La lucha de Kenya, la trans que sobrevivió a un ataque mortal

México es el país con más transfeminicidios en el mundo después de Brasil, unas 80 cada año.

Kenya sobrevivió a un ataque porque al hombre que intentó matarla se le encasquilló el arma después de haber asesinado a su mejor amiga, Paola. Corría 2016 y ambas ejercían la prostitución en las calles en Ciudad de México. A pesar de que el suceso fue grabado y había numerosos testigos, el hombre quedó en libertad al día siguiente. Desde entonces, Kenya necesita protección policial diaria, y se ha convertido en activista luchando a tiempo completo por los derechos de las mujeres trans. En la imagen, el Día de los Muertos, visita el panteón donde yace su amiga, en Ciudad de México.

Tumba de Paola, asesinada a los 25 años.

Su verdugo sigue en libertad, en busca y captura después de una intensa batalla de su amiga Kenya contra la impunidad de este y otros crímenes contra las mujeres trans. Según la organización Letra Ese, entre 2013 y 2018, hubo 473 homicidios de personas LGTB+ en México, 261 de ellas fueron mujeres trans

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Kenya arregla las flores para una tumba de otra víctima trans.

Cuando una de ellas es asesinada en Ciudad de México, las autoridades contactan con Kenya. Ella se encarga de buscar a los familiares. En caso de que no existan o no quieran saber nada del asunto, dado que muchas de estas mujeres han sido rechazadas desde su infancia, la activista se encarga de reunir dinero para pagar todos los gastos generados para el velatorio y el entierro, así como de acompañar el cuerpo durante el proceso.

Kenya ha fundado una organización civil llamada Casa de las Muñecas Tiresias, y el primer albergue en la Ciudad de México para personas trans, el Hogar Paola Buenrostro, en honor a su amiga asesinada. En la imagen, una de sus colaboradoras en el coche fúnebre que usan para trasladar los féretros.

En la imagen está en el tanatorio velando un cuerpo en Ciudad de México. Kenya es conocida como “la mujer que entierra a trans”, pero no solo ayuda a este colectivo, sino que también se hace responsable de personas en situación de calle o inmigrantes sin familia ni recursos en el país. Ella se encarga de encontrar los medios para darles un entierro digno.

Kenya compra flores en la noche para un velatorio.

Esta mujer nació en un barrio conflictivo de la Ciudad de México, dejó atrás un hogar abusivo a la edad de nueve años. El mismo día que dejó su casa, comenzó su proceso de transición y a trabajar en las calles para poder sustentarse. A los 13 años contrajo VIH y, poco después, fue recluida en el módulo masculino de una prisión de la Ciudad de México por un problema relacionado con drogas. Allí pasó ocho años.

Kenya deja flores sobre las tumbas de las asesinadas.

Kenya y sus compañeras bloquean con un ataúd el tráfico en Periférico, una de las carreteras más transitadas de la capital de México. Los motivos: exigir avances por parte de la Comisión de Derechos Humanos por el caso de Paola, su compañera asesinada, y solicitar una reunión con la fiscal general para buscar soluciones ante el alto número de transfeminicidios en el país.

Kenya habla con los medios antes de manifestarse en una de las vías más importantes de la capital para dar visibilidad al gran número de feminicidios en la Ciudad de México.

Emocionada en el cementerio recordando a su compañera y a otras mujeres trans asesinadas. Día de los Muertos. Ciudad de México.

Limpiando una tumba. Ciudad de México.

Además de coordinar la asociación civil que creó (la Casa de las Muñecas Tiresias) y el primer albergue para mujeres trans de la ciudad de México, en sus pocos ratos libres, Kenya actúa haciendo 'lip sync' de sus artistas favoritas. Aquí en un evento para visibilizar a la comunidad trans.

Detalle dentro del coche fúnebre que usan en la asociación para el transporte de féretros. Ciudad de México.