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“Cada día nos despertábamos con ruido de gritos en el muelle”

Un joven marroquí relata los 11 días que pasó hacinado en el muelle de Arguineguín en Canarias

Varios inmigrantes en el muelle de Arguineguín, en Gran Canaria, el 18 de noviembre de 2020.
Varios inmigrantes en el muelle de Arguineguín, en Gran Canaria, el 18 de noviembre de 2020.Europa Press
Guillermo Vega
Maspalomas (Gran Canaria) -

“En Arguineguín nos despertábamos a las siete de la mañana con el ruido de los gritos”, cuenta Hassan (nombre ficticio), marroquí de 25 años. Es uno de los tres migrantes que fueron trasladados de forma improvisada en la noche del martes a los apartamentos Vistaflor, en el Campo Internacional de Maspalomas (Gran Canaria), tras haber sido desalojado por la Policía junto con más de 220 personas del Puerto de Arguineguín sin contar con un recurso de acogida.

El complejo de apartamentos de Vistaflor fue reconvertido el pasado verano en uno de los principales centros de acogida de inmigrantes de Canarias. Pero ahora las instalaciones se encuentran cerradas por cuarentena. Las vallas están cubiertas de metal, las medidas de seguridad impiden franquear la entrada y reina el silencio, alimentado por la ausencia de turistas en los establecimientos vecinos. Por ello, la entrevista con Hassan tuvo que desarrollarse a través de mensajes de audio de WhatsApp.

“Dormía sobre el suelo con una manta debajo y sin nada para taparme. Por el día hace calor, pero por las noches se pasa mucho frío”, relata en inglés recordando los 11 días que pasó hacinado en el muelle de Arguineguín junto a más de 2.000 personas. “No nos daban de comer hasta las 11 o las 12, un pequeño sándwich de atún, por lo general. Muchos se peleaban con la Policía para recibir otro”. La comida se servía a las tres, y a las once de la noche se repartía una cena, explica.


Apartamentos VistaFlor, complejo reconvertido en centro de refugiados, el verano pasado.
Apartamentos VistaFlor, complejo reconvertido en centro de refugiados, el verano pasado.quique curbelo

Las condiciones de salubridad tampoco eran las adecuadas. “¿Limpieza? What the fuck”, exclama. “No, nada está limpio ahí. Por las mañanas no teníamos ni agua para lavarnos la cara: hasta que llegué al apartamento anoche llevaba 11 días sin ducharme y sin lavarme los dientes. Puedes imaginarte cómo olía en el campamento”.

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Hassan pasó en Arguineguín 11 días, ocho más de lo establecido. Una vez cumplido el trámite de la reseña policial tras la entrada irregular en España, ninguna persona puede ser legalmente retenida más allá de 72 horas, salvo causa justificada. La realidad es que, al menos desde mayo, se han repetido los casos en los que los migrantes rescatados han superado ampliamente ese plazo, tanto en naves industriales como en el propio muelle.

Su desalojo el martes se produjo de forma tranquila, relata. “Los policías se acercaron a nosotros y comenzaron a buscar a las personas que figuraban en una lista que llevaban. Sin traductor, sin abogado. Así, sin más. Nos echaron a 200 personas que estábamos allí, y nos dejaron en la puerta del muelle”. Lo que sucedió a continuación es conocido: el Ayuntamiento de Mogán los subió a varios autobuses que llevaron a los migrantes a Las Palmas de Gran Canaria, a 60 kilómetros de distancia.

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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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