Por qué la potente Israel no vio venir el ataque de Hamás

Los analistas explican el éxito de la operación sorpresa de las milicias de Gaza en la confianza israelí y en la falta de información de inteligencia y de preparación en plena festividad judía

Vehículos blindados israelíes se dirigían el domingo a la frontera con Gaza, en una carretera de la ciudad de Sderot.ATEF SAFADI (EFE)
Jerusalén -

En 1973, cuando los países árabes atacaron Israel por sorpresa durante una festividad judía (Yom Kipur), al igual que hicieron el sábado las milicias de Gaza aprovechando el fin de Sucot, se desmoronó en pocos días la denominada conseptsia, el consenso entre los servicios de inteligencia de que los vecinos no lanzarían una guerra contra Israel porque la sabían perdida de antemano. Seis años antes, el Estado judío había entra...

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En 1973, cuando los países árabes atacaron Israel por sorpresa durante una festividad judía (Yom Kipur), al igual que hicieron el sábado las milicias de Gaza aprovechando el fin de Sucot, se desmoronó en pocos días la denominada conseptsia, el consenso entre los servicios de inteligencia de que los vecinos no lanzarían una guerra contra Israel porque la sabían perdida de antemano. Seis años antes, el Estado judío había entrado en una actitud de euforia tras derrotarlos en apenas seis días, tomando Gaza y el Sinaí, a Egipto; Jerusalén Este y Cisjordania, a Jordania; y los Altos del Golán, a Siria. Las fuerzas egipcias superaron además a velocidad récord la famosa Línea Bar Lev, una serie de fortificaciones al este del canal de Suez considerada hasta entonces inexpugnable.

Israel estuvo relativamente cerca de la derrota, hasta que Estados Unidos le envió 93 aviones de combate y 26.000 toneladas de equipamiento, dos días después de que la entonces primera ministra, Golda Meir, definiese el panorama en el campo de batalla como “absolutamente terrible”.

El sábado, justo cuando se cumplían 50 años y un día de aquello, se desmoronó otra conseptsia en el Estado judío: que la barrera en la frontera con Gaza ―en la que ha invertido miles de millones de euros y cuenta con sofisticados sistemas de vigilancia― también era prácticamente infranqueable. Que el control de las comunicaciones y la red de informadores sobre el terreno le permitiría anticipar un ataque de tal envergadura, y que, sea el día del año que sea, el ejército israelí es uno de los más poderosos del mundo. Pero, sobre todo, que Hamás ―el movimiento islamista que no reconoce al Estado judío y gobierna Gaza desde 2007― estaba más interesado en mantener la estabilidad en la empobrecida Franja y en preservar los 18.000 permisos de trabajo en Israel para palestinos que en enfrascarse en una nueva escalada de violencia, por el efecto disuasorio de la previsible respuesta.

“Hamás logró engañar a Israel, con una estrategia de distracción durante meses, en los que estaba preparando la operación”, asegura Uzi Rabi, director del Centro Moshe Dayán del Centro de Estudios de Oriente Medio y África de la Universidad de Tel Aviv, que define lo sucedido como un “fiasco” estratégico-militar. “Es tanto un triunfo de Hamás como un fracaso de Israel. Son números [de muertos y secuestrados] que nunca se habían dado. El 7 de octubre de 2023 va a ser una fecha tan importante históricamente como el 6 de octubre de 1973″, agrega.

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Los muertos en Israel son al menos 700 y los secuestrados se calculan en decenas, en la primera vez que el enemigo penetra en su territorio desde la guerra que siguió a su creación, en 1948. Todavía había milicianos en suelo israelí, señaló la tarde del domingo el portavoz militar, Daniel Hagari.

¿Cómo Israel, con sus medios militares humanos y tecnológicos y con informadores en una Gaza bloqueada desde hace más de una década, no pudo prever una acción preparada durante meses? “Ha sido un gran fracaso de los servicios de inteligencia y de preparación, pero también un problema de concepto: dar por hecho que Hamás no quería una escalada”, opina Rabi.

El teniente coronel en la reserva Kobi Lavie, exjefe de la rama de asuntos palestinos en el organismo del Ministerio de Defensa israelí que gestiona las cuestiones civiles de Gaza y Cisjordania (COGAT), en el que fue además responsable de los servicios de inteligencia, difiere. “Es imposible organizar una operación de esta envergadura en Gaza sin que Israel lo sepa. La información de inteligencia existía. Lo que ha fallado es la comprensión de esa información. Hace tres o cuatro meses que se viene hablando de una guerra. Pero es imposible para cualquier ejército estar preparado permanentemente para algo que no se sabe cuándo sucederá”.

Una foto distribuida por la oficina de prensa del Gobierno israelí muestra al primer ministro, Benjamín Netanyahu (izquierda), durante una reunión de evaluación de la situación en Tel Aviv, el domingo.AMOS BEN-GERSHOM/GPO HANDOUT (EFE)

Lavie pone como ejemplo el escudo contra cohetes Cúpula de Hierro, cuyas baterías se despliegan en función de la percepción de peligro. En apenas unas horas, las milicias de Gaza lanzaron una cifra inédita de cohetes: 3.000, según el ejército israelí; 7.000, según Hamás.

Era, sobre todo, una maniobra de distracción para el verdadero objetivo: entrar en Israel. Los milicianos atacaron primero los puestos militares en la barrera fronteriza, lo que dio pie a imágenes tan inéditas como que una excavadora abriese una grieta en la misma. Los palestinos tienen prohibido acercarse, como sucedió en las denominadas Marchas del Retorno de 2018 y 2019, en las que tiradores del ejército israelí mataron a más de 300 palestinos en protestas multitudinarias frente a la valla. Aprovecharon también huecos en la barrera, la sobrevolaron con parapentes o entraron a través del mar Mediterráneo, vigilado a pocos kilómetros por la Marina. Ya en Israel, avanzaron matando y secuestrando civiles, policías y soldados, grabando vídeos, caminando y coreando consignas sin apenas encontrar resistencia, como si no estuviesen en uno de los países del mundo con mayor gasto militar per cápita.

“Desde el punto de vista militar, había un enfoque similar al de 1973, pese a las diferencias. Y era que Hamás no quería alterar el statu quo, salvo generar un poco de lío para [forzar a] Qatar [a aumentar su apoyo económico], pero que no preparaba nada grande”, señala Lavie. “No tengo dudas de que el propio Hamás se ha sorprendido de la facilidad con la que pudo entrar”, añade.

Está, además, la reforma judicial. Es el elefante en la habitación, que pocos mencionan en un momento de unidad nacional en el que los jefes de los dos principales partidos de oposición, Yair Lapid y Benny Gantz, críticos con la reforma, han propuesto al primer ministro, Benjamín Netanyahu, formar un Gobierno de emergencia ante la guerra que se avecina. Mandos militares y exresponsables de los servicios de inteligencia llevaban meses advirtiendo de la fragilidad que perciben los enemigos de Israel en el profundo cisma político y social que ha desatado el polémico proyecto. No solo por la división y por las manifestaciones semanales multitudinarias desde enero, sino también por el rechazo de reservistas a servir.

El propio líder de la milicia chií libanesa Hezbolá, Hassan Nasrala, lo puso en palabras en julio, cuando el Parlamento aprobó la primera ley clave de la reforma. “La sociedad israelí ―que creía que su ejército no será derrotado y que su Estado debe extenderse desde el Nilo hasta el Éufrates, y que Israel es una potencia regional― ha empezado a deteriorarse, en términos de fe, conciencia y confianza en sí misma. Es lo que la pone de camino a su derrumbe, fragmentación y, ojalá, desaparición”, dijo en un discurso televisado. Amit Segal, uno de los principales comentaristas políticos israelíes, tuiteaba el sábado: “Nos olvidamos de ser hermanos y recibimos una guerra”.

Humillada por cientos de hombres encerrados en 365 kilómetros cuadrados, Israel se enfoca ahora en una respuesta “que continuará sin limitaciones ni descanso hasta que se logren los objetivos”, en palabras de Netanyahu. “Habrá un momento para las preguntas difíciles y una investigación dura, pero ahora estamos en guerra”, señaló el domingo Hagari, el portavoz del ejército. En 1973, una comisión denominada Agranat examinó los errores que facilitaron el ataque en pinza de Siria y Egipto al inicio de la guerra del Yom Kipur. Cuando se conocieron sus primeras conclusiones, Golda Meir dimitió.

Un palestino llora ante el cuerpo de su sobrino muerto en el hospital Al-Shifa después de un ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza, el lunes.MOHAMMED SABER (EPA / EFE)
Ciudadanos de Gaza observaban el lunes los destrozos por un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Al-Shati.Ahmad Hasaballah (Getty Images)
Tres soldados israelíes tomaban posiciones junto a la frontera con Gaza el lunes.JACK GUEZ (AFP)
Familiares lloran durante el funeral del soldado israelí Yuval Ben Yaakov, fallecido durante combates con milicianos de Hamás, este lunes en Kfar Menahem, al sur de Israel.ABIR SULTAN (EFE)
Residentes de Gaza observan los destrozos causados por los bombardeos israelíes, este lunes.MAHMUD HAMS (AFP)
El cuerpo de una niña palestina, que murió en los ataques isralíes, es trasladada a la morgue del hospital Al-Shifa de Gaza, este lunes.Ashraf Amra (Anadolu Agency / Getty)
Palestinos trasladan un cadáver tras un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, este lunes.STRINGER (REUTERS)
Columna de humo sobre Gaza tras un ataque israelí, este lunes. MAHMUD HAMS (AFP)
Soldados israelíes preparan un tanque en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, este lunes. Ilia Yefimovich (dpa / picture alliance / Getty)
Civiles israelíes son evacuados de una zona afectada por un cohete lanzado desde la Franja de Gaza, este lunes. Ohad Zwigenberg (AP)
El sistema antimisiles Cúpula de Hierro de Israel intercepta cohetes lanzados desde la Franja de Gaza, visto desde la ciudad de Ashkelón (Israel), este lunes.AMIR COHEN (REUTERS)
Un niño palestino herido llora tras un ataque aéreo israelí sobre el campo de refugiados de Shati, en la Franja de Gaza, este lunes.Ali Jadallah (Anadolu Agency / Getty)
Personal de rescate buscan supervivientes en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza, tras un ataque israelí.STRINGER (REUTERS)
Palestinos inspeccionan los daños tras los ataques israelíes, tras un ataque sorpresa de Hamás, en el campamento de refugiados de Beach, en la ciudad de Gaza, este lunes.MOHAMMED SALEM (REUTERS)
Una mujer llora ante el cuerpo de familiar muerto, durante los enfrentamientos con las tropas israelíes cerca de la ciudad de Nablus, en su funeral en Jenin (Cisjordania). Majdi Mohammed (AP / LAPRESSE)
Un israelí observaba desde la ventana de un edificio alcanzado por un misil de Hamás, este lunes en Ashkelón.AMIR COHEN (REUTERS)
Palestinos rescatan objetos de un edificio colapsado tras un ataque israelí el domingo en Gaza.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)
Militantes palestinos disparan una salva de cohetes desde la ciudad de Gaza hacia Israel.MOHAMMED ABED (AFP)
Un ciudadano palestino, sentado, observa los daños causados por ataques aéreos isaraelíesAhmad Hasaballah (Getty Images)
El fuego y el humo se elevan tras un ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza, este domingo.Fatima Shbair (AP)
Coches israelíes quemados en la carretera principal junto a la ciudad de Sderot.ATEF SAFADI (EFE)
Un soldado israelí da instrucciones a los vehículos blindados que se dirigen hacia la frontera sur con la franja de Gaza.Amir Levy (Getty Images)
Un manifestante palestino lanza piedras contra soldados israelíes durante los enfrentamientos en la ciudad de Ramallah, Cisjordania.JAAFAR ASHTIYEH (AFP)
Una palestino intenta rescatar el cadáver de una persona atrapada entre los escombros de un edificio destruido tras un bombardeo israelí en Khan Yunis, este domingo.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
Una unidad de artillería israelí dispara cerca de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, este domingo. AMIR COHEN (REUTERS)
Bombardeo israelí sobre un edificio en Gaza, este domingo. Hatem Moussa (AP)
Un miembro de las fuerzas de seguridad israelíes vigilaba este domingo a un prisionero palestino en la frontera con Gaza, cerca de la ciudad de Ashkelón, en el sur de Israel.JACK GUEZ (AFP)
Dos personas permanecen sentadas junto a los escombros de la torre Al Watan, en la ciudad de Gaza, destruida tras un ataque israelí, este domingo. MOHAMMED SABER (EFE)
Varios palestinos entre los escombros de un edificio derrumbado tras un ataque israelí, este domingo en Gaza. MOHAMMED SABER (EFE)
Ciudadanos israelíes inspeccionaban este domingo en Tel Aviv los daños causados en varios edificios por los misiles lanzados desde la franja de Gaza. Oded Balilty (AP)
Niños palestinos sacaban este domingo libros religiosos de una mezquita destruida tras un ataque aéreo israelí en Jan Yunis.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)
Dos bomberos trabajaban este domingo entre los escombros de un edificio bombardeado por el Ejército israelí en Gaza. MOHAMMED ABED (AFP)
Varios cadáveres de víctimas de los ataques aéreos israelíes, en un pasillo de un hospital de la ciudad de Gaza, este domingo. MOHAMMED ABED (AFP)
Trabajadores de emergencias y voluntarios buscaban supervivientes entre los escombros de un edificio bombardeado por Israel este domingo en Jan Yunis, en la franja de Gaza.IBRAHEEM ABU MUSTAFA (REUTERS)
Escombros de un edificio destruido tras un ataque israelí en la ciudad de Gaza, este domingo. MAHMUD HAMS (AFP)
Cohetes disparados por militantes palestinos desde la ciudad de Gaza eran interceptados por el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro, en la madrugada del domingo. AMIR COHEN (REUTERS)
Varias personas en el interior de un refugio en Tel Aviv, en la madrugada del domingo. Amir Levy (Getty Images)
Un edificio sufría el impacto de un misil israelí en Gaza, en la madrugada del domingo. Europa Press/Contacto/Bashar Tal (Europa Press/Contacto/Bashar Tal)
Varios cadáveres tendidos en la calzada de una carretera en Sderot (Israel), el sábado, tras el ataque de milicianos de Hamás. AMMAR AWAD (REUTERS)
Soldados israelíes pasaban junto al cadáver de un civil tiroteado en su vehículo en la ciudad de Sderot, el sábado.Ohad Zwigenberg (AP)
Una columna de humo se elevaba sobre algunos edificios atacados por Israel en Gaza, el sábado.MAHMUD HAMS (AFP)
Un civil israelí era trasladado a Gaza en un carrito de golf por milicianos palestinos que lo capturaron en el sur de Israel, el sábado.- (AFP)
Un perro en el interior de un vehículo atacado por milicianos palestinos en una carretera en la ciudad israelí de Sderot, el sábado.AMMAR AWAD (REUTERS)
Varios soldados israelíes, junto a los cadáveres de civiles asesinados en las calles de Sderot (Israel), este sábado. Ohad Zwigenberg (AP)
Un hombre caminaba junto a los escombros de un edificio destruido en Gaza tras el ataque del Ejército israelí, el sábado. Fatima Shbair (AP)
Una mujer israelí era trasladada el sábado en moto por Gaza, tras ser secuestrada por milicianos palestinos en el kibutz de Kfar Azza. Hatem Ali (AP)
Una mujer israelí lloraba el sábado junto al cadáver de una persona que fue tiroteada mientras iba en motocicleta en una calle de Sderot.Baz Ratner (AP)
Un niño palestino, junto a un vehículo israelí en llamas que hombres armados palestinos llevaron a Gaza tras infiltrarse en zonas del sur de Israel, el sábado. STRINGER (REUTERS)
Un policía israelí cubría el sábado a un atacante palestino caído cerca de la franja de Gaza, en las afueras de Ashkelón (Israel). Associated Press/LaPresse (APN)
Un grupo de palestinos trasladaba el cuerpo de un joven israelí asesinado en la frontera sur entre Israel y Gaza, el sábado. STRINGER (REUTERS)
Un bombero apagaba el sábado las llamas de varios vehículos tras el ataque con misiles palestinos en la ciudad de Ashkelón (Israel). Tsafrir Abayov (AP)
Un cohete palestino era lanzado desde Gaza contra Israel, el sábado. MOHAMMED SALEM (REUTERS)
Un hombre huía de las llamas de varios coches incendiados tras el ataque con misiles palestinos, el sábado en la ciudad israelí de Ashkelón. AMIR COHEN (REUTERS)
Varios vecinos de la localidad israelí de Ashkelón observaban el sábado los daños causados en sus viviendas tras el ataque desde la franja de Gaza. AMIR COHEN (REUTERS)
Un bombero apagaba las llamas de varios vehículos tras el ataque palestino en la ciudad israelí de Ashkelón, el sábado. AMIR COHEN (REUTERS)
Un edificio de viviendas en llamas en la ciudad de Tel Aviv, tras el ataque palestino del sábado. ITAI RON (REUTERS)
Dos policías sacaban el sábado a una mujer y una niña de una zona afectada por el lanzamiento de un misil palestino en la ciudad de Ashkelón.Tsafrir Abayov (AP)
Un edificio en llamas tras ser alcanzado por un misil palestino en la localidad de Gedera (Israel), el sábado. ABIR SULTAN (EFE)
Personal de seguridad trasladaba el sábado a una persona herida tras el ataque de las milicias palestinas en la ciudad israelí de Ashkelón. Oren Ziv (AP)
Una mujer inspeccionaba el sábado los daños causados en su vivienda en la localidad israelí de Ashkelón, tras el ataque con misiles desde la franja de Gaza. AMIR COHEN (REUTERS)
Vecinos de la ciudad israelí de Ashkelón, en la calle tras el ataque con misiles desde la franja de Gaza, el sábado. AMIR COHEN (REUTERS)
Cohetes lanzados desde de la ciudad de Gaza a Israel, el sábado. SAID KHATIB (AFP)

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