El Barça se encasquilla ante el Galatasaray

El equipo azulgrana no puede pasar del empate en el Camp Nou, estéril en el primer acto y desafinado en el remate en el segundo

Eric García y Mostafa Mohamed se disputan el balón durante el partido del Barcelona contra el Galatasaray.Enric Fontcuberta (EFE)

Al Barcelona le cuesta desde hace mucho tiempo decir la suya en Europa, sea en la Champions o ahora en la Liga Europa, por más que en la eliminatoria pasada diera buena cuenta del Nápoles (lejos del Camp Nou). Así, frente al débil Galatasaray -decimosegundo en la liga turca-, el equipo de Xavi desperdició la primera parte y cuando trató de recomponerse en la segunda se discutió con el remate y la puntería, incapaz de deshacer el empate. Unas tablas que saben a poco por el caudal ofensivo azulgrana y que explica...

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Al Barcelona le cuesta desde hace mucho tiempo decir la suya en Europa, sea en la Champions o ahora en la Liga Europa, por más que en la eliminatoria pasada diera buena cuenta del Nápoles (lejos del Camp Nou). Así, frente al débil Galatasaray -decimosegundo en la liga turca-, el equipo de Xavi desperdició la primera parte y cuando trató de recomponerse en la segunda se discutió con el remate y la puntería, incapaz de deshacer el empate. Unas tablas que saben a poco por el caudal ofensivo azulgrana y que explican que el supuesto favoritismo en la Liga Europa todavía se lo tiene que ganar, ahora exigido a imponerse en el caldeado estadio turco para pisar los cuartos de final.

El Galatasaray cedió el balón y toda iniciativa al Barcelona porque decidió defender con todo -el único que se quedaba descolgado era Mohamed, el delantero centro- y atacar con muy poco, supeditado a unas contras que no llegaban. Ocurrió, sin embargo, que al equipo azulgrana le costaba encontrar las vías o rampas hacia el gol, pues circulaba demasiado lento el balón y tampoco atacaba los espacios, carente de la imaginación para dar el último pase. Sí que lo intentó por los costados, con las llegadas por sorpresa de los laterales y sobre todo con Adama, siempre protagonista con sus carreras y quiebros, pero los centros se quedaron huérfanos de remate por definición. Por lo que sin ocasiones claras con el balón en movimiento, Memphis pidió su turno con una falta desde la frontal estupenda por encima de la barrera. Para su infortunio, Iñaki Peña -que en el mercado invernal dejó el Camp Nou- replicó con una estirada todavía mejor. Algo similar sucedió poco después, pues el holandés recortó en el vértice del área y soltó un chut cruzado que exigió una buena palomita del portero rival.

Pero poco más ofreció el Barcelona en el primer acto, al punto de que pareció incluso contagiarse del ritmo del rival, escaso en los desmarques de ruptura, lejos de encontrar al tercer hombre en campo contrario. Insuficiente para descascarillar al Galatasaray de Domènec Torrent, que se refugió en su joven valor, el extremo izquierdo Akturkoglu, que se marcó un eslalon por la izquierda y se plantó en la frontal del área para meter el miedo en el cuerpo de Ter Stegen, finalmente salvado por Eric García porque metió la pierna a tiempo para desviar el disparo a córner.

Tan poco le gustó a Xavi lo que vio sobre el césped que hizo tres cambios de una tacada al comenzar el segundo tiempo, pues Piqué, Busquets y Dembélé entraron por Araujo, Nico y Ferran. Funcionó la idea porque el equipo sacó mejor la pelota desde atrás, le dio más ritmo en el eje y sobre todo abrió más a la zaga rival al jugar con dos extremos puros. Se multiplicaron las ocasiones: un disparo que no vio puerta de Adama; un remate de cabeza de Busquets; una volea de Jordi Alba… Pero andaba el equipo reñido con el remate y por eso entró también Aubameyang, que por poco no cazó un centro de Dembélé cuando ya se cantaba gol en el Camp Nou. Lo probó después Dembélé con un disparo desde fuera del área y Frenkie De Jong con un remate a la remanguillé que escupió el palo, por más que después lo anulara el colegiado por falta previa de Pedri.

Como última instancia entró Luuk de Jong, el revulsivo por definición, el rematador. Aunque en esta ocasión no encontró la receta milagrosa para expresar el gatillazo del Barça frente al Galatasaray y para remarcar que todo se deberá decidir en Turquía.

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