La pobreza se ceba con los menores de 18 años en América Latina
El 45% de los niños y adolescentes de la región vive en la pobreza, según el último informe de la Cepal
Los menores de 18 años son el grupo más expuesto a la miseria en América Latina. Casi el 45% de los niños y adolescentes vive en condiciones de pobreza, 13 puntos más que el promedio de la población de la región, según el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022 publicado este jueves por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago de Chile. De l...
Los menores de 18 años son el grupo más expuesto a la miseria en América Latina. Casi el 45% de los niños y adolescentes vive en condiciones de pobreza, 13 puntos más que el promedio de la población de la región, según el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022 publicado este jueves por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago de Chile. De los 81 millones de menores que se desarrollan en ese contexto precario, 35 millones viven en situación de pobreza extrema. En todos los países de la región, las tasas de pobreza en este grupo superan -y en algunos casos duplican-. el promedio nacional.
Los más afectados son los menores de Colombia, Honduras y México, donde más de la mitad vive en situación de pobreza. En Argentina, Bolivia y El Salvador el porcentaje alcanza o supera el 40%. Desde 2015 se observaba en la región una leve alza de la pobreza, un deterioro en los niveles de bienestar y un estancamiento en los avances de los logros educativos, señala el informe, pero la pandemia generó una crisis social que ya cursa su tercer año que amenaza con provocar un “efecto cicatriz” que merme las oportunidades de esa generación.
“No es momento para cambios graduales, sino para políticas transformadoras y ambiciosas”, sostuvo este jueves José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL. “Se requieren esfuerzos intersectoriales de política pública que vinculen la oferta educativa con la salud, el trabajo y la protección social, y que permitan asentar mecanismos para garantizar un nivel de bienestar e ingresos en una era de volatilidad e incertidumbre”, agregó.
El cierre prolongado de las escuelas en América Latina (70 semanas promedio de cierre frente a 41 semanas en el resto del mundo), exacerbó las desigualdades preexistentes en materia de acceso, inclusión y calidad. Si no se articulan políticas de salud con las de educación a corto plazo, alerta la Cepal, puede traer serias consecuencias en las trayectorias educacionales y laborales de estos jóvenes, adolescentes y niños.
La educación está profundamente relacionada con la posibilidad de acceder a un trabajo adecuado, por eso, cuando los estudiantes no logran adquirir las competencias necesarias para su adecuada inclusión laboral, las opciones para generar ingresos que les permitan satisfacer sus necesidades básicas se reducen significativamente.
El organismo regional de las Naciones Unidas ya ha podido cuantificar los primeros impactos de la pandemia en la vida de los jóvenes del Caribe y América Latina: el grupo de entre 18 a 24 años que no estudia ni trabaja de forma remunerada aumentó de 22,3% en 2019 a 28,7% en 2020, afectando especialmente a las mujeres jóvenes (36% comparado con un 22% de los hombres).
Aunque los jóvenes son los más expuestos a la pobreza, América Latina completa aún no logra retroceder a los niveles registrados antes de la pandemia. La Cepal proyecta en su informe que a fines de 2022 la pobreza se situará en 32,1% de la población (201 millones de personas) y la pobreza extrema en 13,1% (82 millones). Estas cifras presentan una leve disminución respecto a 2021, pero revelan que todavía hay 27 millones más de pobres en la región que antes de la crisis sanitaria.
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