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El Sporting se despeña

Un Villarreal superior acaba con el sueño del conjunto de Clemente, virtualmente descendido

En una atmósfera bélica, la típica de los equipos y las aficiones que se resisten a la evidencia, El Molinón despidió al Sporting de la Primera División después de cuatro años de vida y milagros. El Villarreal, incluso esta versión rebajada de los últimos meses, está bastante por encima futbolísticamente del equipo de Clemente. En el momento que se encontró con un rival que no le regaló nada, el Sporting chocó con la cruda realidad tras una temporada disparatada: aunque las matemáticas aún no lo digan, es equipo de Segunda.

Lotina y Clemente tienen muchas coincidencias en su libro de estilo, como se apreció en su cara a cara. Son de esos entrenadores que presumen de montar sus conjuntos desde una buena defensa o, al menos, nutrida. Y a menudo recurren a centrales para dar equilibrio al centro del campo. Lo hizo Clemente con Gálvez y replicó Lotina con Marchena. La diferencia, que no tardó en plasmarse sobre el campo, fue el acompañamiento. Mientras que al exvalencianista le escoltaban nada menos que Senna y Bruno, en la zona de creación del Sporting estaba Lora, abandonado a su suerte por un Gálvez desubicado y por Trejo, que no pudo reprimir su tendencia a vivir más cerca del área contraria que de la propia.

SPORTING, 2 – VILLARREAL, 3

Sporting: Juan Pablo; Damián, Botía (André Castro, m. 78) , Gregory, Menéndez; Gálvez, Lora; De las Cuevas (Mendy, m. 56), Trejo, Colunga (Bilic, m. 60); y Sangoy. No utilizados: Cuéllar; Pedro Orfila, Moisés y Rivera.

Villarreal: Diego López; Mario, Zapata, Musacchio, Jaume Costa; Marcos Senna (Ángel, m. 61), Marchena (Wakaso, m. 71), Bruno; Hernán Pérez (Gonzalo, m. 88), Marco Ruben y Borja Valero. No utilizados: César; Camuñas, Martinuccio y Nilmar.

Goles: 0-1. M. 18. Mario. 1-1. M. 38. Lora. 1-2. M. 42. Marcos Senna. 1-3. M. 55. Hernán Pérez. 2-3. M. 84. Gálvez.

Árbitro: Del Cerro. Expulsó a Clemente y César. Amonestó a Botía, H.Pérez, Gregory, Mario, Marchena, Gálvez, Wakaso, Lora, Gonzalo y Damián.

Unos 28.000 espectadores en El Molinón.

Por si fuera poco, Borja Valero se sumaba a la fiesta partiendo desde la banda izquierda. Precisamente, un movimiento de Valero, perseguido de lado a lado por Damián, estuvo en el origen del primer gol. Bruno aprovecho el agujero para plantarse solo ante Juan Pablo, que salvó el primer envite, pero ya no pudo hacer nada con la sorpresiva llegada de Mario al área pequeña desde el lateral.

La sensación de superioridad del Villarreal era tan nítida que, una vez más, el Sporting se enfrentaba a una misión imposible. El gol de Lora, llegado de la nada, fue un espejismo que duró exactamente tres minutos, los que tardó la defensa sportinguista en urdir el enésimo desastre de la temporada. Damián se quedó paralizado en el pico del área, Marco Rubén agradeció el detalle y Gregory, pese a que el delantero apenas tenía ángulo, le derribó. Marcos Senna, con la piel curtida en mil batallas, aguantó la presión del punto de penalti y de 28.000 gargantas.

Si el Sporting se fue al descanso con un pie en Segunda, Hernán Pérez le puso con los dos poco después de regresar. El poste izquierdo devolvió un primer remate, tras un lujo de Borja Valero, pero ese mismo palo fue su aliado en un disparo más lejano. El Molinón enmudeció, pero muy pocos se movieron de sus butacas, quizá para alargar por unos minutos la sensación de vivir fútbol de Primera.

Clemente quemó sus naves con tres cambios a la desesperada, pero la lógica del fútbol se impuso de forma aplastante. Hasta que un error defensivo del Villarreal permitió marcar a Gálvez y asistir a un desenlace en el que hubo de todo, pero nada bueno: piques entre los jugadores, lanzamientos de objetos, expulsiones y, por supuesto, nada de fútbol. El Villarreal llegó a temer por un nuevo empate, pero el Sporting era un cadáver futbolístico.

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