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Alcaraz, sin desgaste, rompe su techo en Australia

El español, beneficiado por el abandono de Shang a los 66 minutos (6-1, 6-1 y 1-0), irrumpe por primera vez en la segunda semana y chocará el lunes con Kecmanovic

Carlos Alcaraz remata durante el partido contra Shang en la Rod Laver Arena.Foto: JOEL CARRETT (EFE) | Vídeo: EPV
Alejandro Ciriza

Él, murcianico de pro, agradece ese sol que hoy por fin llega y que estos días ha holgazaneado tras las nubes en Melbourne. El viento de primera hora se ha marchado y en la central se respira un ambiente agradable que multiplica el brío y la velocidad de sus golpes, estos de todos los colores. Carlos Alcaraz, sin mangas, a pleno rendimiento la maquinaria porque empieza la hora de la verdad y hay que probarlo todo, se lo pasa pipa. ¡Pim, pam, pum! Estacazos a tutiplén, diversión de sábado tarde. Se estira como un gato, flexiona piernas para el botepronto, tira un muñecazo bestial. “¡Carlitos, ooooolé!”, gritan desde la grada. Y él erre que erre, va con todo. La pelota vuela, sale como un tiro cuando el murciano carga y carga, y Juncheng Shang, pobre él, hace lo que puede; no mucho, para qué nos vamos a engañar. Apabullado por el tiroteo y tocado del muslo derecho, dispara la cifra de errores (25 al final) y, lesionado, decide parar a los 66 minutos: 6-1, 6-1 y 1-0. Al margen de la desgracia física —”nadie quiere ganar así”—, es un día para pasárselo bien.

Suena el Y. M. C. A. de los Village People y la música, ese algo tan especial que tiene, genera el clímax. Subidón. Alcaraz está a punto de cerrar el segundo set y observa la fiesta de la gente desde la silla, sonriendo, porque a él le gusta el show y si no se levanta y se une a la coreografía general es porque quedaría un poquito feo. Pero ganas no le faltan. Todo sale a pedir de boca. Por fin el verano, un rival —140º del mundo, el más joven al que se ha enfrentado en la élite— al que le falta un buen horneado y que permite el ensayo; para cerrar, un ahorro significativo del tiempo empleado sobre la pista, que en un grande todo cuenta y todo combustible es necesario. Poco más de una hora de rodaje traducida en una productiva sesión de entrenamiento y, en paralelo, desde la Margaret Court Arena, llegan (a priori, siempre a priori) buenas noticias porque Miomir Kecmanovic, serbio, ha quitado de en medio al estadounidense Tommy Paul, un dolor de cabeza hasta ahora. Dos veces batió a Alcaraz en cuatro partidos.

Carlos Alcaraz, este sábado, durante el partido ante Juncheng Shang.
Carlos Alcaraz, este sábado, durante el partido ante Juncheng Shang.Julian Finney (Getty Images)

Pero ojo, guardia alta porque tampoco es ninguna perita en dulce el balcánico, que le exigió de lo lindo hace dos años en los cuartos de Miami. Fue número uno júnior en 2016, y hoy trata de recuperar la buena dirección después de un amago de acceder a la zona noble y la decaída posterior. Tiene 24 años, es el 41º del mundo y posee la virtud de generar golpes desde cualquier posición, compacto, sin fisuras ni agujeros reseñables. Le espera Alcaraz, que con el avance hace pleno: ya ha pisado la segunda semana de todos los majors. “He mejorado mi mejor resultado aquí [la tercera ronda de 2022], pero espero seguir pasando rondas. Me he sentido cómodo moviéndome y he manejado bien la pelota”, comenta a pie de pista. “Lo primero, quiero desearle a Shang una pronta recuperación. Es un gran jugador y ha hecho buenos juegos; sé que estaba esperando este partido y desafortunadamente no ha podido afrontarlo de la mejor manera posible”, agrega con deportividad. El tenista asiático, zurdo, tan solo ha podido defender su servicio dos veces y ha encajado seis breaks; cede al final al dolor, pero la Rod Laver le aplaude por no haberse entregado antes. Bravo por él.

El tenista Juncheng Shang, durante el partido.
El tenista Juncheng Shang, durante el partido. JOEL CARRETT (EFE)

“Desde el principio del partido me di cuenta de que él no estaba jugando a su nivel, así que tenía que centrarme en mí mismo. Creo que es un muy buen pegador y un muy buen jugador; estoy seguro de que vamos a jugar más de una vez en grandes momentos y grandes escenarios”, augura el ganador, quien dice sentirse “muy bien”, a punto, en la adecuada posición a estas alturas de torneo: “Probablemente, diría que estoy en un 7 u 8. Es una nota alta, pero así lo siento. Creo que estoy mejorando cada día, en cada partido que estoy jugando; me siento cada vez mejor y, por supuesto, también me estoy acostumbrando a esta pista. No jugué tanto en ella [cuatro partidos]. Creo que todo está bien. Me llevo cosas buenas de la Rod Laver...”.

“¿LOS RÉCORDS DE BORG? ESTÁN GENIAL, PERO YO QUIERO LOS DE DJOKOVIC”

Tras el partido, el tenista español hizo el correspondiente trabajo de rehabilitación y posteriormente acudió a la sala de conferencias. Ahí, uno de los periodistas le informó de que es el jugador más joven de la Era Abierta (a partir de 1968) en llegar a siete octavos consecutivos de final de Grand Slam, arrebatándolo ese honor al sueco Björn Borg. 

“Bueno, intento no darle importancia, la verdad. No le doy mucha importancia porque los récords que realmente quiero batir son los que está batiendo Novak [Djokovic]. Esos son los récords que realmente me propongo para mi carrera. Este tipo de récords están muy bien, están genial, pero intentamos no darle importancia, sino seguir mejorando para ser mejor”, contestó el número dos de la ATP.

“Obviamente, quitarle un récord a una leyenda como Björn Borg [11 grandes en el expediente, cinco Wimbledons seguidos] siempre se agradece, siempre es muy bueno”, valoró; “pero, si le das demasiada importancia, a lo mejor puede jugar en tu contra. Así que nosotros intentamos olvidar este tipo de cosas”.

Por otra parte, esta fue una jornada de sorpresas. La checa Linda Noskova, de 19 años, fulminó por 3-6, 6-3 y 6-4 a la número uno, Iga Swiatek; el francés Arthur Cazaux, de 21, superó al holandés Tallon Griekspoor por 6-3, 6-3 y 6-1; el portugués Nuno Borges apartó a Grigor Dimitrov (6-7(3), 6-4, 6-2 y 7-6(6); y el noruego Casper Ruud cayó ante Cameron Norrie (6-4, 6-7(7), 6-4 y 6-3).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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