La revolución de MotoGP es Marc Márquez: una ‘pole’ y un podio el primer día

El piloto español, recuperado físicamente tras dos años y medio de penurias, sitúa a Honda donde nadie esperaba en el primer sábado de carreras al esprint

Marc Márquez, este sábado durante el Gran Premio de Portugal de MotoGP.MARCELO DEL POZO (REUTERS)

Nadie se fiaba de Marc Márquez en el paddock de MotoGP, por mucho que la Honda no estuviera ni por asomo a la altura de las motos punteras del campeonato. El octocampeón del mundo, a sus 30 años, ha llegado en plena forma y con mucha hambre al estreno de la nueva era del Mundial. Y el sábado, sorprendió a...

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Nadie se fiaba de Marc Márquez en el paddock de MotoGP, por mucho que la Honda no estuviera ni por asomo a la altura de las motos punteras del campeonato. El octocampeón del mundo, a sus 30 años, ha llegado en plena forma y con mucha hambre al estreno de la nueva era del Mundial. Y el sábado, sorprendió a propios y extraños; consiguió la pole position y un podio en el debut del formato de carrera al esprint. “Hemos creado mucha expectación, como Fernando Alonso en la Fórmula 1″, celebró. Su magnífico arranque de curso dio un nuevo impulso mediático a una categoría que le ha echado de menos, como mínimo en su mejor versión competitiva, los últimos tres años.

Su calvario con el húmero del brazo derecho, en su sitio tras cuatro operaciones que le llevaron a considerar la retirada, por fin ha quedado atrás. “Necesitaba un invierno tranquilo para poder prepararme”, reflexionaba el de Cervera después de su jornada estratosférica en Portimão. “Lo que faltaba de moto en algunos puntos, tiraba de físico, algo que no podía hacer antes. Ha sido un sábado soñado y no estaba en nuestras quinielas”, concretaba. Su preparación esta pretemporada ha sido la primera a pleno rendimiento y sin contratiempos desde su grave caída en el GP inaugural de la temporada 2020, el inicio de su pesadilla.

Márquez animó la trepidante jornada desde la mañana. Tuvo que batir el récord de la pista hasta en dos ocasiones para situarse arriba del todo, siendo el más pillo de la parrilla buscando el rebufo más rápido. “Quizás no es la manera más bonita, pero sirve”, reconocía. En la primera clasificatoria, aprovechó la estela de su nuevo compañero Joan Mir para conseguir el mejor tiempo; en la segunda, encontró la rueda de la Ducati oficial de Enea Bastianini para reventar el crono sobre la bocina y dar un vuelco al estado de ánimo de un equipo en horas bajas. Los alaridos de Santi Hernández, su técnico, escenificaban el chute de energía para los miembros del Repsol Honda.

El piloto español Marc Marquez es felicitado por su 'pole' de este sábado.NUNO VEIGA (EFE)

“Necesitas un entorno que sienta lo mismo que tú. Somos una familia, y es fantástico poder generar este tipo de reacciones en los míos”, sonreía Marc después de ver el vídeo. Su pole número 64 en MotoGP (nadie tiene más) le permitió luego engancharse al grupo de los mejores en la carrera al esprint tras un trabajo incesante día y noche que le ayudó a pulir algunos puntos débiles de la moto y de su pilotaje. Por ejemplo, en la última curva, antes de la recta de meta: “No pierde tiempo solo la moto, también yo”, reconocía. Su equipo no dudó en decirle las cosas claras. “Mira, esto y lo otro lo haces mal”, cuenta él que le dijeron en el box mientras estudiaban los datos juntos el viernes por la noche. “No es fácil decirle a un piloto que ha ganado tanto, aunque haya mucha confianza, que cambie su estilo, que corrija cosas. Quiero agradecerles que exista esa confianza para hablar de todo”, destacaba el 93.

La llegada de Álex Rins y Mir a la casa Honda ha dado sus frutos a pesar de los malos resultados en la hoja estadística: más allá de Márquez, Honda no logró colocar a ninguna otra moto entre los diez mejores. En cambio, Marc y su equipo vieron cómo sus nuevos compañeros atacaban con un método distinto algunas de las curvas débiles de su telemetría. Tras estudiar su estilo y trayectoria decidieron copiarles.

Después de una crisis de resultados sin precedentes en su historia, Honda decidió incorporar a un nuevo director técnico en verano. El japonés Ken Kawauchi, también procedente de Suzuki como los dos nuevos pilotos de la marca, ha traído consigo un nuevo método de trabajo al que todavía deben adaptarse. En un circuito donde la fábrica del ala dorada jamás había subido al podio, Marc logró aupar a su máquina tirando de magia. “Esto es una inyección de confianza muy grande para mí y el equipo”, subrayó.

A sabiendas de que fue el piloto quién marcó la diferencia, en Honda se emplazaron a seguir trabajando para dar los pasos adelante que les sigue exigiendo su estrella. Antes de arrancar el fin de semana, el tirón de orejas fue importante: la moto era como la que la terminó el curso pasado sin pena ni gloria. El sorpresón no quita que la propuesta nipona sea una de las más débiles del campeonato, con problemas de agarre y conservación de las gomas, un retraso notable en el uso de apéndices aerodinámicos y menos velocidad en recta que las dominadoras italianas. Con una Ducati, todos los pilotos rinden; con una Honda, todo se reduce al talento indomable de Marc Márquez.


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