La policía libera a cuatro funcionarios retenidos en un centro de menores de Guatemala
Tres monitores han muerto y al menos cinco guardianes están heridos, tras un motín en un correccional situado cerca del albergue en el que 40 niñas fallecieron hace 10 días en un incendio
Después de 24 horas de un diálogo de sordos, la policía de Guatemala ha irrumpido en el centro de menores Etapa 2, ubicado en San José Pinula, al este de la capital del país, y ha liberado a cuatro rehenes que permanecían retenidos tras un motín.
Un operativo que las autoridades califican de exitoso. “Todo está bajo control”, dijo el ministro de Gobernación, Francisco Rivas, al salir del centro. Los menores se sublevaron al mediodía del domingo, asesinaron a dos monitores y mantuvieron como rehenes a cuatro más, a quienes amenazaban con quemar vivos si no se cumplían con sus demandas.
4 monitores han sido atendidos en el interior de la Correccional para menores Etapa 2, San José Pinula. Fotos por: @CBMDEPTAL pic.twitter.com/j8wUc7o3Lf
— CruzRojaGT (@CRGuatemalteca) March 19, 2017
Un tercer monitor falleció al ser ingresado en el hospital, aunque no se ha podido establecer su identidad porque los guardias usaban pseudónimos para proteger a sus familiares de posibles represalias de los pandilleros bajo su custodia. De acuerdo a los socorristas que trasladaron a los rehenes al hospital, todos presentaban heridas producidas por objetos punzocortantes.
La Policía Nacional Civil de Guatemala logró la liberación de los rehenes sin que se produjera una matanza, como se temía si se realizaba una operación de rescate. “No hay heridos de bala”, subrayó uno de los portavoces de las fuerzas de seguridad, Pablo Castillo, en las afueras del centro de detención.
En una rueda de prensa, ofrecida conjuntamente por el ministro Rivas y el director de la policía, los funcionarios subrayaron lo complejo de la operación, “dado el alto nivel de violencia y agresividad de los pandilleros”. Ambos funcionarios coincidieron en señalar que solo se procedió tras confirmarse la inviabilidad del diálogo y la intransigencia de los amotinados. “Solo actuamos cuando se vio imposible la salida dialogada y dado el riesgo inminente para la vida de los rehenes”, subrayaron las autoridades.
La acción policial significa, en alguna manera, un respiro para la ciudadanía. Después de la torpeza con la que el Gobierno reaccionó tras la masacre de 40 niñas en el hogar seguro Virgen de la Asunción. El mayor temor era que esta sublevación tuviera réplicas en todo el sistema penitenciario, llevando al país al borde de la ingobernabilidad.
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