evoluciones que ha sufrido la serie se plasma en la mayor involucración de sus dos actores protagonistas, también productores ejecutivos desde 2019. “Con ellos siempre hemos mantenido una política de puertas abiertas en cuanto a que podían venir a preguntarnos lo que fuera sobre los guiones o si querían hacer aportaciones creativas. Ahora ven los guiones un poco antes de lo que lo hacían en el pasado y vienen a las reuniones de producción, lo que es genial para ellos porque les da una idea de lo que pasa detrás de cámara”, dice Davis. “Creo que cuanto más transparente puedes hacer el proceso para todos en una serie, mejor. A veces se compartimenta demasiado y solo sabes lo que hace tu departamento. Es una de las cosas que me encantan de ser productora, que tienes una visión global de todos los departamentos”.

Quizá esta producción no acumule un arsenal de premios Emmy —ha estado nominada a cuatro en categorías como banda sonora, vestuario y diseño de producción—, pero sí puede presumir de tener unos seguidores fieles y apasionados como pocos. ¿Tanta entrega puede influir en las decisiones que toma el equipo? “Nos encanta que los fans estén contentos, pero siempre intentamos hacer lo mejor para la serie. Algunas cosas de los libros no las podemos trasladar a la serie por razones que a veces es complicado explicar. Además, cuando tenemos la reacción de los fans ya es demasiado tarde para recular”, explica Maril Davis. “Pero yo también soy fan de los libros, así que siempre me tomo como medida y pienso en cómo me siento sobre lo que hemos decidido”.

Richard Rankin y Sophie Skelton, como Roger y Brianna en la séptima temporada de 'Outlander'.
Richard Rankin y Sophie Skelton, como Roger y Brianna en la séptima temporada de 'Outlander'.

Una de las características de Outlander es su mirada femenina, tanto a las relaciones entre personajes como al sexo. Al fin y al cabo, la gran mayoría de los fans tanto de los libros como de la serie son mujeres, y Claire es la narradora tanto de las novelas como de la versión audiovisual. La séptima temporada refuerza esa mirada detrás de las cámaras: los seis primeros episodios están dirigidos por mujeres. Maril Davis considera que el mérito que tiene es que, en lugar de prevalecer el peso masculino, se ha logrado un equilibrio entre las perspectivas ofrecidas y el peso que tienen los personajes masculinos y femeninos en pantalla.

El anuncio de que la octava temporada será la última de Outlander confirma que el recorrido de Claire y Jamie terminará antes en la pantalla que en las páginas. Diana Gabaldon ha publicado hasta el momento nueve libros, y tiene previsto terminar su historia en el décimo tomo. Sin embargo, la serie concluirá con el argumento del octavo libro, Escrito con la sangre de mi corazón. Esa última entrega será un momento crítico para una serie que, con algunas licencias, ha seguido de forma bastante fiel lo narrado en las novelas. “Una vez que decidamos cómo vamos a terminar, hablaremos con Diana porque lo último que queremos es pisarle algo que pudiera querer para los libros o hacer algo con lo que no esté feliz”, explica la productora. Pero antes de eso, Davis trabaja ya, también como productora ejecutiva, en una precuela, que se titulará Outlander: Blood of my Blood y que contará la historia de amor de los padres de Jamie, Brian Fraser y Ellen MacKenzie. La nueva serie se encuentra en fase de guion bastante avanzada, pero la huelga de guionistas ha paralizado el proyecto.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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