Puigdemont asegura que está en Waterloo y carga contra los Mossos y el ‘conseller’ de Interior
“No puedo creer la caza de brujas que se ha desatado contra agentes que actuaron por compromiso cívico”, critica por la detención de los policías detenidos por colaborar en su huida
Carles Puigdemont ya está en Bélgica. Casi 36 horas después de esfumarse en plena calle en Barcelona y volver a huir de la justicia tras dar un mitin cerca del Parlament catalán poco antes de comenzar la sesión de investidura que acabó alzando al socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat, el propio Puigdemont lo ha anunciado en un mensaje en la red social X. “Estoy en Waterloo [el municipio en el que reside, cercano a Bruselas, la capital belga] después de unos días extremadamente difícil. [...] Son miles de kilómetros y muchos días de una tensión difícil de explicar”, ha escr...
Carles Puigdemont ya está en Bélgica. Casi 36 horas después de esfumarse en plena calle en Barcelona y volver a huir de la justicia tras dar un mitin cerca del Parlament catalán poco antes de comenzar la sesión de investidura que acabó alzando al socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat, el propio Puigdemont lo ha anunciado en un mensaje en la red social X. “Estoy en Waterloo [el municipio en el que reside, cercano a Bruselas, la capital belga] después de unos días extremadamente difícil. [...] Son miles de kilómetros y muchos días de una tensión difícil de explicar”, ha escrito, para, a continuación, cargar con dureza contra la Consejería de Interior de la Generalitat catalana: “No pudo creer la caza de brujas que se ha desatado contra algunas personas concretas, solo porque las han visto a mi lado en momentos determinados”, ha señalado, en referencia a la detención de tres agentes de los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica catalana, después de su fuga.
Después de más de un día sin emitir señales y dejando que fueran otros los que hablaran por él, el expresident de la Generalitat, huido de la justicia española, ha anunciado que había llegado a la casa en la que vive en Waterloo pasadas las nueve de la noche. Alrededor de una hora antes, y tras una jornada de relativa tranquilidad en torno a la Casa de la República, como Puigdemont y sus seguidores llaman al inmueble en que reside a una decena de kilómetros al sur de Bruselas, un coche se ha aproximado a una velocidad más alta de lo normal para ser una zona de casas residenciales y alto poder adquisitivo. El vehículo ha entrado en el garaje y luego ha llegado el mensaje en el que ha cargado contra el todavía consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, y el “comisario en jefe” del cuerpo policial, Eduard Sallent. “La ola represora que han desatado es propia de [los ministros de Interior] Marlaska y Zoido”, ha escrito, en referencia al actual titular de la cartera en España, que forma parte del Ejecutivo de coalición que Junts, la formación que Puigdemont lidera, respaldó para llegar al poder, y al último ministro del ramo del PP.
“Las personas que reciben la ira de unos responsables políticos y judiciales, la reciben porque el consejero y el comisario en jefe han tenido una pataleta al ver que el espantoso, incomprensible y, a veces, delirante, dispositivo policial no lo ha entendido nadie y solo ha servido para molestar a los ciudadanos”, ha continuado, para a continuación confirmar de forma solapada que sí ha habido agentes de los Mossos que han colaborado en su huida al afirmar que las detenciones se deben a la intención de “castigar a agentes por su compromiso cívico, y no porque hayan cometido ningún delito”.
Puigdemont justifica su nueva huida en este mensaje: “Ya dije que no he tenido nunca la voluntad de entregarme ni facilitar mi detención porque me parece inaceptable que se me persiga por razones políticas y que, encima, no se aplique la ley de amnistía”. En cambio, nada dice de su reiterado compromiso de estar en el Parlament cuando se celebrara el debate de investidura, pero el líder del PSC Salvador Illa fue elegido president este jueves y el líder de Junts no apareció en el pleno.
La intervención de Puigdemont, en la que llega a decir los Mossos hubieran sabido sus intenciones de escoltarlo, llega tras un día en el que el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, en una intervención en RAC1, Puigdemont entró a España hace días y que ya cenó el pasado martes en la capital catalana. Turull ha justificado que la marcha de Puigdemont se produjo porque, tras dar su discurso, percibió que se había montado “un despliegue policial que en Cataluña no se ha visto con ningún terrorista ni contra el mayor de los delincuentes”, e intuyó que no podría entrar en el Parlament para “ejercer sus derechos políticos”. El abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, ha manifestado que el expresidente catalán dará explicaciones públicas próximamente y defiende que “ha superado las expectativas de todo el mundo”.
El secretario general de Junts ha desvelado que Puigdemont tiene el objetivo de volver a instalarse en Waterloo y se ha implicado directamente en el plan del expresidente. Dice que le acompañó en su vuelta a Cataluña. No concreta cuándo se produjo el viaje, pero sí revela que ambos cenaron juntos el martes en Barcelona. Pese a que Junts asegura que Puigdemont está en Bélgica, los Mossos d’Esquadra mantienen activo el dispositivo para detenerle en Cataluña, ya que no hay ninguna prueba gráfica de lo que dice el partido.
Turull fue condenado a 12 años de cárcel en el juicio por el procés y, pese al posterior indulto concedido por el Gobierno, no tiene cancelados sus antecedentes penales. Defiende que no teme ninguna consecuencia judicial de su auxilio al líder de Junts. “Yo no he cometido ningún delito”, ha sostenido. Los Mossos han revelado que, igual que Puigdemont, se camufló entre el gentío que había en el acto de Barcelona poniéndose un sombrero de paja para poder llegar discretamente al coche que estaba preparado para la huida. Turull admite que se mantuvo al lado de Puigdemont de manera permanente y que tomó precauciones para que su teléfono móvil no fuera rastreable hasta que el jueves al anochecer, ya en territorio francés, el expresidente siguió su viaje hasta Bélgica y él se quedó a dormir en el sur de Francia.
Turull ha sintetizado que, a lo largo del jueves, el expresidente catalán fue tomando las decisiones “a medida que fue avanzando el día” y que la nueva escapada es una manera de “confrontación”. Turull ha criticado que el operativo policial para detener a Puigdemont “no tenía ninguna proporción ni lógica”. “Él no es Hannibal Lecter”, ha valorado.
El departamento de Interior de la Generalitat ha concretado que el dispositivo de seguridad en el entorno del Parlament fue el ordinario para proteger un debate de investidura y el anunciado regreso a Cataluña de un expresident, pero Turull ha sostenido que Puigdemont decidió escapar porque percibió un asedio policial. Turull indica que Puigdemont modificó su idea de acudir al Parlament cuando vio la “agresividad” del operativo policial.
Gonzalo Boye ha declarado que su cliente cumplió con el objetivo que tenía marcado: “Lo que tenía que hacer era demostrar que no tiene miedo de entrar en el Estado”.
El consejero de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, ha lamentado que el comportamiento de Puigdemont fue “impropio de alguien que ha sido la máxima autoridad del país”. El jefe de los Mossos, el comisario Eduard Sallent, ha puesto en duda que Puigdemont tuviera ninguna intención de acudir al Parlament y ha destacado en una rueda de prensa que, en la comitiva de Junts que rodeó y le ayudó para llegar al escenario de Arc de Triomf, percibieron la voluntad de “dificultar” la actuación de los agentes Mossos.