Cardi B retira sus implantes de glúteo y comparte algunos consejos para quien esté pensando en ponérselos

La rapera ha hablado de su intervención de gluteoplastia en un directo en su Instagram: “Me quité el 95% de mis biopolímeros... Son inyecciones en el culo. Fue un proceso realmente loco”

La rapera Cardi B en una actuación el pasado 2 de diciembre en Miami (Estados Unidos).Scott Roth (Scott Roth/Invision/AP)

Cardi B ha pasado por el quirófano muchas veces para retocar su cuerpo a su gusto, y como experta en cirugía plástica tiene un consejo que dar. La rapera, de 30 años, apareció recientemente en un vídeo en directo en su cuenta de Instagram y advirtió a sus 140 millones seguidores sobre la necesidad de investigar antes de someterse a intervenciones estéticas. “En agosto me ...

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Cardi B ha pasado por el quirófano muchas veces para retocar su cuerpo a su gusto, y como experta en cirugía plástica tiene un consejo que dar. La rapera, de 30 años, apareció recientemente en un vídeo en directo en su cuenta de Instagram y advirtió a sus 140 millones seguidores sobre la necesidad de investigar antes de someterse a intervenciones estéticas. “En agosto me operé y me quité el 95% de mis biopolímeros... Son inyecciones en el culo. Fue un proceso realmente loco”, explicó la intérprete de WAP.

“Cuando tenía 20 años, empecé a trabajar en un club de striptease urbano. Y en los clubes de striptease urbano tenías que tener un culo grande”, explicaba la cantante, que nunca ha ocultado su pasado. “Me sentía insegura. Me retrotrajo al instituto. Así que me operé el culo”. Una década más tarde, la rapera ha decidido corregir aquel error y ha hablado de ello abiertamente para que nadie más lo cometa: “Todo lo que voy a decir es que si eres joven, si tienes 19, 20, 21 años, y te ves demasiado delgada, y estás como ‘OMG no tengo suficiente grasa para poner en mi culo’; no recurras a las inyecciones”.

Las gluteoplastias —el aumento de volumen del glúteo mediante la infiltración de grasa— son cada vez más comunes en todo el mundo. En un reciente reportaje de SModa, Isabel Moreno, presidenta de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica, calculaba que nos estamos acercando “a un aumento que ronda el 50% de demanda, también en España”. Un informe que publicó en 2017 en la revista Aesthetic Surgery Journal explicaba que estas intervenciones tienen un riesgo relativamente bajo, pero superior al del resto de operaciones estéticas. De casi 199.000 procedimientos de injerto glúteo, 32 pacientes fallecieron por embolismo graso.

En el reciente libro Butts: A Backstory (que se podría traducir como Historia trasera de los culos) la periodista Heather Radke explica cómo la cultura contemporánea se ha obsesionado con esta parte de la anatomía de la mujer. Radke señala 2014 como el punto álgido de la obsesión de los principales medios de comunicación, gracias a fenómenos como los belfies (algo así como selfis de traseros), el twerking y la fascinación con personajes como Nicki Minaj, el clan Kardashian o la propia Cardi B.

La artista neoyorquina nunca ha rehuido hablar de sus experiencias con la cirugía plástica. Confirmó una reciente rinoplastia, dos aumentos de pechos y una liposucción en 2019 tras el nacimiento de su primera hija. Incluso aseguró que se había puesto unas inyecciones ilegales de silicona por 800 dólares en un sótano en 2014. Cardi B no es crítica con estas intervenciones y tampoco se avergüenza de ellas. Ya en 2021, dijo que la hacen sentir más segura de sí misma. Sin embargo, sí recomienda mirar mucho cómo y dónde hacérselas.

Cardi B, más allá de una cantante de éxito planetario —en 2019 se convirtió en la primera mujer en solitario en ganar el Grammy al mejor álbum de rap—, es famosa por no tener pelos en la lengua. Han sido sonados sus enfrentamientos con compañeras de profesión como Madonna o Nicki Minaj. En la actualidad, la rapera tiene dos hijos, Wave, de 15 meses, y Kulture, de cuatro años, fruto de su relación intermitente con el cantante Offset.

Tuvo una adolescencia complicada de la que habla abiertamente en sus directos de Instagram. A los 16 años se escapó de su casa en Nueva York y se unió a la banda callejera Bloods. Poco después se vio arruinada y envuelta en una relación abusiva. Se convirtió en stripper, una profesión que ejerció durante cinco años. También ejerció la prostitución y en un vídeo del pasado llegó a confesar que se drogaba y robaba a algunos clientes. “Hice cosas buenas o malas, pero necesarias para sobrevivir”, dijo cuando el clip se hizo viral, en 2019. “Hay raperos que glorifican la violencia, el asesinato, las drogas o los robos. Yo nunca he glorificado cosas que hice en esa vida, nunca he sacado ese tipo de cosas en mi música porque no estoy orgullosa de ello y creo que es mi responsabilidad no glorificarlas. En ese momento tomé las decisiones que tomé porque tenía opciones muy limitadas. Doy las gracias por haber podido salir de eso, pero muchas mujeres no han podido”.

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