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Díaz advierte a Calviño: la reforma del subsidio por desempleo es de su competencia y no aceptará recortes

Economía rebaja el tono y asegura que este departamento está “alineado” con Trabajo en la reforma de estas ayudas a parados, aunque ambos Ministerios están “intercambiando documentos técnicos”

La vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, el pasado 22 de noviembre.Foto: JUAN CARLOS HIDALGO (EFE) | Vídeo: EPV
Raquel Pascual Cortés

El nuevo Gobierno apenas lleva una semana ejerciendo y ya lleva días cebándose la primera polémica entre las dos vicepresidencias primeras, esta vez, acerca de la inminente reforma del subsidio por desempleo. Tras conocerse esta semana alguna de las intenciones del Ministerio de Economía para esta enmienda, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se ha plantado. Ha advertido que los cambios en el subsidio son su competencia —y no del departamento que dirige la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño— y que no va a propiciar ni aceptar ningún recorte en la cobertura de esta protección a los parados.

Así, Díaz, a su llegada al Congreso de los Diputados, se ha mostrado tajante al defender las competencias de su departamento para diseñar esta reforma: “Es competencia de Trabajo”, ha dicho. A lo que ha añadido que tras conocer la propuesta de Economía, su equipo muestra “absoluta disconformidad” con las medidas sugeridas. “No las compartimos en absoluto”, ha agregado. Y ha insistido en garantizar que “no se va a propiciar ningún recorte” desde la vicepresidencia segunda. “La reforma planteada tiene que ver con ampliar derechos”, ha insistido la ministra de Trabajo, informa Paula Chouza.

Por su parte, fuentes del Ministerio de Economía han rebajado el tono de este nuevo choque entre Calviño y Díaz. Aseguran que este departamento “está alineado con Trabajo en cuestiones como compatibilizar prestación con un empleo, dar cobertura a colectivos como el de 45 años sin cargas familiares que hasta ahora no recibían esta ayuda y en que haya una cartera de servicios e itinerarios formativos y laborales adecuados al perfil y situación personal del desempleado”. Sin embargo, estas fuentes admiten que “a nivel técnico, en el seno del Gobierno se está intercambiando documentación para tener la mejor reforma posible, alineada con la reforma laboral, y alcanzar el pleno empleo en esta legislatura”.

Por su parte, el discurso de Díaz se centra en que la reforma “ampliará el subsidio de 480 euros”. Además, ha asegurado que eliminará “aspectos burocráticos que empeoran esta ayuda”, como, por ejemplo, el mes de espera. Sí coincide con Economía en la necesidad de que sea compatible con la actividad laboral. Las personas trabajadoras pueden estar tranquilas.

Esta última polémica se ha hecho pública hace apenas unos días. Aunque hace casi un año que el Gobierno está diseñando la reforma de este subsidio —estaba previsto que se llevara a cabo en la anterior legislatura junto con las políticas activas de la ley de empleo aprobada en febrero— pero las discrepancias y el adelanto electoral lo impidieron. Hace 10 días se conocieron algunas intenciones del Ejecutivo para reformar estos subsidios, entre las que estaban no modificar la cuantía ni el derecho a estas ayudas, pero sí hacer su cobro gradual en el tiempo, de forma que se incentive más la incorporación de sus beneficiarios a un empleo. Sin embargo, en breve se puso de manifiesto que ese diseño salía más del Ministerio de Economía, desde donde se han pactado con Bruselas este tipo de reformas ligadas a los fondos europeos.

De hecho, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, se apresuró a asegurar que las propuestas de reforma que habían transcendido no eran las definitivas. “No hay un modelo cerrado”, dijo. Y añadió que tampoco necesariamente el esquema de cobro de esta ayuda en un futuro tiene que ser decreciente. Es más, sugirió que hacer hincapié en que el diseño de estos subsidios se deba centrar en que acepten un empleo suponía “estigmatizar a los parados” e insinuar que “la gente cobra un subsidio de poco más de 400 euros porque no quiere trabajar”.

Tras este episodio, fue el propio secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, quien defendió que la reforma de estos subsidios debe reforzar el compromiso de los parados a buscar y aceptar un empleo. En concreto, apostó por “potenciar el compromiso de actividad”, que es el documento en el que los parados que reciben ayudas por desempleo se comprometen a buscar un trabajo de forma activa y a aceptar las ofertas adecuadas que les presenten tanto el SEPE como las agencias privadas de colocación. Y subrayó que hace falta que el apoyo que se brinda al parado para formarlo y orientarlo “tenga reciprocidad en la búsqueda activa de trabajo y en la aceptación de una oferta adecuada”.

Esta intervención no sentó bien entre los responsables de Trabajo, que siguen opinando que este enfoque que da Economía a la reforma de los subsidios a los parados pone en duda la “honradez” de los desempleados a los que se les presupone un comportamiento fraudulento, acusándolos de no trabajar porque no quieren. Esto provocó también que los sindicatos CC OO y UGT salieran de forma conjunta a alinearse con el departamento de Díaz y defender que los cambios que se hagan deben ir en sentido contrario al de Economía: ampliando la cuantía del subsidio y haciendo que llegue a más gente.

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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.
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