La calle recupera el pulso contra los recortes educativos

La huelga general de la enseñanza tuvo un amplio respaldo en la Comunidad Valenciana y mostró sus propias señas de identidad en las manifestaciones y concentraciones que se produjeron a lo largo del día en las capitales de provincia y en la mayoría de las comarcas.

Alrededor de 60.000 personas en Valencia, unas 20.000 en Alicante, en torno a 10.000 en Castellón y 1.500 en Elche, según los organizadores, acudieron a las manifestaciones que concentraron las energías de la protesta contra la LOMCE y los diversos recortes, económicos y humanos, que aquejan al sistema educativo valenciano. Más valenciano, más calidad, más dignidad eran algunas de las exigencias destacadas en la pancarta de la Plataforma de Defensa de l’Ensenyament Públic que presidía la marcha en Valencia, al final de la cual se pidió tanto la dimisión del ministro Wert como de la consejera María José Català. Todos los partidos de la oposición tuvieron destacada presencia en las manifestaciones de las tres provincias.

En general, mostraban un músculo reivindicativo que hacía tiempo había desaparecido de las calles valencianas en un gran número de convocatorias diversas.

El rechazo al proyecto de nueva ley orgánica de educación y las grandes reivindicaciones sobre la educación confluían con las demandas concretas, aunque abundaba el “no” como resumen. No a las reducciones de plantilla, al aumento de la ratio y a la supresión de becas eran las exigencias del AMPA del colegio público Manuel González Martí, de Benifaraig, en la manifestación que recorrió el centro de Valencia hasta la Delegación del Gobierno. Este colegio había tenido un 100% de seguimiento de la huelga por parte del profesorado y un 90 % del alumnado, exceptuados los servicios mínimos, lógicamente. "Parece que se acaba la escuela pública", decía la tía de tres niños escolarizados en el centro, " no tienes más que ver el comedor, la limpieza, las ayudas para libros, los maestros que suprimen ..."

Un nutrido grupo de interinos increpaba en Alicante: “Comisiones y UGT quien te ha visto y quién te ve”, mostrando así su malestar por el acuerdo suscrito entre estos sindicatos que firmaron la baremación de la bolsa de trabajo con la consejería de Educación.

En cifras globales, la Consejería de Educación situó en un 28% el seguimiento de la huelga en la enseñanza pública. Los sindicatos hicieron muestreos y a media tarde el mayoritario STEPV daba un 72% de profesorado en huelga y seguimientos del 73% y del 23%, por parte del alumnado y los administrativos, respectivamente. En la concertada, las cooperativas la secundaron mayoritariamente y bastante menos el resto. Elisa, una profesora de la concertada reconocía en la manifestación de Castellón que no había podido hacer huelga por el castigo que conlleva, pero que era “imprescindible” salir a la calle, informa Lorena Ortega.

La universidad respondió de manera desigual, siendo la de València la que más eco registró, con un 90% del profesorado, según el STEPV, seguida de la Jaume I, con un 60%, según la propia universidad y la de Alicante, en torno a un 45%. Muy superior fue la respuesta del alumnado universitario en términos generales. Los estudiantes sí secundaron la huelga mayoritariamente.

Como incidentes destacables, la ocupación por parte de 300 personas de la sede de la Consejería de Educación en Alicante por la mañana; altercados en el campus de Tarongers de Valencia a primera hora, con dos policías locales heridos, y tres menores detenidos tras la manifestación estudiantil de esta capital.

 Desde primera hora de la mañana piquetes informativos actuaron en la Avenida de los Naranjos, flanqueada por escuelas y facultades de la Universidad Politécnica y de la Universitat de València. Los dos policías locales que resultaron heridos leves actuaron en un altercado con un piquete que pretendía incendiar contenedores y neumáticos y cortar la vía del tranvía. En los hechos confluyeron también agentes de la Policía Autonómica y de la Guardia Civil.

Hacia las 11.30 también se producían incidentes en el campus de la avenida de Blasco Ibáñez, antes de la salida de la manifestación estudiantil, prevista a las doce de mediodía. Estudiantes parapetados en la Facultad de Psicología lanzaban piedras al exterior, donde se encontraba la policía provista de escudos.