Juan Carlos I deja Sanxenxo “muy contento” y anuncia que volverá “pronto” a España
El emérito vuelve a su casa en Abu Dabi tras su tercera visita desde 2020, la más prolongada
Juan Carlos I, anterior jefe del Estado, ha abandonado esta mañana España, donde ha permanecido menos de una semana en su tercera visita al país desde que en 2020 decidiera instalarse en Abu Dabi, ante la “repercusión pública” de las noticias sobre sus cuentas en paraísos fiscales. El rey emérito se ha detenido brevemente para hablar con la prensa, a la que ha comunicado su intención de volver “pronto” a España, sin precisar fecha, y a la que ha trasmitido su agradecimiento por haberle “ayudado a estar tan bien”. El exmonarca ha permanecido en Sanxenxo (Pontevedra) desde el pasado miércoles hasta esta mañana, cuando ha despegado en un jet privado desde el aeropuerto de Vigo hacia el emirato tras la estancia más larga desde que se expatrió. En las tres ocasiones ha venido a regatear en su barco, el Bribón.
El emérito ha salido poco después de las nueve de la mañana de la casa de su amigo Pedro Campos, rumbo al aeropuerto de Vigo. Durante apenas un minuto se ha parado ante la prensa, que le esperaba bajo la lluvia, ha bajado la ventanilla y se ha dirigido a los periodistas. “Gracias por haberme ayudado a estar y a estar tan bien como he estado”, ha dicho, antes de responder que estaba “muy contento y feliz”.
Don Juan Carlos, con camisa blanca y americana azul clara, ha afirmado que volverá “pronto” a España, sin más precisiones, pese a que las periodistas le han preguntado si lo hará en septiembre. Posteriormente, ha continuado su traslado al aeropuerto de Peinador, en Vigo, donde montó en el avión privado que le llevará de regreso a Abu Dabi, donde vive. En la comitiva iba su hija mayor, la infanta Elena.
Así concluye una visita de cinco días, la más prolongada hasta el momento, que comenzó a las 14.00 del miércoles, tres meses después de su última visita a España en abril de 2023. La primera visita que hizo a España Don Juan Carlos a finales de mayo del año pasado había generado enfado en la Casa del Rey, debido a la expectación con la que se siguieron todos sus movimientos durante su estancia en Sanxenxo y al interés suscitado, muy lejos de la privacidad con la que había manifestado que quería que transcurrieran este tipo de desplazamientos. En esta última visita, hasta el momento, la discreción ha sido mayor.
