Un proyecto deRenault

“Se percibe por el tacto, por el oído, se siente en los ojos cuando los seca... Llevo 25 años buscando el viento”

De Groenlandia a la Antártida, el navarro Ignacio Oficialdegui ha pisado los lugares más remotos en busca del viento. En ‘Luces largas’, este explorador viaja al Pirineo para relatar sus vivencias en lugares helados “donde te das cuenta de que no eres nada y en cualquier momento puedes apagarte”

Mariano Ahijado

El viento mueve a Ignacio Oficialdegui (Pamplona, 1967), elegido uno de los 50 exploradores más influyentes del mundo por el Explorers Club de Nueva York en 2022. Tanto su vida laboral –es un pionero de la energía eólica– como su tiempo libre –ha recorrido el interior de la Antártida sin motor– están a expensas de “algo invisible que me arrastra, algo que me transmite vida. Algo que se percibe a través del tacto, en el oído, algo que se siente en los ojos y que los seca… Llevo 25 años buscando el viento”, resume este explorador de formación y de nacimiento en esta pieza de Luces largas, el proyecto de Renault que muestra el recorrido y la proyección del talento español, mientras se calza las botas para arrancar a andar por un Pirineo navarro ya nevado.

Ya de niño, cuando le caía un mapa en las manos, salía por el monte a tratar de localizar ermitas. “Me escapaba a ver si era capaz de llegar a ellas. Ese sentimiento de exploración lo he tenido desde muy pequeño”, afirma abrigado por una lumbre encendida con madera de haya del valle del Roncal, en su casa de Uztárroz, adonde acude los fines de semana en cuanto ve que la previsión del tiempo anuncia nieve. Hay pocas cosas que le gusten más que estar rodeado de hielo y pisar sitios que no haya pisado nadie y que pueden estar en Navarra o el Polo Norte. Ese afán le llevó en 2000 al sur de Groenlandia, a un territorio sin cartografiar. Vio un anuncio en una revista especializada donde buscaban candidatos para emprender ese trabajo y allí se plantó. Esta isla de dominio danés cubierta de hielo en su mayoría ha comenzado a atraer turismo. Pero cuando Oficialdegui la holló era una aventura propia de un explorador, no de un visitante.

Los avatares de la vida, cuenta, le llevaron al mundo de la energía eólica en los años noventa. Recorría países en busca de lugares propicios para instalar aerogeneradores. Todavía se dedica a ello, ya como directivo en una gran compañía de energía, en Pamplona. Oficialdegui u Ofi, como le llama cariñosamente su mujer, Celina, mientras trajina por la casa –está preparando un caldo para los presentes–, dedica sus vacaciones a viajar con ella y sus tres hijos a países en los que ellos antes han vivido, como Ruanda, y a explorar con amigos lugares siempre blancos y fríos pero que le encienden para bien, como el Polo Norte o la Antártida.

“El interior de la Antártida es lo único imperturbado en la Tierra. Es el control, que dirían los científicos, de cómo es el planeta”, relata mientras conduce con divertimento por una carretera nevada. “Cuando estás rodeado solo de hielo hasta el infinito y te das cuenta de que la vida allí no es posible, pero tú estás, es como decir, bueno, esto es un lujo, ves que no eres nada, que en cualquier momento puedes hacer pum y apagarte”, describe. “Por otro lado te sientes parte de ello, y esto es algo que da una energía y un placer inmenso”, remata. La próxima expedición, mientras se confirma una de gran alcance, va a ser una salida desde bien temprano con Celina por el Pirineo navarro, por su casa.

CRÉDITOS:

Coordinación editorial: Juan Antonio Carbajo y Francis Pachá
Redacción y guion: Mariano Ahijado
Producción: Joana Domínguez
Realización y operador de dron: Yeray Martín Perdomo
Operadora de cámara: Álvaro López
Edición y color: Paula D. Molero
Sonido: Yago Cordero
Grafismo: Gabriel Contreras

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