El Athletic gana peso en la selección

Unai Simón, Iñigo Martínez y Nico Williams entran en los planes de Luis Enrique para el Mundial de Qatar

Ernesto Valverde felicita a Nico Williams este miércoles tras su buena actuación con España.LUIS TEJIDO (EFE)

Cuando a Paco Bru le encargaron confeccionar la lista de jugadores que acudiría a los Juegos Olímpicos de Amberes, en 1920, la primera cita oficial de la selección española, no tuvo ningún reparo en admitir cómo la había hecho: “Zamora de portero y una mayoría de jugadores vascos”. En aquel grupo de futbolistas, había cinco del Athletic, el mito Pichichi entre ellos, y también José Mari Belauste, el mediocentro de 1,93 metros, una altura inusual en la época, que le gritó a Sabino Bilbao, tambi...

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Cuando a Paco Bru le encargaron confeccionar la lista de jugadores que acudiría a los Juegos Olímpicos de Amberes, en 1920, la primera cita oficial de la selección española, no tuvo ningún reparo en admitir cómo la había hecho: “Zamora de portero y una mayoría de jugadores vascos”. En aquel grupo de futbolistas, había cinco del Athletic, el mito Pichichi entre ellos, y también José Mari Belauste, el mediocentro de 1,93 metros, una altura inusual en la época, que le gritó a Sabino Bilbao, también rojiblanco, aquello de “¡A mí el pelotón, que los arrollo!”, la frase que quedó para los anales, el partido frente a Suecia, como origen de la Furia española.

Aquel Athletic era el equipo que más títulos había ganado hasta entonces, siete copas del Rey, por cinco del Madrid y tres del Barcelona. En los siguientes Juegos, cuando todavía no se jugaban Mundiales, el equipo bilbaíno volvió a aportar cinco futbolistas. Era el núcleo principal de la selección. También después de la Guerra Civil. El 26 de enero de 1947, según los datos de Adurizpedia, se produjo la mayor concentración de jugadores del Athletic en la selección. En la derrota frente a Portugal en Lisboa (4-1), la primera de España frente a los vecinos, jugaron siete futbolistas del Athletic a las órdenes de Pablo Hernández Coronado: Bertol, Nando, Iriondo, Panizo, Zarra, Gainza, y el portero Lezama. El seleccionador no era sospechoso por rojiblanco: había sido jugador y secretario técnico del Real Madrid.

Desde aquellos tiempos, ya remotos, la presencia de jugadores del Athletic en la selección ha ido decreciendo. En la galería de internacionales que se exhibe en el antepalco de San Mamés no hay ningún futbolista rojiblanco que participara en los mundiales de 2002, 2006 y 2014. En esas tres citas globales, los seleccionadores no citaron a jugadores del club bilbaíno. En el resto de las apariciones de España, incluida la de Sudáfrica, en la que se proclamó campeona, siempre hubo alguno —Llorente y Javi Martínez entonces—.

El inevitable protagonismo de otros clubes restó presencia al Athletic en la selección que, sin embargo, tiene la ventaja de poder tirar de la cantera y fabricar futbolistas de Primera División mientras en otros clubes acuden al mercado. Es por eso que la entidad bilbaína navega mejor en tiempos de crisis económicas y se ralentizan los intercambios.

Dos ejemplos

Con cierta periodicidad, en San Mamés aparecen futbolistas brillantes que llaman la atención del seleccionador de turno. Es el caso de Luis Enrique con Unai Simón y Nico Williams, dos ejemplos de cantera. El guardameta, que pasó antes por el escaparate de las categorías inferiores de España, surgió prácticamente de la nada para convertirse en el portero titular de la selección. De estar cedido en el Elche, en Segunda División, se convirtió en dos años en fijo para el técnico asturiano. Salvo lesión, su plaza para el Mundial está aseguradas. Nadie apostaría por lo contrario.

En el caso del pequeño de los hermanos Williams, que podría encontrarse con su hermano en Qatar, la irrupción ha sido fulgurante. Como Simón, también fue citado muchas veces para los equipos promesas de España, y ni él mismo se esperaba su presencia en los dos partidos de la Liga de Naciones. Con 20 años, y 42 partidos en el Athletic, su progresión era indudable, pero no tanto que llegara a la selección con ánimo de derribar la puerta. Ante Suiza tuvo destellos, pero los 19 minutos que jugó contra Portugal, en los que disparó dos veces a puerta, buscó el uno contra uno y asistió de cabeza a Morata para el gol de España, fueron casi como el sello del pasaporte hacia el Mundial para Nico. Corroboró con la camiseta de la selección, y sin ningún complejo, los dos extraordinarios partidos, ante el Elche y el Rayo Vallecano, que completó en la Liga, y en los que marcó sus dos primeros goles en el campeonato doméstico.

La presencia del Athletic en el Mundial se puede completar con Iñigo Martínez, fijo en las convocatorias de Luis Enrique, que ha sido titular en el equipo de Ernesto Valverde en las dos últimas jornadas después de un mes en la enfermería. Cuando recupere el tono, lo más probable es que se integre en la lista de elegidos para Qatar. Al seleccionador le gustó el gesto del central vizcaíno, que renunció a la última Eurocopa porque no se sentía en condiciones de jugar, después de una temporada en la que confesó que llevaba un tiempo recibiendo asistencia psicológica.

Podría darse la circunstancia además, de que en el Mundial catarí se junten cuatro jugadores del Athletic, algo que no sucedía desde Brasil 1950, el primero que jugó España, y al que acudieron Gainza, Nando, Panizo y Zarra. Además de Simón, Martínez y Nico Williams, estará con toda probabilidad Iñaki Williams defendiendo los colores de Ghana. Después de debutar ante Brasil, el hermano mayor jugó 86 minutos en la victoria de su selección ante Nicaragua en El Ejido (1-0).

Nando y el miedo a ser devorado por los tiburones

Al Mundial de 1950 acudieron cuatro jugadores del Athletic, nunca han ido más, pero uno de ellos, el getxotarra Fernando González Valenciaga, conocido en el fútbol como Nando, no jugó ni un minuto, entre otras cosas, porque su viaje fue un infierno y no se recuperó en toda la estancia brasileña. La expedición española decidió viajar en avión y Nando tenía un miedo insuperable a volar. España partió el 18 de junio de 1950, en dos vuelos de la compañía Panair, uno por la mañana, con el seleccionador, los directivos, el masajista y dos jugadores —Eizaguirre y Gonzalvo II—, y el otro por la tarde, con el resto de futbolistas y el entrenador, Benito Díaz, que no tenía el rol de seleccionador. A Nando le hubiera gustado viajar en barco, como la selección italiana, que lo hizo porque aún estaba fresca la memoria de la tragedia de Superga, en la que pereció la plantilla del Torino, pero tuvo que hacerlo en avión, que hizo escala en Lisboa. Para mayor intranquilidad, les anunciaron que debían pernoctar allí porque el avión tenía una avería. Tardaron 16 horas en sustituir el cilindro de uno de los motores. “En general les preocupa el viaje, pero procuran ocultar sus temores, y gastan bromas a propósito de lo que tardarán en ser devorados por los tiburones”, decía Benito Díaz a los periodistas que acompañaban a la expedición. Nando llegó totalmente descompuesto a Río, y no cogió el avión que llevaba al equipo a Curitiba para el primer partido.

No jugó ni un minuto en el Mundial, pero figura en la nómina de futbolistas del Athletic que han acudido a alguno de los torneos. En el primero, además de Nando estuvieron Gainza, Panizo y Zarra. En 1962, en Chile, Carmelo Cedrún y Echeberria. En 1966, el portero español fue Iribar; en 1978, a Argentina, acudió Dani. En el Mundial de España, Urkiaga fue el único seleccionado rojiblanco. En 1986, en México, jugaron Zubizarreta, Goikoetxea y Salinas. En 1990, en Italia, Andrinua y Alkorta, en 1994 Julen Guerrero jugó en Estados Unidos, y repitió junto a Alkorta y Joseba Etxeberria en Francia 1998. En Sudáfrica estuvieron Llorente y Javi Martínez y en Rusia 2018, Kepa Arrizabalaga.

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