Bruselas propone movilizar hasta 800.000 millones de euros para su plan de rearme europeo
La Comisión Europea plantea un nuevo canal de deuda común con 150.000 millones de euros para compras conjuntas, grandes proyectos y el apoyo de los Estados miembros a Ucrania

“Estamos en una era de rearme”, ha lanzado, tajante, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, este martes. La conservadora alemana ha presentado las líneas maestras de su plan de rearme multimillonario para la UE, diseñado para aumentar el gasto en defensa en tiempos de máxima incertidumbre internacional. Se trata de un paquete de medidas que se nutrirá de fondos europeos y, sobre todo, de gasto nacional que aspira a movilizar hasta 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años; de ellos, 150.000 millones en préstamos a las capitales. El plan, que abre por primera vez la vía para usar deuda común para gasto militar, llega en un momento crucial para Europa, en pleno desgarro con su socio histórico, Estados Unidos, por la política de Donald Trump y su acercamiento a la Rusia de Vladímir Putin y cuando Washington ha decidido congelar la ayuda militar para Ucrania, esencial para combatir al invasor ruso.
“Es el momento de Europa y estamos dispuestos a dar un paso adelante”, ha remarcado Von der Leyen en una breve comparecencia en Bruselas, en la que ha incidido en que el nuevo plan tiene como objetivo ayudar a los países a ensanchar su gasto militar y, a la vez, que puedan aumentar sus envíos de material de defensa a Ucrania. No obstante, pese al gran anuncio económico, el paquete incluye menos dinero fresco (por ahora unos 150.000 millones en préstamos) que espacio fiscal para que los Estados miembros gasten en elementos militares, con lo que el salto cuántico aún depende de que las capitales se lancen a invertir; y no todos tienen las cuentas saneadas. De ese paso, de esa apuesta de inversión, dependerá en gran medida que se llegue a la meta de 800.000 millones de euros. Algunos Estados miembros, como Polonia, el socio que más invierte en Defensa (más de un 4% de su PIB) ya han remarcado que el plan es un buen inicio pero que sería más conveniente que se basara en subvenciones y no en préstamos.
La jefa del Ejecutivo comunitario ha desgranado algunos detalles de ese plan de rearme en una carta que ha enviado este martes a los líderes de los 27 Estados miembros de la UE. Los mandatarios debatirán más a fondo las propuestas en la cumbre europea extraordinaria del jueves en Bruselas, una reunión convocada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, dado el contexto internacional, con el tablero geopolítico en ebullición, para hablar sobre Ucrania y sobre defensa. Con Trump en la Casa Blanca, que ha amenazado con retirar el paraguas de seguridad estadounidense de Europa, la UE busca movilizar miles de millones de euros. Se espera que en esa cita, los Veintisiete indiquen el camino a seguir a la Comisión. El gran plan de rearme, con su crisol de medidas, aún debe recibir la aprobación de los Estados miembros.
La propuesta (Rearm Europe) incluye varios canales. El primero y más jugoso es la creación de un nuevo “instrumento financiero” para proporcionar préstamos a los Estados miembros —respaldados por el presupuesto europeo— con una dotación de hasta 150.000 millones de euros, como adelantó EL PAÍS. Esa financiación es, en definitiva, deuda común. Fuentes comunitarias apuntan que se puede usar el argumento político de que quedaron por emitir entre 93.000 y 100.000 millones de euros en préstamos del fondo de recuperación de la pandemia de covid-19 (Next Generation) y que ese espacio aprobado está disponible, aunque formalmente no se reoriente esa cantidad directamente al nuevo instrumento por motivos legales. Y ese paquete de deuda común podría tener algún añadido más.
Esa financiación podrá usarse para compras conjuntas — defensa aérea y antimisiles, sistemas de artillería, misiles y municiones, drones y sistemas antidrones, inteligencia artificial y guerra electrónica— y para apuntalar grandes proyectos paneuropeos. Todo, dice Von der Leyen, “en consonancia con la OTAN”, a la que pertenecen 23 de los 27 Estados miembros. Además, sostiene la Comisión, el impacto de este nuevo instrumento se podría incrementar aún más mediante esas compras conjuntas. “[Eso] garantizaría la interoperabilidad y la previsibilidad, reduciría los costes y crearía la escala necesaria para fortalecer nuestra base industrial de defensa europea”, dice la jefa del Ejecutivo comunitario.
La Comisión propone también a las capitales que revisen la política de cohesión para determinar si quieren reutilizar algunos de esos fondos estructurales en programas relacionados con la defensa, e incluso “eliminar las restricciones existentes para el apoyo a las grandes empresas del sector”. Otra vía son las líneas de financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI), dirigido por la española Nadia Calviño, y movilizar inversiones privadas.
Sin embargo, el grueso del plan de Von der Leyen depende de la intención y capacidad de gasto de los Estados miembros. Algo que es aún muy nebuloso. La alemana propondrá activar la cláusula de escape fiscal, que podría permitir a los países usar sus presupuestos adicionales para gastar 650.000 millones de euros durante cuatro años —sin enfrentarse a sanciones presupuestarias por infringir el pacto de estabilidad— si aumentan su gasto en defensa un 1,5% del PIB. Eso permitiría también que los países tuvieran más ayuda para cumplir y superar el compromiso actual de gasto en defensa acordado en la OTAN, que actualmente está en un 2% y que, con las exigencias de Trump, que ha llegado a exigir un 5% de inversión del PIB, se debate incrementar hasta el 3,5% para la próxima cumbre de la Alianza en La Haya, en junio.
De hecho, es posible que el plan sepa a poco dado el contexto internacional y la urgencia. Bruselas ha afirmado que son necesarios unos 500.000 millones de euros en financiación adicional en la próxima década. Sin embargo, otras voces, como la del presidente francés, Emmanuel Macron, ha afirmado que son necesarios al menos 200.000 a corto plazo. El laboratorio de ideas Bruegel ha elaborado un estudio en el que estima que para cubrir las capacidades de disuasión que hoy mantiene EEUU en el flanco Este de la UE, que Trump ha amagado con reducir e incluso con retirar, harán falta unos 250.000 millones al año durante el próximo lustro.
“Es positivo que ahora estemos hablando seriamente de aumentar el gasto en defensa en áreas de magnitud significativa. Sin embargo, es necesario hacer mucho más”, remarca Fabian Zuleeg, economista jefe del laboratorio de ideas European Policy Centre (EPC). “Cambiar las reglas fiscales debería ser una cuestión de sentido común, pero no conducirá a un aumento del gasto, ya que la mayoría de los países (o todos ellos) tienen limitaciones fiscales. El uso de los instrumentos, los flujos de financiación y los mecanismos existentes es bienvenido, pero sólo tendrá un efecto limitado”, sostiene por correo electrónico el experto. “Estamos avanzando en la dirección correcta, pero habrá que hacer mucho más, partiendo del supuesto de que Estados Unidos no estará dispuesto a proporcionar ningún apoyo a Ucrania. También tenemos que encontrar nuevas formas de garantizar que Ucrania pueda gastar más dinero en su defensa; seguirá estando en primera línea durante muchos años y necesita estar preparada para la guerra incluso si se detiene temporalmente la agresión de Rusia”, añade.
Cómo funciona la cláusula de escape fiscal con la que Bruselas quiere movilizar miles de millones para gasto militar
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dejado claro que la gran apuesta para aumentar el gasto en Defensa pasa por que los Estados gasten de su propio presupuesto. Y para eso, la presidenta de la Comisión ha concretado cómo piensa suspender las reglas fiscales para que las finanzas nacionales no tengan corsés presupuestarios que les constriñan. Ha apuntado a la cláusula de escape nacional, una de las dos modalidades que prevé el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para suspenderlo en situaciones extraordinarias o sobrevenidas; la otra es general para el conjunto de la UE.
Para recurrir a esto, los Estados tienen que pedirle a Bruselas que haga esta excepción y, entonces, la Comisión no activará el procedimiento de déficit excesivo. Esto se traduce en que cuando un Estado supere el 3% de déficit por disparar su gasto militar, no entrará en ese procedimiento que se abre cuando los países tiene números rojos por encima de ese límite consagrado en los tratados.
Según Von der Leyen, si con este paso los Estados aumentan su partida bélica en una cantidad media equivalente al 1,5% del PIB, Europa gastará 650.000 millones más en los próximos cuatro años.
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