Columna

Canciones de libertad

Desde siempre la voz de Mercedes nos sonó a libertad, cantase lo que cantase, su poderío saltaba por encima de represiones y dictaduras y nos llenaba de ese aire que sólo la canción comprometida pone en el mundo.

No la oíamos como se oye a un cantante. Ella, como la Parra, ponía en su boca el estremecimiento de su emoción y eso sólo lo han conseguido los que saltaron a la escena no para mostrar la bella voz que tenían, sino para denunciar la injusticia, la ruptura de la libertad.

Con ella, con Mercedes, crecimos estremecidos por esa estructura vocal que pocas veces se da en el mu...

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Desde siempre la voz de Mercedes nos sonó a libertad, cantase lo que cantase, su poderío saltaba por encima de represiones y dictaduras y nos llenaba de ese aire que sólo la canción comprometida pone en el mundo.

No la oíamos como se oye a un cantante. Ella, como la Parra, ponía en su boca el estremecimiento de su emoción y eso sólo lo han conseguido los que saltaron a la escena no para mostrar la bella voz que tenían, sino para denunciar la injusticia, la ruptura de la libertad.

Con ella, con Mercedes, crecimos estremecidos por esa estructura vocal que pocas veces se da en el mundo de la interpretación. Su emoción era la emoción de Mahalia Jackson o de la Piaf o de la Joplin. Pero ella tuvo que romper los moldes de países apresados bajo las dictaduras. Un día tuve el honor de cantar junto a ella para denunciar la brutalidad de la dictadura argentina. Guardo un pañuelito que me regaló dedicado y que hoy, rebuscando entre mis incontrolables cajones, ha aparecido para repetir con ella todas sus hermosas canciones.

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