La economía española creció un 0,8% en el segundo trimestre impulsada por transporte, comercio y hostelería

La actividad mantiene el fuerte ritmo que se registró en los dos trimestres precedentes y crece al 2,9% interanual

Hostelería en el centro de Madrid.Foto: JUAN BARBOSA | Vídeo: EPV (EUROPA PRESS)

La economía española sigue mostrando una fortaleza inusitada. En el segundo trimestre creció un 0,8% trimestral, según el avance que ha publicado este martes el Instituto Nacional de Estadística. La actividad mantiene, por tanto, un ritmo fortísimo tras el 0,8% que se registró también entre enero y marzo y el 0,7% anotado entre octubre y diciembre. Se trata de un crecimiento muy superior al que se está observando en el resto de Europa, donde aún se dejan notar los coletazos de la crisis energética e industrial, de la inflación, de las subidas de tipos y del deterioro del comercio mundial. Justo cuando parecía que empezaba a vislumbrarse la recuperación europea, los últimos indicadores basados en encuestas arrojan una cierta debilidad, sobre todo concentrada en el sector manufacturero. En cambio, la economía española avanza aparentemente inmune, batiendo todos los pronósticos con un crecimiento interanual del 2,9%, gracias al buen desempeño del turismo, el transporte y los servicios en general. La importante llegada de trabajadores extranjeros también está siendo decisiva. El sector exterior sigue mostrando un comportamiento robusto, tirando de la actividad. Y en los dos últimos trimestres empieza por fin a recuperarse con vigor la inversión.

El consumo de los turistas ha crecido un 2,5% trimestral, lejos del 17% que creció en el primer trimestre, pero continúa siendo uno de los principales motores de la actividad y del sector exterior. Por sectores, con un fortísimo 2,8% de expansión en el trimestre, la rama de comercio, transporte y hostelería supone seis décimas del 0,8% registrado en el avance del PIB. Es decir, tres cuartas partes del crecimiento. Otra décima es por la industria manufacturera, que suma un 1,1% trimestral a pesar del mal comportamiento que exhibe en el continente europeo, lo que podría representar una señal de competitividad. Y la décima restante es por el aumento de impuestos indirectos, en parte por la recuperación de los tributos sobre electricidad y gas una vez ha pasado lo peor de la crisis energética. “Las actividades de comercio, transporte y hostelería registran el mayor crecimiento de toda la serie histórica, que arranca en 1995, si excluimos los rebotes que se dieron posteriores a la pandemia con la apertura de la economía”, señala María Jesús Fernández, analista de Funcas.

El capítulo de la inversión por fin rebota con dos trimestres consecutivos en positivo y apoyado en la ejecución de los fondos europeos, que habían acumulado retrasos. Se dispara un 0,9% trimestral y un 1,3% en vivienda. Si bien en el último año crece a un ritmo más moderado: un 1,2% interanual en las dos. Aun así, esta rúbrica sigue siendo la partida retrasada de la recuperación al no haber recobrado todavía los niveles prepandemia. Probablemente, aún se encuentra lastrada por el endurecimiento de los tipos de interés y la incertidumbre tras la acumulación de perturbaciones que ha habido durante los últimos años.

El consumo privado crece a un ritmo algo más lento que el resto de la economía, un 0,3% en el trimestre, probablemente porque todavía acusa la crisis inflacionaria a pesar de la recuperación progresiva de las rentas en medio de la desinflación y de la fuerte creación de empleo. No obstante, como explica María Jesús Fernández, las cifras de ahorro, que permanecen en unos niveles muy altos, apuntan que las familias podrían comprar más de lo que lo están haciendo. Una parte se ha dedicado a la amortización anticipada de hipoteca ante la subida de tipos, como constatan los datos de Banco de España. Y también puede deberse a que una porción sustancial de ese ahorro se acumule en las rentas medias-altas y en jubilados, menos propensas a consumir, como destacaba hace poco la Autoridad Fiscal. Aunque el conjunto del consumo nacional se ha recuperado, por habitante todavía no ha recobrado los niveles prepandemia. El golpe de la inflación y los tipos todavía se nota en el bolsillo de los hogares españoles.

“La exportaciones, gracias a un incremento del consumo de los no residentes del 2,5%, la contracción de las importaciones y el aumento de la inversión en capital fijo, compensan el menor dinamismo en el trimestre del consumo privado y público”, explica Rafael Doménech, economista del BBVA. El consumo público repunta un 0,2% trimestral tras haber aumentado mucho desde la pandemia. Y las exportaciones escalan un 1,2% en el trimestre frente a una caída del 0,2% en las importaciones. Incluso con el alto crecimiento de la economía nacional, las compras al exterior se reducen, y eso aporta de forma positiva a la mejora del PIB. La fortaleza del turismo, la bonanza de las exportaciones de servicios empresariales y la resistencia de la industria están haciendo que el sector exterior impulse la actividad pese a la atonía de los socios comerciales europeos.

La creación de empleo desestacionalizada que arrojó el viernes la Encuesta de Población Activa, con unos 70.000 ocupados más entre abril y junio, supuso una ralentización en el número de puestos de trabajo respecto a lo que era normal en un segundo trimestre, habitualmente el mejor del año en la creación de empleo. Sin embargo, las horas trabajadas se elevaron con mucha fuerza: un 5,5% sin desestacionalizar hasta colocarse en cifras de 2008, y apuntan una mejora muy significativa de la productividad por ocupado. En la contabilidad nacional publicada este martes, el empleo avanza un 0,4% trimestral, menos de lo que lo hace el PIB. Pero las horas trabajadas se disparan un 1% y, en consecuencia, mejora significativamente la productividad por ocupado. Sube un 0,9% interanual tras dos trimestres retrocediendo. “El PIB queda un 4,7% por encima del cuarto trimestre de 2019 y las horas trabajadas, un 2,7%. Por persona ocupada, el PIB ya solo está tres décimas por debajo del nivel prepandemia”, indica Doménech. Esto se debe a que han aumentado más las personas trabajando que las horas trabajadas. Dicho esto, este ha sido el primer trimestre en mucho tiempo en el que las horas crecen más que el empleo.

El economista jefe de Repsol, Antonio Merino, destaca el importante crecimiento del transporte, tanto de pasajeros, por el turismo, como de mercancías, por el aumento del comercio internacional que pasa por España. Y resalta que es fundamental también la aportación de la inversión en productos de propiedad intelectual, que está ligada a los servicios de consultoría informática y digitalización, y la inversión pública vinculada a las licitaciones de fondos europeos.

La remuneración total de los asalariados crece sin restar la inflación un 7% interanual, debido a un incremento del 2,5% en el empleo y del 4,4% en la retribución media. Así que la masa salarial encadena ya al menos seis trimestres creciendo por encima del 7% interanual. El excedente bruto de explotación y las rentas de los autónomos suben un 5,2% interanual. Y los impuestos a la producción, un 6,6%.

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