Las bases de la ‘Generalitat paralela’ de Puigdemont piden bloquear la investidura, con una participación de solo el 4% del censo

Apenas 4.000 de los 90.000 censados en el Consell de la República han intervenido en una votación cuyo resultado no es vinculante para Junts

El expresident Carles Puigdemont dirige la estrategia de Junts en las negociaciones por la investidura, mientras gobierna desde Bélgica su entidad privada independentista.Europa Press

Los 90.000 socios del Consell de la República, la entidad privada que fundó Carles Puigdemont tras huir a Bélgica en 2017 para evitar ser juzgado por su papel en el procés independentista, fueron convocados a una votación telemática entre el 17 y el 23 de octubre para responder a esta pregunta: “¿El Consell de la República tiene que promover el bloqueo a la investidura del presidente del Estado español por parte de los partidos independentistas catalanes?”. El 74,9% ha respondido que sí, con una participación de solo 4.000 personas; es decir, el 4% del censo. El Consell ha emitido un co...

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Los 90.000 socios del Consell de la República, la entidad privada que fundó Carles Puigdemont tras huir a Bélgica en 2017 para evitar ser juzgado por su papel en el procés independentista, fueron convocados a una votación telemática entre el 17 y el 23 de octubre para responder a esta pregunta: “¿El Consell de la República tiene que promover el bloqueo a la investidura del presidente del Estado español por parte de los partidos independentistas catalanes?”. El 74,9% ha respondido que sí, con una participación de solo 4.000 personas; es decir, el 4% del censo. El Consell ha emitido un comunicado este martes en el que dice que comunicará el resultado de su sondeo a “las direcciones de los diferentes partidos independentistas de manera inmediata”.

Fuentes de la dirección de la entidad habían avisado en los últimos días de que el peso de esa consulta en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez era relativo, que el resultado no sería en todo caso vinculante para Junts per Catalunya —el partido que lidera el propio Puigdemont— y que era importante atender al dato de participación, algo que, en principio, descartaría que Junts per Catalunya vaya a romper las conversaciones con el PSOE a raíz de esta votación. El exconsejero de la Generalitat Toni Comín, vicepresidente del Consell y también fugado en Bélgica, manifestó recientemente que el resultado de la consulta debía ser interpretado desde “una lectura política razonable”.

El veredicto irrumpe en plenas negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. El escenario deja a Carles Puigdemont entre dos aguas, porque él decide personalmente la estrategia de Junts en las conversaciones con el Gobierno en funciones mientras ejerce, a la vez, de máximo responsable del Consell. El código interno de la entidad fija como obligaciones del presidente “establecer y desplegar las directrices generales de la acción de gobierno y garantizar su continuidad”. En cualquier caso el Consell de la República es un organismo totalmente independiente de Junts per Catalunya y no tiene influencia, al menos directa, sobre las decisiones del partido. El artículo 336 obliga a los miembros del gobierno de la entidad a “evitar incurrir en ninguna situación de conflicto de intereses”. Este martes, Junts per Catalunya ha roto el hermetismo que viene mostrando desde hace semanas para poner de relieve que constata “avances” por parte del Gobierno en las gestiones para que el catalán sea oficial en la Unión Europea. Junts exige “intensificar los esfuerzos diplomáticos”, pero el mensaje evita el tono agrio y la crítica frontal al Ejecutivo, lo que fue un estilo habitual en anteriores manifestaciones de la formación.

Fuentes de la cúpula del Consell aceptan que la consulta ha sido “inoportuna”, pero descartan que vaya a suponer un quebradero de cabeza para Puigdemont. “Lo que opinan los afiliados del Consell vincula al Consell, no a los partidos políticos que negocian la investidura”, afirman.

El liderazgo de Puigdemont es incuestionable en Junts, pese a que no ejerce ningún cargo dentro del organigrama del partido, y tampoco hay nadie que le haga sombra en el Consell. Pese a ese rol plenipotenciario, la consulta sobre si se debe bloquear la investidura ha pillado a contrapié al expresident. Fue un grupo de afiliados quien decidió impulsarla —tras sumar los avales necesarios para hacerlo— en un momento en el que Puigdemont exige discreción y poco ruido para tener manos libres a la hora de negociar con el PSOE.

La semana pasada, el expresident y su número dos en el Consell, Toni Comín, recibieron el apoyo de los afiliados para reformar la estructura de la entidad y asegurarse un mayor control de ese ‘Gobierno paralelo’ que pretende ser el Consell. Puigdemont ha logrado llevar adelante su plan para desarbolar la Asamblea de Representantes. La consulta telemática que, durante una semana, preguntó a los socios del Consell su posición acerca de la reestructuración de los órganos de gobierno de la entidad se cerró con una participación de apenas el 6,5%, sobre un censo de 90.400 socios. El escrutinio reveló una victoria del sí con un 76% de apoyos. Ahora, en esta segunda consulta sobre la posición en la investidura, la participación ha sido aún menor: del 4%.

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