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Primer juicio al único yihadista vivo de la célula que atentó en París

Salah Abdeslam afirma en Bruselas ante el tribunal que le juzga por un tiroteo: "Mi silencio no me convierte en criminal, es mi defensa"

Un dibujo realizado durante la vista oral muestra a Salah Abdeslam (en primer plano) junto a un policía encapuchado.Foto: atlas | Vídeo: BENOIT PEYRUCQ (afp) | atlas
Lucía Abellán

El yihadista más conocido de Europa da la espalda a la justicia. Salah Abdeslam, único superviviente de la célula que atacó París en noviembre de 2015, con el resultado de 130 fallecidos, se ha negado este lunes a responder a las preguntas de un tribunal belga que le juzga por un tiroteo con la policía ocurrido días antes de ser detenido. “Mi silencio no me convierte en criminal o en culpable”, replicó al ser preguntado por qué no cooperaba. “Júzguenme, hagan lo que quieran conmigo, pongo mi confianza en Alá”, ha agregado tras acusar al tribunal de demonizar a los musulmanes.

Abdeslam, de 28 años, fue durante meses el terrorista más buscado de Europa. Aunque la de esta semana no es su principal causa pendiente, se trata de la primera vista oral que afronta el yihadista, uno de los principales responsables de varios de los atentados que han sacudido la UE desde 2015. Durante los 21 meses que ha permanecido en prisión en Francia, Abdeslam ha guardado silencio ante los investigadores. Este lunes apenas lo ha roto para arremeter contra el tribunal, no para ofrecer respuestas. La fiscal ha pedido para él 20 años de cárcel, máximo previsto en el código penal belga, aunque la pena puede superar ese límite si se suman varios delitos.

Durante su breve intervención, el superviviente de los atentados de París (el resto del comando se suicidó o murió abatido por las fuerzas de seguridad) ha sugerido que la justicia belga es presa de la opinión pública a la hora de afrontar este juicio y ha reclamado que el tribunal se remita a las pruebas. "Constato que los musulmanes son juzgados y tratados de la peor manera, sin piedad. No hay presunción de inocencia", ha reprochado. Su actitud indignó a las víctimas de los ataques terroristas.

Francés de nacionalidad, de origen marroquí y criado en la modesta comuna bruselense de Molenbeek, este joven acabó formando parte de una célula yihadista implicada al menos en tres ataques graves. Los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París (130 muertos), del 22 de marzo de 2016 en Bruselas (32 muertos) y el frustrado ataque en un tren entre Ámsterdam y París en agosto de 2015 responden "quizás a una única operación" orquestada por el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), según la fiscalía federal belga.

Los hechos por los que se juzga a Abdeslam esta semana se remontan al 15 de marzo de 2016. Aquel día investigadores franceses y belgas fueron sorprendidos por disparos durante un registro en uno de los refugios de la célula, en el municipio bruselense de Forest. La operación se saldó con un yihadista de origen argelino, Mohamed Belkaid, muerto y tres policías heridos. Belkaid, de 35 años, falleció al enfrentarse con los agentes para cubrir la huida de Abdeslam y de un cómplice, Soufien Ayari, tunecino de 24 años que también comparece ante el tribunal belga. Con una estrategia muy diferente a la de Abdeslam, Ayari sí ha contestado a las preguntas y ha identificado a Abdeslam como uno de los ocupantes del inmueble en el que transcurrió el tiroteo.

Barba y pelo largo

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Tanto Abdeslam como Ayari han rehusado ser filmados en este proceso. Las imágenes divulgadas, con los rostros pixelados, revelan que el superviviente de los atentados de París ha cambiado de imagen. Ahora luce barba y pelo largo.

Ambos yihadistas fueron arrestados tres días después, el 18 de marzo, en Molenbeek, una detención que, según los investigadores, representa el detonante de los atentados del 22 de marzo, cuando tres atacantes suicidas se hicieron explotar en el aeropuerto y en el metro de la capital belga.

La audiencia, que debía celebrarse inicialmente a mediados de diciembre ante el tribunal correccional de Bruselas, se aplazó para dejar tiempo a Sven Mary, abogado de Abdeslam, a preparar su defensa. Este prestigioso penalista belga le asistió en un primer momento justo después de su detención, pero tiró la toalla siete meses después criticando la incomprensible actitud de su cliente. Por el momento, el silencio ante la justicia no revela un cambio de actitud de Abdeslam.

A Ayari y Abdeslam se les juzga por "intento de asesinato de varios policías" y "tenencia de armas prohibidas", todo ello "en un contexto terrorista". Junto a esta causa, Abdeslam también deberá responder ante la justicia francesa por los atentados del 13 de noviembre de 2015, en un proceso aún sin fecha, y previsiblemente por los atentados de Bruselas del 22 de marzo de 2016.

Seguridad de excepción en Bruselas

La vista oral iniciada este lunes en el Palacio de Justicia de Bruselas transcurre entre fuertes medidas de seguridad, con agentes especiales escoltando a los acusados en todo momento —había más de 200 agentes en todo el recinto— y dos estrictos controles de acceso para acceder al edificio.

El transporte desde la cárcel francesa donde permanece encerrado Abdeslam, aislado y vigilado las 24 horas del día, también se caracterizó por un despliegue excepcional. Como muestra de que Francia no quiere perderlo de vista, el recluso llegará estos días a Bruselas desde la prisión de Vendin-le-Vieil, en el norte de Francia, donde tendrá las mismas condiciones que en la cárcel cercana a París donde se encuentra.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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