Cómo protegerse durante una balacera en Zacatecas: el polémico curso de verano para niños
El organizador dice que lejos de normalizar la violencia, quieren proteger la vida de los menores ante el asedio del crimen organizado en el municipio de Fresnillo
Los niños de Fresnillo (Zacatecas) han cambiado las clases de deportes, danza y arte por la práctica de simulacros para saber cómo protegerse en una balacera. En plenas vacaciones de verano, una decena de niños de preescolar y primaria se tiran boca abajo en el piso y se cubren con ambas manos la cabeza mientras entonan una canción. “Canten, canten”, alientan algunas de las maestras que los acompañan, mientras un grupo de policías los observan desde el fondo de un salón. Se trata de un simulacro realizado como parte de un curso en una biblioteca de Fresnillo, la ciudad con la percepción de inseguridad más alta de todo México: 97% de los 240.000 habitantes de este municipio tienen miedo de salir a las calles debido al embate de violencia que persiste desde hace más de una década.
“Mis vacaciones en la biblioteca de Fresnillo”, curso de verano organizado por la Coordinación Municipal de Bibliotecas Públicas y la Dirección de Seguridad Pública local ofrece, además de este simulacro, otras inusuales tareas para enseñar a los niños a vivir en un ambiente hostil y marcado por enfrentamientos con miembros del crimen organizado. Por un lado, la obra de teatro “Rescatando a Tito Robertito”, donde los menores pueden aprender cómo prevenir un delito de secuestro.
A Simitrio Quezada, organizador de los cursos y titular de las bibliotecas públicas en el municipio, no le da miedo que digan que está normalizando la violencia con estos simulacros. “Asumimos el riesgo de la reprobación y de estos comentarios que están haciendo, de que es como aceptar que el gobierno no ha podido, porque para nosotros es más importante la vida de un niño o de una niña que el desprestigio o que lo que puedan decir”, dice en entrevista.
El sonido de balazos que se escuchan en los videos ampliamente difundidos en redes sociales en torno a los niños, se trata de pequeños aparatos de pirotecnia que se usan en estos ejercicios, mientras que se alienta a los profesores a que tranquilicen a los alumnos. Por otro lado, la puesta en escena es inmersiva. Los menores se disfrazan de personal de servicios periciales de la policía y se encargan de recolectar pistas para dar con el paradero de Robertito, quien es secuestrado con engaños mientras su madre se encuentra absorta en un chat en el celular. “Los niños van reconstruyendo el caso y dándole solución hasta lograr el rescate del niño y la captura del agresor”, señala Quezada.
Una tercera actividad incluye un paseo en patrulla, donde los oficiales explican a los menores cómo se hacen las rondas de seguridad y cómo se hace para buscar delincuentes en las calles. Los tiroteos cerca de bibliotecas y escuelas son cosa cotidiana en el Estado de Zacatecas. Tan solo hace un par de días, un grupo armado emboscó a miembros de la policía municipal, matando a uno e hiriendo a otros dos de gravedad.
Y son los niños los que peor la pasan en el cruce de balas entre uniformados y criminales. “Nos ha faltado apoyo del Gobierno federal para la estrategia de seguridad en esta zona de Zacatecas”, refiere Quezada. En las próximas semanas antes de que se retome el ciclo escolar y como parte de la campaña permanente, se seguirán haciendo actividades y simulacros para enseñar a los menores a protegerse en las 11 bibliotecas públicas del municipio y en jornadas itinerantes para las localidades rurales. “En estas bibliotecas no solo enseñamos lectura”, dice el coordinador de estas actividades.
No solo los alumnos de Fresnillo y del Estado de Zacatecas se han visto orillados a practicar simulacros de tiroteos. Desde 2011, un video viral de una maestra de un preescolar en Monterrey que pide a sus alumnos cantar durante el fuego entre policías y narcotraficantes, varias escuelas públicas y privadas han decidido enseñar a los alumnos cómo reaccionar. No obstante, para algunos psicólogos y pedagogos, este tipo de simulacros pueden generar miedos y traumas, sobre todo en los más pequeños.
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