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De las bromas con Karla Sofia al chicle que Adrien Brody lanzó a su esposa: los Oscar que se vivieron en las redes sociales

El triunfo de ‘Anora’ y las reivindicaciones sociales sellaron pacíficamente unos premios abocados a sortear otra vez una crisis reputacional, en esta edición con las polémicas de ‘Emilia Pérez’ como gran fenómeno ‘online’

El favorito de las redes y el favorito de la Academia: Timothée Chalamet y Adrien Brody charlan durante la gala número 97 de los Oscar en Los Ángeles.Foto: John Shearer/97th Oscars (The Academy via Getty Images) | Vídeo: EPV
Jaime Lorite Chinchón

En uno de los descubiertos tuits antiguos que enterraron todas las posibilidades que tenía de hacerse este año con el Oscar a la mejor actriz, Karla Sofía Gascón escribió: “Cada vez más los Oscar se parecen a una entrega de cine independiente (...) Les faltó darle un premio al corto de mi primo, que es cojo”. Cuatro años después de publicar ese mensaje, la protagonista de Emilia Pérez pudo ver en el mismo teatro Dolby de Hollywood al director Sean Baker exclamar desde el escenario “¡Viva el cine independiente!”, después de que su película Anora se convirtiese, con cinco estatuillas, en la gran triunfadora de la 97ª edición. La presencia de Gascón se había convertido en el gran elemento morboso de la gala tras un mes de silencio. Una reaparición que forzaba a los guionistas de la gala a responder al tema incómodo de sus mensajes racistas y de odio, algo sobre lo que muchos usuarios de redes sociales llevaban días fantaseando.

La actriz de Alcobendas no pasó por la alfombra roja ni dio declaraciones —según LA Times, fue vista hablando con Adrien Brody en un bar y los agentes de Netflix le impidieron hablar con la prensa—, pero ocupó inevitablemente un lugar privilegiado en el monólogo de apertura de Conan O’Brien: “En Anora dicen la palabra ‘f[uck]’ 479 veces. Supera por tres el récord de las que dijo la publicista de Karla Sofía Gascón [cuando vio sus tuits]”. Gascón pareció encajar la broma con deportividad.

Antes, en la alfombra, obtuvo atención la actriz Isabella Rossellini, nominada por su papel secundario en Cónclave, que se presentó con un vestido terciopelo azul en conmovedor homenaje a quien fue su pareja, el recientemente fallecido cineasta David Lynch, quien la dirigió, precisamente, en Terciopelo azul (1986). Además de ello, en las redes también volvió a ser objeto de mofa la escasa habilidad de las estrellas masculinas heterosexuales para vestirse bien y con atrevimiento.

Tú: No sé qué destacar en el libro de Conocimiento del Medio. El subrayador Stabilo mirándote desde la estantería:

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— Randy Meeks (@randymeeks.bsky.social) 3 de marzo de 2025, 0:39

(“¿Colman Domingo es gay? Pensaba que simplemente vestía bien”)

Aunque el gran momento previo a la gala fue el reencuentro entre Adrien Brody y Halle Berry. La actriz devolvió al primero el famoso y discutido beso espontáneo que le dio por sorpresa tras ganar el Oscar en 2003 por El pianista. Ganador horas después por su papel en The Brutalist, Adrien Brody ahora puede decir que irse a casa con un pico de Halle Berry y un Oscar en la mano es algo que le ha sucedido dos veces en la vida.

En el apartado interpretativo, el otro hombre en llevarse la estatuilla (como actor de reparto) fue Kieran Culkin, por A Real Pain. Uno de los momentos más celebrados en redes, tanto por el cariño generalizado hacia el actor —antes de Succession (2018), el público ya le conoció en Solo en casa (1990) junto a su hermano en la vida real y en la ficción, Macaulay Culkin— como por su discurso: dedicó más de la mitad del tiempo a decirle a su pareja desde el escenario que quería tener un cuarto hijo y que ella, al parecer, se había comprometido a dárselo sin ganaba el premio.

(“El discurso de Kieran Culkin de ‘estamos intentando tener un hijo’: ¿estás follando a pelo todas las noches y nos lo estás contando a todo el mundo en la mesa, incluyendo a tu abuela?”)

Fue una noche llena de “primeras veces”: la del primer hombre negro en ganar el Oscar al mejor vestuario (Paul Tazewell, por Wicked), la de Letonia, que consiguió la primera estatuilla de su cinematografía gracias a la película de animación Flow, un mundo que salvar, o la de Brasil, que también se hizo su primer premio a la mejor película internacional gracias a Aún estoy aquí, drama sobre la dictadura militar en el país sudamericano y la desaparición forzada del diputado Rubens Paiva. El público brasileño se ha volcado con su representante y con la intérprete Fernanda Torres, nominada como actriz principal.

También fue la primera vez que una estrella de Hollywood sube a recoger su premio a mejor actor mascando chicle. Le ocurrió a Adrien Brody, a quien el anuncio de su (segunda) victoria en los Oscar le pilló con un chicle en la boca y, en uno de esos momentos que en la calle sería cuestionable pero en el teatro Dolby es leyenda, se lo sacó de la boca y se lo lanzó a su esposa Georgina Chapman.

Pese al perfil bajo con que Hollywood se ha tomado el segundo mandato de Donald Trump (a diferencia de las galas de su primera legislatura, donde se llegó a responder en directo a sus tuits, en esta edición el presidente ni siquiera fue mencionado), no faltaron las reivindicaciones sociales y políticas. Daryl Hannah, que presentó un premio con motivo del 20º aniversario de Kill Bill: Vol. II (2004), fue la primera en mandar un mensaje de apoyo a Ucrania tras el desaire del dirigente estadounidense a Zelensky el viernes en la Casa Blanca. Por su parte, los directores de No Other Land (el palestino Basel Adra y el israelí Yuval Abraham), mejor película documental, pidieron la paz y el fin de la limpieza étnica en Palestina y Cisjordania. A muchos no les pareció casual que la actriz Gal Gadot, que sirvió en las Fuerzas de Defensa de Israel y se suponía que sería la encargada de presentar la categoría, no subiese finalmente al escenario. Otros recordaron que, para añadir méritos, No Other Land ha ganado el Oscar sin que ningún distribuidor la haya querido estrenar en Estados Unidos.

congratulations to No Other Land, which may be the first film to win a major Oscar but not theatrical distribution.

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— Sam Adams (@samadams.bsky.social) 3 de marzo de 2025, 3:18

(“Felicidades a No Other Land, que puede ser la primera película en ganar un Oscar importante sin distribución en cines”).

También Conan O’Brien dejó que miembros del cuerpo de bomberos que han luchado contra los incendios en California fueran las estrellas durante uno de los mejores momentos de la ceremonia, con varios chistes escritos para su lucimiento. “Nuestro corazón está con aquellos que lo han perdido todo, como los productores de Joker 2″, se lució uno de los profesionales. Después, muchos aprovecharon para hacerse fotos con sus ídolos.

Anora, todo un triunfo del cine independiente, es también una de las ganadoras del Oscar menos vistas de la historia, a falta del efecto de su triunfo. Sean Baker se ha convertido en la tercera persona en recibir cuatro galardones a su nombre en una misma gala: como director, guionista, montador y productor (por el que le corresponde el de mejor película). A esos premios se suma el de mejor actriz para Mikey Madison. Las otras personas que tocaron esa cima fueron Walt Disney y Bong Joon-ho. Los menos familiarizados con sus películas y temáticas, que son la mayoría del público, se han podido por ello sentir sorprendidos.

(“Mi padre no tenía ni idea sobre de qué iba Anora, así que cuando Sean Baker le ha dado las gracias a la comunidad de las trabajadoras sexuales se ha quedado como: ‘¿Qué? ¿Es que este tío se va mucho de putas? ¿Qué cojones?”)

La imagen de los actores rusos de Anora secuestrando un Oscar gigante quizá sea, en este sentido, la más elocuente de cómo se dieron las cosas.

Lo sucedido en redes estos meses en torno a Emilia Pérez ha sido digno de estudio. La película, que reunía 13 nominaciones, ha provocado un enfado terrible en México que se ha podido seguir palpando durante la emisión de la gala. Cada Oscar perdido para el musical narco-trans había quien lo vivía como una victoria. Zoe Saldaña sí pudo salir más o menos indemne de la controversia que ha envuelto toda la carrera de la película con un Oscar a la mejor actriz de reparto (otra primera vez, como recordó en el escenario: la de alguien de origen dominicano), en cuyo emotivo discurso no cupo ninguna mención para nuestra Karla Sofía. Sí la mencionaron los franceses Camille, Clement Ducol y Jacques Audiard, que recogieron el premio a la mejor canción para El mal, entregado por nadie menos que Mick Jagger. Un triunfo que soliviantó a más de uno por la —para el gusto de muchos— rara forma de idioma español que domina la producción y que hizo echar mano de otro meme instantáneo: John Lithgow, de Cónclave, poniendo cara de desaprobación, a petición de Conan O’Brien para los discursos que se alarguen más de la cuenta.

(“Cuando los compositores de Emilia Pérez han empezado a cantar su canción durante el discurso de agradecimiento”)

Con Karla Sofía Gascón, las redes viven una relación más compleja de un tiempo a esta parte. Superada la sorpresa por la violencia verbal de la actriz a lo largo de los años en Twitter, en las últimas semanas se ha producido un cierto fenómeno de “descancelación” irónica tras una nueva apreciación de sus entrevistas y personaje público. Lo empezaron los youtubers Esty Quesada (Soy Una Pringada) y Junior Healy, tras dedicar un vídeo de dos horas a analizar Emilia Pérez en clave de “joya camp” y, sobre todo, la revisión de la gira promocional de Gascón en espacios como El hormiguero, donde se mostró cómicamente “borde”. Está por ver si no hará falta mucho más para que estos no sean los últimos premios Oscar a los que acuda.

Pese a todo, la de este año ha sido una de esas galas capaces de funcionar por sí mismas gracias al humor, como reivindicaba Carlos Areces en la transmisión de Movistar Plus+, donde pedía a los Goya tomar nota. Conan O’Brien gustó como maestro de ceremonias y dejó varios momentos brillantes, entre el gusano de Dune como miembro de la orquesta o Martin Scorsese colaborando en un sketch para animar a los jóvenes a acudir a las salas.

Con todo, en una entrega de premios nunca llueve a gusto de todo el mundo, entre quienes pierden y entre quienes, desde casa, están seguros de que los ganadores correctos eran otros. Ya sea por esas monstruosidades de la maquinaria industrial que hacen que David Lynch tenga un recuerdo en el In Memoriam pero no un Oscar o ya sea porque somos infalibles, al final, los Oscar más acertados siempre son los que damos nosotros.

(“Wicked ahora tiene más premios Oscar que la filmografía completa de David Lynch”)

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Sobre la firma

Jaime Lorite Chinchón
Colaborador de ICON desde 2019. Periodista cultural, también ha escrito para la sección de Cultura, El País Semanal, la revista Fotogramas o Ctxt. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, también cursó Crítica Cinematográfica en la Escuela de Escritores y el Máster de Periodismo UAM-El País.
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