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La Guardia Civil aborta una descarga de 2,4 toneladas de hachís en Tarragona

Los narcotraficantes recurren a calas de Cataluña y Valencia para burlar los controles del sur de la Península

Marc Rovira

Un operativo de vigilancia costera llevado a cabo por la Guardia Civil propició el martes el hallazgo de 2,4 toneladas de hachís en una cala de Tarragona, un alijo de droga valorado en 3,5 millones de euros, según ha reportado la policía este viernes. Miembros no identificados de una banda trataban de cargar los fardos, un total de 68, a una furgoneta cuando se vieron sorprendidos. Salieron todos huyendo, unos campo a través y los otros por mar a bordo de una potente embarcación fuera borda. Hay una investigación judicial abierta para tratar de identificarlos.

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La operación tuvo lugar durante la noche del martes cuando una patrullera realizaba tareas de vigilancia y control en la costa de Tarragona y descubrió una embarcación realizando maniobras sospechosas cerca de la Cala de la Roca Plana, entre Tarragona y Altafulla. Desde la patrullera se activó un operativo de rastreo por tierra y, cuando los guardias llegaron a las inmediaciones de la cala, descubrieron un sistema de barricadas y de cadenas en los dos únicos puntos por los que se puede bajar a la arena.

La idea era que nadie pudiese acceder a la playa mientras realizaban las tareas de descarga. Además, según la Guardia Civil, la banda había dispuesto un sistema de vigilancia para dar la voz de aviso en caso de que fuese necesario salir huyendo. Así fue como, al detectar la presencia de la Guardia Civil, los porteadores abandonaron los fardos y escaparon.

La embarcación semirrígida que, supuestamente había acercado los paquetes de droga hasta la costa, puso rumbo mar adentro y también logró la fuga, pese al asedio de una patrullera del Servicio Marítimo. La Guardia Civil sostiene que la presión que se está ejerciendo en las costas del sur del Mediterráneo para interceptar el tráfico de drogas por mar, ha impulsado a las organizaciones de narcotraficantes a intentar desembarcos en las playas del litoral valenciano y catalán. Aprovechando el buen estado del mar durante los meses de verano, embarcaciones neumáticas semirrígidas dotadas de potentes motores pueden llegar a transportar “varias toneladas de droga desde el norte de África hasta Tarragona”, mantiene la Guardia Civil.

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