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Irán libera a una profesora australiana a cambio de tres iraníes encarcelados en Tailandia

Los hombres fueron condenados por un atentado frustrado contra diplomáticos israelíes en Bangkok

La australiana Kylie Moore-Gilbert en una de las imágenes de su liberación difundidas por la televisión iraní. En vídeo, Moore-Gilbert es liberada a cambio de tres iraníes encerrados en Tailandia.Foto: EPV
Ángeles Espinosa

Irán ha liberado a la profesora universitaria australiana Kylie Moore-Gilbert, condenada por supuesto espionaje para Israel, a cambio de tres ciudadanos iraníes que atentaron contra diplomáticos israelíes en Tailandia. El canje, del que dio cuenta la televisión estatal iraní el miércoles por la noche, ha sido confirmado este jueves por el Gobierno de Canberra. “Ha sido una experiencia larga y traumática”, manifiesta la académica, que también tiene nacionalidad británica, en un comunicado en el que agradece los esfuerzos para su liberación.

Moore-Gilbert, de 33 años, profesora de Estudios Islámicos en la Universidad de Melbourne, fue detenida en el aeropuerto de Teherán cuando iba a regresar a Australia tras participar en una conferencia en la ciudad de Qom, a 110 kilómetros de la capital, en septiembre de 2018. Al parecer, un participante en la misma la denunció por unos comentarios que realizó durante la misma.

Su encarcelamiento no se confirmó sin embargo hasta un año después, tras ser condenada en un juicio secreto a 10 años de prisión por “espiar para Israel”, algo que la mujer siempre ha negado. Diplomáticos y activistas de derechos consideran que Irán abusa de ese pretexto para encarcelar a ciudadanos occidentales para intercambiar por sus nacionales.

“Me voy con un sentimiento agridulce a pesar de las injusticias a las que estado sometida. Vine a Irán como una amiga y con buenas intenciones y, al irme, esos sentimientos no solo permanecen intactos, sino que se han reforzado”, afirma en el texto en el que da las gracias por su liberación. “Ha sido una experiencia larga y traumática”, concede antes de subrayar que prefiere recordar el apoyo que recibió mientras estuvo detenida. De la escasa información que se ha filtrado sobre su caso, se sabe que ha pasado largos periodos en celda de aislamiento y que llevó a cabo varias huelgas de hambre.

La televisión iraní había difundido horas antes un vídeo sin comentario que mostraba a tres hombres no identificados, uno de ellos en silla de ruedas, recibidos por el viceministro de Exteriores Abbas Araghchi. La grabación también mostraba algunos planos de Moore-Gilbert en el aeropuerto de Teherán, pero no quedaba clara la secuencia temporal. La profesora, que parecía un poco desorientada, estaba acompañada por la embajadora de Australia en Irán, Lyndall Sach.

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“Un hombre de negocios y dos ciudadanos iraníes detenidos en el extranjero con falsas acusaciones han sido liberados a cambio de un espía de doble nacionalidad que trabajaba para el régimen sionista”, anunciaba la web de la cadena antes de facilitar el nombre de la profesora.

Aunque los medios iraníes no dieron más datos sobre el canje, varios medios australianos aseguraban este jueves que los implicados eran Mohamad Khazaei, Masoud Sedaghatzadeh y Saeed Moradi. Los tres se encontraban encarcelados en Tailandia tras ser por un atentado fallido contra diplomáticos israelíes en 2012, en el que Moradi perdió las piernas cuando le explotó la bomba con la que planeaban asesinarles. La administración penitenciaria tailandesa ha confirmado más tarde que Sedaghatzadeh y Moradi han sido transferidos a Irán en calidad de prisioneros, en tanto que Khazaei se había beneficiado de un perdón real el pasado agosto.

El año pasado, Moore-Gilbert logró filtrar algunas cartas desde la cárcel que publicaron medios británicos. “No soy una espía; nunca lo he sido. Soy una prisionera política inocente”, insistía en las misivas. También contó que había rechazado una oferta de los iraníes para que espiara para ellos. Pero sobre todo decía sentirse “abandonada y olvidada”, sin visitas ni llamadas telefónicas y con crecientes problemas de salud.

Tras meses en una celda de aislamiento, fue finalmente transferida a la sección general de mujeres de la cárcel de Evin, donde coincidió con la antropóloga francoiraní Fariba Adelkhah y la cooperante británicoiraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe. Ambas, también acusadas de atentar contra la seguridad nacional, se encuentran en la actualidad en arresto domiciliario debido a la pandemia y controladas con una pulsera electrónica. Irán, que no reconoce las dobles nacionalidades, denuncia cualquier llamamiento a su liberación como una “injerencia inaceptable”.

Al mismo tiempo que Moore-Gilbert quedaba en libertad, un tribunal ratificaba la pena de muerte contra el médico suecoiraní Ahmadreza Djalali, detenido durante una visita a su país de origen en 2016. El médico, quien al parecer rechazó espiar para el régimen islámico, fue acusado de “corrupción en la tierra”, una figura de la ley islámica (fasad fil arz) de difícil traducción, que suele aplicarse a quienes amenazan la paz social y política.

Al menos una decena de ciudadanos extranjeros o iraníes con doble nacionalidad se encuentran detenidos en la República Islámica, a pesar del goteo de liberaciones y canjes de los últimos años. Los grupos de derechos humanos acusan a Teherán de utilizar sus casos para obtener concesiones de otros países.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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