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Columna
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La marmota

La bondad siempre triunfa... en los anuncios de la Lotería

Ángel S. Harguindey

El primer problema que surge al ver el anuncio de la lotería de Navidad es encontrar la categoría adecuada: ¿concurso, corazón, informativo...? Concurso es, por supuesto, pero por el buenismo que lo caracteriza podría clasificarse en “corazón”. Lo de informativo es más complejo, pero en el de este año, y nada más comenzar, nos enteramos de que Juan sigue enfadado con su hermano, es un dato.

El cortometraje ha sido realizado por Javier Ruiz Caldera, responsable de Anacleto: Agente secreto, información de interés en un tiempo en el que el excomisario Villarejo se ha convertido en uno de los reyes del mambo y que, sin duda, será analizada rigurosamente por cualquiera de los múltiples tertulianos habituales. Podían haber encargado el corto a un realizador con una filmografía próxima a la madre Teresa de Calcuta, pero no; se lo encargaron al responsable de las andanzas de un agente secreto. Por algo será.

Juan (Luis Bermejo) tiene un chiringuito de copia de llaves y, sobre todo, tiene muy mal humor. Ya en su casa se dispone a ver una película en la tele: Atrapado en el tiempo. “Otra vez esta”, comenta, sin tener en cuenta que se podía dar con un canto en los dientes porque no pusieran por enésima vez Solo en casa. Llega el 22 de diciembre. No espera al vecino para bajar en el ascensor. Casi le sacan un ojo con un árbol de Navidad. Se toma malhumorado su café habitual en el bar del mercado y se entera de que le ha tocado el gordo: 400.000 euros. Bandeja de jamón. Y así un día y otro día.

Está atrapado en el tiempo, como los dirigentes del PP. Surge la codicia, jamón y langosta, compra todos los décimos que puede, pero sigue en el bucle temporal hasta que comprende que la felicidad está en compartir el décimo del principio. Sonríe satisfecho: ya es 23 de diciembre. La bondad siempre triunfa, al menos en los anuncios de la lotería.

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