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La canciller argentina se postula para la secretaría general de la ONU

Malcorra fue jefa de Gabinete de Ban Ki Moon antes de incorporarse al Gobierno de Macri

Malcorra y su par de la República Popular de China, Wang Yi, en Beijing.Vídeo: Cancillería / Marc M. Sarrado

Se sabía hace semanas, pero Susana Malcorra lo confirmó oficialmente este viernes: la canciller argentina será propuesta por su país para el puesto de secretaria general de la ONU, que queda vacante en octubre. Malcorra tiene una larga trayectoria en esta organización y era jefa de Gabinete del surcoreano Ban-Ki Moon, el actual secretario general, hasta que Mauricio Macri la llamó en diciembre de 2015 para que fuera su ministra de Exteriores. Antes de entrar en la ONU en 2004, Malcorra tuvo un recorrido empresarial en Argentina, donde fue gerente general de la compañía telefónica Telecom. Allí la conoció Macri, que apostó por ella por sorpresa para un encargo muy relevante: devolver a Argentina al mundo y a la ortodoxia de las relaciones internacionales, alejándose del eje bolivariano para acercarse a EE UU y la Unión Europea.

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"Creo que traigo mucho a la mesa para ofrecer, pero sobre todo traigo la pasión para una organización que creo que tiene que inspirar, que tiene que transformarse”, declaró la diplomática en una reunión con un reducido grupo de periodistas en Pekín, a punto de terminar su visita oficial a China. La ONU “es una organización muy difícil de abrazar, muy difícil de entender, pero es una organización que está ahí cuando nadie más está”, apuntó. Desde la secretaría general “se puede hacer mucho, se puede agregar valor y me parece que mi perspectiva viniendo desde el Sur, desde la Argentina, puede aportar mucho”, declaró, abandonadas ya las reticencias que mostraba hasta ahora a hablar sobre sus aspiraciones a dirigir la principal organización diplomática mundial.

En estos seis meses frente a la cancillería ha logrado un éxito incluso superior al esperado, han llegado a Argentina el italiano Matteo Renzi, el francés Francois Hollande y sobre todo el presidente de EE UU, Barack Obama. Malcorra ha viajado sin descanso desde entonces y ahora mismo se encuentra en una larga gira por 25 países en los que, entre sus objetivos no declarados, busca hacer campaña para su candidatura. Una de las capitales clave que visitó es Londres, para evitar el veto británico a un país que sigue reclamando la soberanía de las Islas Malvinas. La cita fue bien y Malcorra ha mostrado una gran habilidad diplomática para buscar aliados y mostrar al mundo una imagen distinta de Argentina.

Aún así, y pese a ser respetada dentro de la ONU y ganar enteros gracias a su gestión de estos primeros meses como canciller, la pelea será muy difícil porque en teoría el puesto debería ir para un europeo. Argentina tiene ya nada menos que a un Papa y una secretaria general de la ONU sería un éxito enorme para el país y para Macri, pero no parece fácil. Al presidente argentino le ayuda la ola de apoyo internacional que está teniendo entre los países centrales, que toman las decisiones en la ONU, sobre todo EE UU.

La llegada de Macri supuso el principio del fin de los años dorados de la izquierda latinoamericana que se enfrentó a EE UU y buscó nuevos aliados como Rusia o China. Malcorra precisamente estos días estaba en Pekín tratando de reencauzar las relaciones con este país y renegociar algunos contratos de obras importantes que dejó pendientes la gestión de los Kirchner. La victoria de Macri fue aplaudida en EE UU como algo propio, por eso Obama visitó el país de forma especial, en dos días, solo cuatro meses después de que el presidente argentino llegara al poder.

Este regreso de Argentina a la ortodoxia, que lo convierte en un referente latinoamericano para Washington y otras capitales relevantes, puede jugar a favor de Malcorra en una batalla que será larga y muy compleja. Algunos analistas argentinos señalan la posibilidad de que ella ya hubiese pactado con Macri este salto cuando le ofreció ser ministra, pero ella lo niega.

El puesto de secretario general de la ONU se ha decidido tradicionalmente mediante un sistema informal de rotación. En esta ocasión, la expectativa era que lo ocupara un candidato de Europa del Este, la única región del mundo que aún no ha tenido un representante al frente de la organización. Y que pudiera ocupar el cargo una mujer, por primera vez en la historia.

La hasta ahora directora general de la UNESCO, la búlgara Irina Bokova, se perfila como una de las grandes favoritas. Pero en el proceso de selección abierto el mes pasado optan también otros siete nombres: algunos, como el ministro de Exteriores de Montenegro Igor Luksic o la diplomática moldava Natalia Gherman, procedentes de Europa del Este. Otros, como la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark, ajenos a esa región.

Ante esta situación, América Latina, que solo ha tenido un secretario general en la historia de la organización, el peruano Javier Pérez de Cuéllar (1982-1991), Malcorra asegura: “Al menos, debemos ser parte del proceso”. El presidente Macri ya ha estado en contacto con otros jefes de Estado de la región sobre la candidatura y las primeras impresiones han sido que la canciller argentina tendrá “un apoyo de base amplia” en esos países.

“Es fundamental lograr el apoyo más amplio de América Latina”, sostuvo la ministra. El siguiente paso sería tratar con las distintas regiones para tratar de obtener en la Asamblea General “un apoyo por aclamación”. Un paso adicional será lograr suficiente respaldo de los 15 países del Consejo de Seguridad, que presentan la propuesta de candidato a la Asamblea.

Pese a la inminencia del anuncio oficial, asegura no haber abordado su candidatura en sus reuniones con el Gobierno chino durante su estancia en Pekín. Pero su viaje tenía lugar inmediatamente después de una visita a Londres que, como a otros países, se ha interpretado como una búsqueda de apoyos a sus aspiraciones.

Malcorra explicó que la votación empezará en julio y la decisión estaría en octubre. La canciller dejó claro que durante todo el proceso va a seguir en su responsabilidad, aunque en Argentina ya se empieza a hablar de sustitutos. “Esto no va a ocurrir antes de octubre, en los próximos meses van a tener canciller trabajando a full como hasta ahora. En el caso de que saliera la cosa favorable, el presidente tendrá que decidir un sucesor, allí acordaremos la transición y lo haremos de la manera más ordenada posible. Nada de esto va a pasar de un día para el otro”.

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