Dos mujeres mezclan en La Fídula la canción francesa y el tango

A la voz de "siempre nos quedará París", las cantantes Paloma Berganza y Graciela Giordano recuperan en La Fídula (Huertas 57, metro Antón Martín), desde mañana y hasta el sábado (a las 23.00 y 01.00), la música que hacía latir la capital francesa cuando ésta era "crisol de culturas en el exilio y fuente inagotable de movimientos artísticos" y recuerdan los lazos de una historia olvidada, la del amor y desamor que unió esta ciudad con Buenos Aires. Para ello, y gracias a la colaboración musical de Horacio Icasto, que las acompaña al piano y al acordeón, han fundido conocidos temas del tango y ...

A la voz de "siempre nos quedará París", las cantantes Paloma Berganza y Graciela Giordano recuperan en La Fídula (Huertas 57, metro Antón Martín), desde mañana y hasta el sábado (a las 23.00 y 01.00), la música que hacía latir la capital francesa cuando ésta era "crisol de culturas en el exilio y fuente inagotable de movimientos artísticos" y recuerdan los lazos de una historia olvidada, la del amor y desamor que unió esta ciudad con Buenos Aires. Para ello, y gracias a la colaboración musical de Horacio Icasto, que las acompaña al piano y al acordeón, han fundido conocidos temas del tango y la canción francesa en un recital llamado precisamente La chanson, le tango y unas gotas de Cortázar. De esta manera, con la música aderezada por una selección de textos entresacados de Rayuela, la novela de Julio Cortázar, escritor ligado tanto a la capital de Argentina como a París, se suceden en el pequeño escenario de La Fídula las canciones que hicieron famosas Edith Piaf, Georges Brassens o Moustaki, entre otros, mientras recuerdan que un tanguista tan esencial como Carlos Cardel nació, bajo el nombre de Charles Romuald Gardés, en Tolousse, hijo de una modesta planchadora y padre ignoto.