FERIA DE LA COMUNITAT

El toro de Torrealta y Román, lo más destacado

El diestro valenciano cortó una oreja. Sus compañeros Lorenzo y Fonseca, discretos

Hermanos Mateo

En las corridas llamadas concurso de ganaderías, se supone que los ganaderos envían lo mejor de su despensa. Elección rigurosa de toros, por presencia y reata, como manda tan caro compromiso. Se supone todo ello, digo. Luego, ya se sabe, lo que cada toro lleva dentro es un enigma solo desvelado cuando se lidia. Y, también, hay que cuidar la lidia y sus detalles. Sobre todo, el tercio de varas, suerte fundamental para calibrar la bravura del toro. En este caso, se acotó el terreno donde se debía ejecutar y, de la segunda raya al centro del ruedo, tres tramos iguales para poner en suerte a los t...

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En las corridas llamadas concurso de ganaderías, se supone que los ganaderos envían lo mejor de su despensa. Elección rigurosa de toros, por presencia y reata, como manda tan caro compromiso. Se supone todo ello, digo. Luego, ya se sabe, lo que cada toro lleva dentro es un enigma solo desvelado cuando se lidia. Y, también, hay que cuidar la lidia y sus detalles. Sobre todo, el tercio de varas, suerte fundamental para calibrar la bravura del toro. En este caso, se acotó el terreno donde se debía ejecutar y, de la segunda raya al centro del ruedo, tres tramos iguales para poner en suerte a los toros. De menos a más, del primer puyazo al tercero. La idea se respetó, y cada toro cumplió en función de sus condiciones.

El premio gordo de la corrida concurso salió temprano y apenas hubo que esperar. Fue el primero, de Torrealta, de nombre “Planeador”, colorado ojo de perdiz, bajo y con mucha cara. Hizo honor a su nombre y planeó para ir por tres veces al caballo, cada una desde los tres tramos pintados en la arena. Su arranque en la segunda y tercera vara fue un espectáculo, alegre, de muy lejos y bien medido el castigo por parte de Santiago Morales “Chocolate”. Se dejó banderillear sin más, y no bajó el nivel de sus cualidades en la muleta. Pronto, con celo en la embestida, alegre con un templado Román por delante. Al cite de lejos, Román hizo lucir al toro durante toda la faena. En esa labor, sin apenas aristas, los naturales tuvieron ritmo. Ni una protesta del toro, que repitió embestida de lejos cada vez que Román le enseñaba la muleta. Faena larga, con final en terrenos de cerca, con circulares invertidos y bernadinas finales. El toro tardó en caer y en el arrastre se llevó la ovación de la tarde. El toro de la corrida. Sin duda.

La pedrea fue para el toro de Pedraza de Yeltes, largo y alto de hechuras, que también lo jugó Román. Tres entradas al caballo, resistiéndose a salir de la primera. Y de muy largo, en la boca de riego, las otras dos. Nuevo espectáculo. Ovación de gala para “El Puchano”, artífice de la suerte de otro brillante terco de varas, aunque coger toro no era fácil por la velocidad con que se arrancaba. Pero ¡ay!, este toro pagó factura muy pronto. No quiso muleta de largo, empeñado Román en ello, y tuvo más entrega en la distancia corta. Con un Román provocativo, la faena fue animosa y de muy laborioso trabajo a la hora de cuadrar al toro.

Los cuatro toros restantes no sumaron puntos. El segundo, de Alcurrucén, manseó en varas, esperó en banderillas y le costó un mundo tomar la muleta. No humilló y se entretuvo en soltar un derrote al final de cada muletazo. Álvaro Lorenzo lo intentó sin brillo. El quinto, de La Palmosilla, prometió. Se fue de largo en la segunda vara y apuntó mucha nobleza en la muleta. La faena de Lorenzo, lineal, iba hacia arriba cuando en un mal movimiento, el toro se lesionó. No hubo manera de recuperarlo y tuvo que ser apuntillado.

Fue noble y obediente el tercero, de Adolfo Martín. De hermosa presencia, no cumplió con las expectativas ni con su procedencia. Al paso fue al caballo y cumplió sin más. No planteó pegas en la muleta, peco incluso de soso y enfrente un Isaac Fonseca con mucha actitud. Siempre de cerca, le sacó todo lo posible. Pero sin emoción. De sexto saltó el toro de El Tajo. Otro hermoso ejemplar. Castaño de espectacular cornamenta. Muy serio. Pero se quedó en eso, solo en fachada. No pasó de discreto en varas, se quedó corto en banderillas y empezó y a protestar antes de tiempo. Fonseca pudo echarle cierta emoción en los rodillazos iniciales, pero no había mucho más que rascar. El azteca salvó la papeleta con dignidad. Mucha voluntad.

Los premios establecidos fueron para el toro de Torrealta, como mejor de la corrida, el banderillero Rafael González como lidiador más destacado y Chocolate al mejor picador.

Concurso de ganaderías / Román, Lorenzo, Fonseca

Toros, por este orden, de Torrealta, Alcurrucén, Adolfo Martín, Pedraza de Yeltes, La Palmosilla y El Tajo, bien presentados, aunque desiguales de tipo y juego. Destacaron primero, sobre todos, y cuarto.

Román: casi entera algo desprendida _aviso_ (oreja); estocada caída perdiendo muleta y perseguido _aviso_ descabello _2º aviso_ y dos más (saludos).

Álvaro Lorenzo: dos pinchazos y más de media trasera (silencio); apuntillado (saludos con división).

Isaac Fonseca: pinchazo _aviso_ y más de media perdiendo muleta (saludos); pinchazo y estocada baja perdiendo muleta (palmas).

Plaza de Valencia, 12 de octubre. Tercer y último festejo de la Feria de la Comunitat. Un tercio.

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