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El cólera: la enfermedad oportunista que acecha a Malaui

El país enfrenta hoy el peor brote de la última década, con 10.507 casos confirmados y 308 muertes. El potencial pandémico de la enfermedad ha dejado sin atención médica a cientos de personas infectadas

Una niña enferma de cólera descansa cerca del centro de salud de Mtosa, en el distrito de Nkhotakota, Malaui. Este distrito es el que más muertes por cólera ha registrado desde el inicio del brote en marzo de 2022. Hasta ahora, se han detectado 1.044 casos y 47 muertes. Al fondo, el edificio improvisado para los pacientes enfermos de cólera.DIEGO MENJIBAR
Otro centro de salud muy afectado es el de Kapiri, en el mismo distrito. En la foto, una madre cuida a su hija en la unidad de pacientes severos. El cólera puede producir diarreas y vómitos que llevan a deshidratación. Si no se trata rápidamente, el paciente puede morir en cuestión de horas.DIEGO MENJIBAR
Emmanuel Chipokodzi, asistente médico del centro de salud de Mtosi, toma la tensión a una paciente enferma de cólera. Ayudada por su familia, esta mujer embarazada llegó hace 24 horas al centro de salud. Debido a su estado, Chipokodzi tiene dudas de si va a sobrevivir otro día.DIEGO MENJIBAR
Si se aplica rápidamente, el tratamiento para el cólera es muy sencillo. Se prefiere el líquido intravenoso de lactato de Ringer. Si no está disponible, se puede usar solución salina normal o solución de dextrosa. En el centro de salud de Mtosa no hay suministros de ningún tipo. En la foto, el asistente médico del centro de salud prepara el último suero disponible. DIEGO MENJIBAR
El cólera es extremadamente contagioso. Se transmite a través de las heces y se contrae al consumir alimentos o beber agua contaminados por la materia fecal. Eso puede ocurrir en ríos, alimentos no lavados o contaminados, manos sucias o, también, a través de moscas. Por eso hace dos días se colocaron mosquiteras para prevenir el contagio a través del insecto, ya que las letrinas se encuentran muy cerca de los enfermos.DIEGO MENJIBAR
La higiene es el principal enemigo del cólera. El lavado de manos y la desinfección de las superficies, así como de los alimentos, son acciones simples que previenen el contagio. Desde el comienzo del brote, se han detectado 8.977 casos y 274 muertes. “Los grupos de edad más afectados son los de 21 a 30 años, y los hombres se ven afectados de manera desproporcionada”, según la OMS.DIEGO MENJIBAR
Marion Péchayre, jefa de misión de Médicos Sin Fronteras de Malaui, explica los problemas que han encontrado en cuanto a la contaminación: “Las unidades de tratamiento del cólera de los centros de salud normalmente no están bien preparados para prevenir la contaminación, lo que significa que no hay una separación de pacientes, no hay baños específicos para pacientes con cólera y los centros están congestionados, lo que favorece la contaminación cruzada en los propios centros de salud”.DIEGO MENJIBAR
El agua contaminada es una de las principales causas de contagio. En la foto, Hosea Kombe Butare, un refugiado de la República Democrática del Congo, recoge agua del pozo frente a su casa, en el campo de refugiados de Dzaleka. “Sabemos que hay cólera en Malaui, pero no sabemos lo que pasará si llega a Dzaleka. Estamos asustados”, se lamenta.DIEGO MENJIBAR
Hosea Kombe y Mwamini Maombi, junto a su hijo Samuel y otros dos jóvenes, recogen agua del pozo frente a su casa, en el campo de refugiados de Dzaleka. A pesar de que cuatro miembros de su familia fueron vacunados en 2017, el periodo de inmunidad ha caducado y ahora se temen lo peor. “No hemos oído hablar de ninguna vacuna contra el cólera aquí en el campo”, cuenta Moambi.DIEGO MENJIBAR
Una caja con solución intravenosa para pacientes con cólera. Han llegado 25 botellas de 500ml al centro de salud de Mtosa, un foco de cólera nacional. Según el personal sanitario del lugar, un paciente necesita mínimo 3 litros diarios, pero dependiendo de la severidad de la enfermedad puede necesitar entre 6 y 10 litros. Los suministros, explican, no son suficientes para todos los pacientes que tienen.DIEGO MENJIBAR
Esta fotografía fue tomada en el campo de refugiados de Dzaleka y representa el peligro de la contaminación del agua en los brotes de cólera y su relación con el cambio climático. “Si se miran las metas de desarrollo sostenible a las que necesitamos llegar, con los impactos de los desastres, muy probablemente no las alcancemos de ninguna manera”, explica Lucy Mtilatila, directora del Departamento de Cambio Climático del Ministerio de Silvicultura y Recursos Naturales de Malaui.DIEGO MENJIBAR
Las largas distancias entre los centros de salud y las comunidades son el mayor problema de este brote de cólera sin precedentes en Malaui. Los enfermos no pueden llegar con rapidez y disponer del tratamiento, lo que agrava su situación y potencia el riesgo de muerte: el tiempo es un factor vital contra el cólera.DIEGO MENJIBAR