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La historia del joven del abrazo en la playa de Ceuta

El protagonista de la foto con una voluntaria de la Cruz Roja en el Tarajal se llama Abdou, es senegalés y fue expulsado a Marruecos

Abdou, senegalés de 27 años, se abraza a la voluntaria de la Cruz Roja Luna Reyes, el pasado martes en la playa del Tarajal (Ceuta). En vídeo, la secuencia completa.Foto: EFE

El protagonista de la simbólica fotografía del abrazo entre una voluntaria de la Cruz Roja y un migrante en la playa del Tarajal (Ceuta), tomada el pasado martes, se llama Abdou y tiene 27 años. El joven senegalés, que tras pisar suelo español fue expulsado a Marruecos, ha asegurado que cayó enfermo por las duras condiciones del viaje en una entrevista en RTVE este lunes desde Casablanca. Desde allí ha agradecido a la voluntaria Luna Reyes, de 20 años, su apoyo a través de una videollamada. “Jamás podré olvidar su gesto”, ha recordado con emoción. Abdou ha asegurado que le gustaría agradecerle en persona su ayuda y ha condenado los ataques que ha recibido la voluntaria por su gesto a través de las redes sociales cuando se viralizó la imagen del abrazo. “No entiendo por qué han atacado a Luna. Ella solo hizo su trabajo. Me consoló, me reconfortó, fue un gesto humano”, ha dicho.

El joven ha contado que lleva cuatro años viviendo en Marruecos en malas condiciones y que no era la primera vez que intentaba cruzar la frontera junto con su hermano. Con él se encaminó desde Tánger a Fnideq (la antigua Castillejos) nada más conocer que el Gobierno marroquí había relajado la vigilancia en la frontera con Ceuta, en un trayecto de muchas horas. “Estuvimos andando desde las siete de la tarde hasta las seis de la mañana”, ha relatado. La última parte del recorrido, justo antes de cruzar la frontera, la hicieron a nado durante 20 minutos para sortear el espigón de la playa del Tarajal. Después llegó agotado a la playa donde se produjo el famoso abrazo y rompió a llorar cuando vio a su hermano inconsciente. A día de hoy sigue sin saber nada de él.

Abdou y su hermano vivían en Senegal con su abuela, tras perder a sus padres, y decidieron emigrar a Marruecos hace cuatro años por las dificultades económicas que no lograba solventar con su sueldo de albañil. Con todo, su objetivo final era poder llegar algún día a España donde esperaba empezar “una nueva vida, una vida digna”. Además, según ha contado en la entrevista con RTVE, sueña con ver jugar a su equipo, el Barça. También ha asegurado que no tuvo miedo a morir durante su trayecto y que cayó enfermo debido a las extremas condiciones del viaje. Todavía tose a menudo y se encuentra cansado.

El senegalés fue uno de los más de 8.000 migrantes que atravesaron la frontera de Marruecos a Ceuta entre el pasado lunes y el miércoles. Nunca antes había entrado de forma irregular un número tan alto de inmigrantes en tan poco tiempo y la gendarmería marroquí mostró una “inusual pasividad”, según fuentes de la policía española. La crisis migratoria tiene su origen en la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, de 71 años, que ingresó el pasado abril en el hospital de Logroño aquejado de coronavirus. El gesto no gustó a las autoridades de Marruecos, a quien Estados Unidos reconoció el pasado diciembre la soberanía sobre el Sáhara Occidental. Unos 7.500 de los más de 8.000 migrantes ya han sido devueltos a Marruecos. Varias ONG han señalado que el Gobierno está devolviendo en caliente a miles de personas, algunas, incluso, con perfiles vulnerables.

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