El pueblo donde Vox ha ganado las elecciones: “Aquí no importa la ideología”

Rascafría es el único ayuntamiento madrileño con el partido ultraderechista como primera fuerza política

Puente del Perdón y, al fondo, el monasterio de El Paular, junto al pueblo de Rascafría (Madrid).Miguel Martín (Age fotostock)

“No somos de ultraderecha”, aseguran con convicción Ricardo Díaz y sus amigos, un grupo de jubilados. “Aquí se vota a quien arregla una farola que se haya fundido. No importa la ideología”. En Rascafría –un pueblo madrileño de 1.700 habitantes situado a casi 100 kilómetros de la capital– Vox ha logrado instalarse como primera fuerza política. Este municipio del valle del Lozoya es el único de la comunidad donde el partido de ultraderecha ha sido el más votado. Sus listas han aglutinado el 31,26% de los votos (298), desbancan...

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“No somos de ultraderecha”, aseguran con convicción Ricardo Díaz y sus amigos, un grupo de jubilados. “Aquí se vota a quien arregla una farola que se haya fundido. No importa la ideología”. En Rascafría –un pueblo madrileño de 1.700 habitantes situado a casi 100 kilómetros de la capital– Vox ha logrado instalarse como primera fuerza política. Este municipio del valle del Lozoya es el único de la comunidad donde el partido de ultraderecha ha sido el más votado. Sus listas han aglutinado el 31,26% de los votos (298), desbancando así al PP que ha obtenido el 19,3% (184).

Ricardo fue teniente de alcalde hace ocho años, tiene 75 y lleva viviendo 50 en Rascafría. Afirma que existe un descontento generalizado entre los vecinos. Esto sumado a “la cercanía” de los candidatos se ha traducido en la victoria de Vox. “Óscar [Óscar Robles, el candidato a la alcaldía], si te puede hacer un favor, te lo hace”. Ricardo y sus amigos, que rondan entre los 70 y 80 años, pasan la mañana charlando, sentados en un banco cerca de un arroyo a las afueras del pueblo. “Estamos aquí pasando frío porque el centro de jubilados lleva cerrado desde antes de la pandemia”, dicen indignados, y añaden que el cambio de gobierno les transmite esperanza.

Es la primera vez que Vox presenta la candidatura en este municipio, conocido por el monasterio de Santa María del Paular. Los resultados del pasado domingo le han otorgado tres de los nueve concejales que forman el Ayuntamiento. El resto del pleno lo compone el PP con dos ediles, el PSOE con otros dos, y dos formaciones independientes con un escaño cada una. Óscar Robles, el candidato más votado, podría gobernar en solitario si el PP no se une al resto de grupos para impedir la alcaldía de Vox. “Aún está por ver”, comenta Robles. Hasta el 17 de junio —fecha en la que se constituyen los ayuntamientos— no se sabrá con certeza.

Hace ya muchos años que Robles, madrileño de 58 años, decidió comprarse un chalet en Rascafría para pasar los fines de semana y parte de los veranos junto a su mujer y sus dos hijos. Licenciado en Ciencias Empresariales, se dedica al negocio de imprenta y es afiliado a Vox desde 2018. “Somos gente normal y trabajadora”, dice contundente. Robles acusa a los medios de comunicación de dar una imagen “falsa” sobre ellos: “No somos ni racistas ni machistas. De hecho, hay una mujer en nuestra lista y es rumana”. Sobre sus políticas municipales, el futuro alcalde destaca la creación de un espacio para los jóvenes donde fomentar la cultura y el deporte y retomar las obras del centro de jubilados para abrirlo “cuanto antes”.

Precisamente el voto joven ha sido determinante en el triunfo de Vox en el municipio. Así lo señala una pandilla de amigos de entre 18 y 20 años mientras toma el aperitivo en uno de los bares de la plaza. “El alcalde actual no ha hecho nada por nosotros. Este —refiriéndose a Robles— al menos nos saluda”, comentan. Una de las chicas que conforma el grupo, que prefiere mantenerse en el anonimato, enumera, enfadada, una serie de quejas: “Las fiestas han sido un desastre, no tenemos espacios de ocio y en el colegio hay goteras”. Además, el número tres de la lista de Vox es un DJ muy “popular” en los pueblos de la sierra de Madrid, y ha sabido captar el voto joven.

Pero a algunos vecinos les ha sentado como un jarro de agua fría la noticia. “Esto es un sinsentido”, exclama aún sorprendido Diego del Barco, gestor cultural de 48 años. “No hay reflexión detrás de este voto. Vox es un partido que niega, entre otras cosas, el cambio climático”. El turismo —explica Diego— constituye una de las principales fuentes de ingresos de Rascafría. En invierno también, debido a la cercanía de las estaciones de esquí de Valdesquí y Puerto de Navacerrada, que este año solo han abierto algo más de un mes, por las altas temperaturas inusuales para esas épocas del año. “Pero la opción política que triunfa es la que niega la evidencia científica”, subraya.

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