Turquía se esfuerza por encontrar supervivientes del terremoto: “Las primeras 72 horas son de importancia crítica”

“No quiero hablar, mi familia ya no existe”, asegura desde la ciudad de Sanliurfa un padre que ha perdido a dos hijas en una tragedia que acumula ya más de 17.500 víctimas mortales y al menos 54.000 heridos

Los equipos de emergencia transportan a un superviviente del terremoto en Hatay, Turquía.Foto: ERDEM SAHIN | Vídeo: Antonio Pita
Sanliurfa / Estambul -

Este miércoles, a las nueve de la mañana, hora local (siete de la mañana en la España peninsular), 47 horas después de uno de los dos terremotos que han dejado más de 19.000 muertos en Turquía y Siria y más de 54.000 heridos, un equipo rescató con vida a un niño de seis años en la ciudad turca de Sanliurfa. Ahmet Ayaz Abak se encontraba bajo los escombros de un edificio de cinco pisos que se vino abajo en el distrito de Yenisehir. Está en el hospital, pero vivo.
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Este miércoles, a las nueve de la mañana, hora local (siete de la mañana en la España peninsular), 47 horas después de uno de los dos terremotos que han dejado más de 19.000 muertos en Turquía y Siria y más de 54.000 heridos, un equipo rescató con vida a un niño de seis años en la ciudad turca de Sanliurfa. Ahmet Ayaz Abak se encontraba bajo los escombros de un edificio de cinco pisos que se vino abajo en el distrito de Yenisehir. Está en el hospital, pero vivo.

Cuatro horas más tarde, decenas de militares, policías y voluntarios hallaron en la misma ciudad ―una de las 10 bajo estado de emergencia― un cuerpo entre los escombros de otro de los edificios que no soportó la fuerza de los seísmos del lunes, de magnitud 7,8 y 7,5 los más potentes. El jefe del equipo empezó a gritar al resto que no se apelotonase y a rogar silencio para escuchar si alguien estaba pidiendo ayuda, mientras tres sanitarios preparaban las mantas para sacarlo. Los rescatistas recogían escombros con palas y los apartaban incluso con botes vacíos de pintura.

Poco después, la misma multitud que seguía emocionada la operación detrás de una valla de seguridad se fue quedando en silencio. No era un superviviente, sino un cadáver. “Es un hombre de unos 40 años. Suponemos que sirio, porque el resto de los muertos de ese edificio también lo eran, casi todos de la misma familia”, explicaba poco después Ahmet Ceylan, uno de los trabajadores del Ayuntamiento que participaba en las tareas de búsqueda y rescate. El cuerpo fue sacado con discreción mientras la multitud se iba dispersando.

Los equipos de emergencia trabajan para rescatar supervivientes en Sanliurfa, este miércoles. Antonio Pita

“Mi novia está allí también y no sé si está viva o no”, decía a pocos metros el adolescente Alex (nombre ficticio elegido por él). Intentaba ocultar —mientras cerraba con fuerza los puños— lo que le carcomía por dentro con explicaciones sobre cómo el edificio se desplomó hacia abajo, y no hacia un lado. El padre de dos hijas que murieron al caerse ese mismo edificio añadía al borde de las lágrimas: “No quiero hablar, mi familia ya no existe”. Entre los escombros, una cacerola doblada, el cepillo de una escoba y la caja de una calculadora recordaban que antes este era un lugar lleno de vida. Es la cara y la cruz de las horas clave en la búsqueda de supervivientes: los pequeños milagros emocionan y se suelen difundir, mientras que las decepciones que engrosan la lista de muertos pasan desapercibidas.

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Conscientes de que son horas clave, los rescatistas se afanan en encontrar supervivientes de “la mayor tragedia” que vive Turquía desde el gran terremoto de Erzincan, en 1939, como la ha definido su presidente, Recep Tayyip Erdogan. “Tras este tipo de desastres, las primeras 72 horas son de importancia crítica para las operaciones de búsqueda y rescate”, asegura Orhan Tatar, director general de Terremotos y Mitigación de Riesgos de AFAD, la agencia de gestión de emergencias del Gobierno turco, dependiente del Ministerio de Interior.

Según los expertos, tres días completos es el tiempo que, normalmente, puede aguantar con vida una persona sin acceso a agua ni comida, atrapada bajo los escombros. El presidente de la Media Luna Roja de Turquía, Kerem Kinik, ya lo dejó claro el primer día: “Estamos centrados en las primeras 72 horas, y los profesionales de la búsqueda y salvamento se están desplegando sobre el terreno”.

“En estos momentos el tiempo es fundamental”, asegura por teléfono el capitán de corbeta español Aurelio Soto, uno de los 55 integrantes del equipo certificado por Naciones Unidas que ha enviado la Unidad de Militar de Emergencias a Turquía y que busca supervivientes en Islahiye. “Durante las primeras 72 horas, nuestra prioridad es encontrar vivos. Pero también el cuarto o el quinto día, si hay indicios, aunque haya menos posibilidades”, agrega. Soto explica que cuentan con un tipo de perros entrenados para marcar lugares donde pueda haber supervivientes. A esto se suman dispositivos como los geófonos, que permiten escuchar si alguien golpea o grita pidiendo ayuda, y en algunos casos incluso la respiración de una persona inconsciente.

La posibilidad de hallar personas con vida en esta fase depende mucho de si se han generado espacios en el desplome que les permitan sobrevivir, lo que genera una paradoja: para los rescatistas es más complejo retirar grandes bloques de hormigón, pero es más fácil que hayan formado una uve que salve la vida a una persona.

Dos hombres miran los trabajos de desescombro de un edificio en Nurdagi (Turquía), este lunes. JOAO RELVAS (EFE)
Soldados turcos patrullan cerca de varios edificios colapsados en Kahramanmaras, este lunes. OZAN KOSE (AFP)
Saadet Sendag saluda con el puño alto tras ser rescatada después de permanecer 177 horas entre los escombros de un edificio en la provincia de Hatay (Turquía), este lunes.UMIT BEKTAS (REUTERS)
El hijo de Saadet Sendag reacciona tras el rescate de su madre en la provincia de Hatay (Turquía), este lunes. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Una personas se calienta en una hoguera en una calle de la ciudad turca de Kahramanmaras, este lunes. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencia han logrado rescatar con vida a dos niños, de seis y dos años, y a su madre de entre los escombros de un edificio derruido en la ciudad turca de Nurdagui, perteneciente a la provincia de Gaziantep (Turquía).
Un hombre anda con muletas frente a los escombros de un edificio en la región turca de Hatai, este viernes. YASIN AKGUL (AFP)
Entierro de una de las víctimas del terremoto en la ciudad turca de Adıyaman, este viernes. Emrah Gurel (AP)
Fotografía aérea que muestra la destrucción causada por el terremoto en la ciudad de Kahramanmaras (Turquía), este viernes. ABIR SULTAN (EFE)
Mujeres llorando frente a las tumbas de los fallecidos del terremoto del pasado lunes en Adiyaman (Turquía), este viernes. Emrah Gurel (AP)
Una mujer en el campo de desplazados del parque de Masal limpia los platos en un punto de agua en Gaziantep (Turquía), este viernes.ZEIN AL RIFAI (AFP)
Un hombre busca entre los restos de un edificio derrumbado en la localidad de Kahramanmaras (Turquía), este viernes. STOYAN NENOV (REUTERS)
Una mujer sentada junto a los restos de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía), este viernes. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Personas de emergencias y voluntarios entre las ruinas de varios edificios en Kahramanmaras (Turquía), este viernes. RONEN ZVULUN (REUTERS)
Imagen aérea tomada a través de un dron muestra las tiendas de campaña para afectados por los terremotos en el estadio de la ciudad turca de Kahramanmaras, este viernes. ABIR SULTAN (EFE)
Mehmet Nasir Duran, de 67 años, sentado una silla junto a los retos de un edificio destruido en Nurdagi (Turquía). Petros Giannakouris (AP)
Una niña tras ser rescatada por los servicios de emergencias en Kahramanmaras (Turquía), este jueves.ABIR SULTAN (EFE)
Un hombre camina entre los escombros de varios edificios en la provincia de Hatay (Turquía), este jueves. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Un grupo de mujeres se calentaba este miércoles alrededor de un fuego junto a los escombros del terremoto en Kahramanmaras (Turquía).SUHAIB SALEM (REUTERS)
Varios hombres sirios lloraban tras identificar el cuerpo de un pariente fallecido por el terremoto en la región de Hatay (Turquía).AAREF WATAD (AFP)
Un superviviente era rescatado entre los escombros de un edificio en Hatay (Turquía), este miércoles.ERDEM SAHIN (EFE)
Vecinos de Kahramanmaras busca a supervivientes entre los escombros, este miércoles. ABIR SULTAN (EFE)
Personal de rescate sostenía este miércoles al bebé Kerem Agirtas, que fue sacado de debajo de los escombros en Hatay (Turquía).KEMAL ASLAN (REUTERS)
Vista aérea de edificios colapsados por los terremotos en Kahramanmaras, sur de Turquía, este miércoles.Ahmet Akpolat (AP)
Dos hombres permanecían abrazados junto a los restos de un edificio colapsado en la ciudad turca de Kahramanmaras. ABIR SULTAN (EFE)
Vista de una fosa común de las víctimas del terremoto, en Jandaris, en el norte de Alepo (Siria), este miércoles.WHITE HELMETS (REUTERS)
Tres niños comían pan sentados bajo una manta en la ciudad turca de Kahramanmaras, dos días después de que temblara la tierra en la región.OZAN KOSE (AFP)
Vista aérea de un edificio destruido y de un campo de fútbol donde se refugian los residentes afectados por los terremotos en Azmarin (Siria), este miércoles.ABDULAZIZ KETAZ (AFP)
Una mujer se sentaba sobre los escombros de un edificio colapsado, mientras los equipos de emergencias buscaban este miércoles supervivientes en la ciudad turca de Nurdagi.Khalil Hamra (AP)
Abdulalim Muaini permanecía atrapado junto al cadáver de su esposa en el interior de un edificio en Hatay (Turquía). UMIT BEKTAS (REUTERS)
Varios hombres trasladan los cuerpos de varias víctimas de los terremotos durante su funeral en la ciudad de Jandaris (Siria) este miércoles.STRINGER (REUTERS)
Vista aérea tomada este miércoles por un dron en la que se aprecian varios edificios colapsados en Hatay (Turquía). ERDEM SAHIN (EFE)
Un hombre atendía este miércoles a su hijo herido mientras esperaban una ambulancia en Hatay (Turquía).Burak Kara (Getty Images)
Mehtez Farac, de 8 años, tras ser rescatado de entre los escombros de un edificio en la ciudad de Hatay (Turquía). KEMAL ASLAN (REUTERS)
Rescatistas buscaban supervivientes este miércoles entre los escombros de un edificio colapsado en la ciudad siria de Harim.OMAR HAJ KADOUR (AFP)
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, abrazaba a una mujer en su visita de este miércoles a Kahramanmaras, una de las localidades más afectadas por los terremotos.Europa press
Una sección de la carretera D420 dañada por el terremoto en Demirkopru (Turquía), este miércoles.BENOIT TESSIER (REUTERS)
Un hombre trasladaba el cadáver de un menor en Jandairis (Siria). BAKR ALKASEM (AFP)
Dos hombres, junto a los escombros de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía). OZAN KOSE (AFP)
Dos mujeres intentaban consolar a un hombre en la ciudad de Kahramanmaras (Turquía) este miércoles. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Varias personas se calentaban junto a una hoguera en la ciudad de Malatya (Turquía). Emrah Gurel (AP)
Trabajos de búsqueda de supervivientes en la ciudad siria de Jandairis. RAMI AL SAYED (AFP)
Un hombre sujetaba la mano de su hija fallecida en la localidad de Kahramanmaras (Turquía).ADEM ALTAN (AFP)
Vista aérea de la región de Hatay, Turquía, después del terremoto de magnitud 7,8. Burak Kara (Getty Images)
Una mujer es rescatada por los equipos de emergencias de un edificio derrumbado en la región de Hatay, Turquía. Burak Kara (Getty Images)
Vista aérea de los daños tras el terremoto en la región turca de Hatay. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Supervivientes del terremoto recogen suministros proporcionados por una fábrica de pañales en Hatay, Turquía. BULENT KILIC (AFP)
Varios vecinos de la región turca de Hatay (sur del país) caminan entre los escombros. Muchos de ellos esperan noticias de sus seres queridos, atrapados bajo los edificios en ruinas. BULENT KILIC (AFP)
Vista de la ciudad turca de Iskenderun después del terremoto de ayer. Burak Kara (Getty Images)
Un niño de 8 años, tras ser rescatado en Elbistan, en la provincia turca de Kahramanmaras, a unos 600 kilómetros al sureste de la capital turca.IHLAS NEWS AGENCY (IHA) (via REUTERS)
Vista aérea de los escombros de lo que era un edificio en la región turca de Hatai. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Una persona busca supervivientes entre los escombros de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía). SUHAIB SALEM (REUTERS)
Un soldado ruso inspecciona los daños causados en un edificio en la ciudad de Alepo (Siria). Omar Sanadiki (AP)
Una mujer entre los escombros de un edificio en la región turca de Hatay. BULENT KILIC (AFP)
Un niño es sacado con vida de entre los escombros en la ciudad siria de Al Atareb. WHITE HELMETS (White Helmets via REUTERS)
Familias buscan a desaparecidos entre los escombros de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía). OZAN KOSE (AFP)
Personal de rescate recupera el cadáver de una persona de entre los escombros de un edificio en Alepo (Siria). Omar Sanadiki (AP)
Personal de emergencias saca a una mujer de entre los escombros en Elbistan (Turquía). Ismsail Coskun (AP)
Una mujer sentada entre los escombros de un edificio en la ciudad turca de Nurdagi. Khalil Hamra (AP)
Un hombre junto al cadáver de un fallecido por el terremoto en la localidad de Kahramanmaras (Turquía). OZAN KOSE (AFP)
Miembros de los equipos de rescate trabajan entre los escombros de un edificio hundido en la ciudad de Adana (Turquía). Hussein Malla (AP)
Vecinos de la localidad de Gaziantep (Turquía) observan las labores de rescate. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Los trabajadores de emergencias rescatan a Muhammet Ruzgar, de cinco años, de entre las ruinas de un edificio en la región de Hatay (Turquía). UMIT BEKTAS (REUTERS)
El cadáver de un niño sirio entre los escombros de un edificio en la localidad de Jandaris, en la provincia de Alepo. MOHAMMED AL-RIFAI (AFP)
Una mujer llora junto a los restos de un edificio colapsado en la ciudad turca de Alejandreta. ERDEM SAHIN (EFE)
Un residente, tras ser rescatado por los servicios de emergencias en la región turca de Hatay. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Varias mujeres lloran junto a los restos de un edificio derrumbado en la ciudad turca de Hatay, este martes. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Trabajadores de rescate se calientan en una hoguera en la localidad siria de Sarmada. AAREF WATAD (AFP)
Una mujer es rescatada por los servicios de emergencias en la ciudad turca de Alejandreta. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Varios residentes pasan la noche en la calle en la localidad de Alejandreta (Turquía). ERDEM SAHIN (EFE)
Equipos de rescate sacan a una superviviente de entre las ruinas de un edificio, este martes, en Kahramanmaras, Turquía. Khalil Hamra (AP)

Golan Landswer, comandante en la unidad de búsqueda y rescate desplegada por el ejército israelí, recuerda además que la dureza del tiempo (tres grados bajo cero en su zona de acción, la región de Kahramanmaras) “daña mucho la capacidad de supervivencia” de las personas atrapadas, lo que hace aún más determinante en esta ocasión actuar con rapidez. “El tiempo es el factor dominante”, señala por teléfono. ¿Hasta cuándo? Landswer, que ya estuvo en el seísmo en Turquía de 1999, admite que la decisión de renunciar a encontrar personas vivas para resignarse a recuperar cadáveres “no es nada fácil”, pero que suele producirse inevitablemente cuando cesan los indicios de vida (alguien que ha creído oír una voz, una llamada de teléfono, etc.) y ha transcurrido en torno a una semana desde la catástrofe.

Ankara tiene desplegados casi 25.000 efectivos, a los que se suman los enviados desde el extranjero. La agencia turca de gestión de emergencias baraja ya la cifra de 11.000 edificios hundidos en el país por el terremoto y sus más de 300 réplicas. Y más de 8.000 personas han sido rescatadas de entre los escombros, según informó este martes el vicepresidente turco, Fuat Oktay, en el último balance oficial. Este miércoles se han sumado varias. Los bomberos del Ayuntamiento de Antalya han rescatado a dos mujeres (una de ellas, 53 horas después del seísmo) y a un refugiado sirio, Muhammed Seyyid, en Hatay, la provincia más destruida. Tuvieron que cortar varias columnas de hormigón que lo tuvieron atrapado bajo los escombros durante 58 horas. Ha sido hospitalizado para tratarle las heridas.

Por la noche, a cuatro grados bajo cero, una niña de cinco años llamada Yagmur ha sido sacada con vida de entre los cascotes en Kahramanmaras, epicentro del terremoto que desencadenó la tragedia en la noche del pasado lunes. “Tengo mucho frío, papá […] Tengo las manos blancas”, le decía a su padre cuando los rescatistas lograron comunicarse con ella, como se puede ver en un vídeo difundido por los medios locales.

También en Kahramanmaras, un bebé de seis meses y su madre han sobrevivido a dos días y medio entre las ruinas de un edificio. En parte, gracias al abrazo de la madre, que protegió al bebé cuando un bloque de cemento les cayó encima y le aplastó a ella la pierna. Ambos han sido rescatados en relativo buen estado y trasladados a un hospital. Los equipos de rescate los pudieron localizar durante la madrugada porque escucharon el llanto del bebé y comenzaron un desescombro que duró varias horas, según explicaron los efectivos del equipo de rescate a la cadena CNN Türk.

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