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Los adeptos de la secta de Castellón guardaban mechones de cabello del “enviado de Dios” como reliquia

El llamado ‘Tío Toni’ mezcló creencias cristianas y ritos esotéricos para anular la voluntad de una quincena de personas durante décadas

Óscar López-Fonseca

Pese a su estado de salud y la dificultad para moverse que le obligaba a valerse de un andador para desplazarse, Antonio G. L., alias Tío Toni, el presunto líder de la secta destructiva desmantelada por la Policía Nacional el pasado 15 de marzo en una masía de la provincia de Castellón, impuso durante décadas su autoridad entre sus seguidores con una mezcla de creencias cristianas, ritos esotéricos y falsas promesas sanadoras con las que les hacía creer que él era un “enviado de Dios”. Para ello, utilizó manuales inspirados en nuevas corrientes espirituales, estampas con imágenes pseudorreligiosas y reliquias. En concreto, mechones de su propio cabello que sus adeptos atesoraban envueltos en papel entre sus pertenencias y que la Policía encontró durante el registro de la finca, según se observa en el vídeo difundido este viernes por el Ministerio del Interior y cuya función han confirmado a EL PAÍS fuentes cercanas a la investigación.

Las pesquisas apuntan a que Tío Toni, de 64 años, se valía de estos elementos, junto a su carácter autoritario, carisma y diversos engaños, para anular la voluntad de sus víctimas mediante “técnicas de persuasión coercitiva”, según las describe la policía. Desde esa posición de superioridad, sometió presuntamente a abusos sexuales tanto a adultos como a menores de edad, además de obligarles a trabajar dentro y fuera de la finca, en algunas ocasiones durante jornadas extenuantes.

Parte del dinero que conseguían los adeptos en sus empleos fuera de la finca debían entregárselo al líder con la excusa de que sería destinado a diversos al sostenimiento de la comunidad, cuando presuntamente era desviado para enriquecerse tanto él ―que no consta que tuviera ningún trabajo― y como su entorno más cercano. Además, los que se incorporaban a la comunidad eran instigados a desprenderse de sus bienes y aportar los fondos que recibían de su venta a la comunidad.

Cuando los agentes entraron en la finca La Chaparra ―situada a ocho kilómetros de Vistabella del Maestrat, un pueblo de 350 habitantes a 70 kilómetros de Castellón― localizaron 15.000 euros en metálico, joyas y 103 relojes, algunos de ellos de alto valor. La Policía aún mantiene abierta la investigación para determinar el posible patrimonio oculto que Tío Toni pudiera haber atesorado desde que puso en marcha la secta hace cerca de tres décadas

Las pesquisas que han permitido desmantelar este grupo se iniciaron en otoño 2021 después de que varios antiguos miembros de la secta relatasen al personal sanitario que les trataba los daños psicológicos que presentaban los rituales y prácticas sexuales a los que se habían visto sometidos durante su pertenencia en la secta. Entre esos ritos, supuestamente estaba el abuso a menores por parte del cabecilla de la trama, bajo la excusa de iniciarlos en la vida sexual.

De la investigación se hicieron cargo el grupo de sectas de la Comisaría General de Información y la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, que descubrieron que la comunidad había surgido a comienzos de los años 90 como una hermandad de amigos en la que Tío Toni, que entonces ejercía de curandero en la ciudad de Castellón, fue ganando peso e influencia sobre el resto de integrantes. Poco a poco, transformó el grupo en una secta de la que sus miembros tenían muy difícil salir. De hecho, para algunos de sus actuales adeptos, ese entorno era el único que habían conocido en su vida.

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La investigación, compleja precisamente por imposibilidad de conocer lo que ocurría en el interior de la finca por el hermetismo y aislamiento en el que desarrollaba la vida la comunidad, desembocó el pasado 15 de marzo en la entrada de la policía en la finca ante la sospecha de que algunos de los menores que residían dentro estuvieran sufriendo abusos sexuales. En el transcurso del operativo, junto a Tío Toni, fueron detenidas otras ocho personas, todas ellas de nacionalidad española, a las que se les imputa los delitos de agresión y abuso sexual, trata de seres humanos con fines de dominación y exhibición de pornografía a menores. La titular del Juzgado de Instrucción 6 de Castellón de la Plana ordenó el ingreso en prisión provisional del líder de la trama y sus dos principales lugartenientes. Los otros seis arrestados quedaron en libertad con medidas cautelares de alejamiento y prohibición de comunicar con las víctimas.

Además, durante la operación fueron liberadas 12 víctimas, entre ellas dos pequeños de 8 y 13 años, que han quedado bajo tutela de la Generalitat valenciana. En el registro, los agentes encontraron, junto a los relojes que atesoraba el líder, otros que en realidad ocultaban pequeñas cámaras de vídeo y tarjetas de memoria. La Policía, que actualmente está analizando las imágenes que contienen, sospecha que con ellos se grababan tantos los ritos pseudoreligiosos con los que el líder mantenía vinculados a sus adeptos como los abusos sexuales a los que les sometía. También se hallaron documentos sobre el funcionamiento de la secta y diverso material pseudo religioso y esotérico. La Policía ha anunciado este viernes la puesta en marcha de un canal de denuncias anónimas sobre sectas en el correo electrónico sectasdestructivas@policia.es.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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