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Adiós al "secreto comercial" de Windows

La compañía abre sus patentes a excepción de que se utilicen con fines comerciales

Los cambios anunciado por Microsoft suponen un importante salto en su forma de entender al informática y un giro hacia las nuevas filosofías más abiertas, que además, puede permitirle poner punto final al litigio abierto con la Unión Europea.

La primera de sus medidas consiste en abrir los interfaces de programación (APIS) y los protocolos de comunicación de sus plataformas más extendidas como son Windows Vista (incluyendo .NET Framework), Windows Server 2008, SQL Server 2008, Office 2007, Exchange Server 2007, y Office SharePoint Server 2007, y versiones futuras de estos productos.

La compañía ya ha publicado en su página web 30.000 páginas de documentación sobre los sus programas, a las que hasta ahora sólo tenía acceso un determinado número de empresas y clientes bajo el pago de una licencia de secreto comercial. En los próximos meses la compañía está dispuesta a ampliar esta documentación a nuevos productos, incluidos el Office 2007.

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A partir de ahora, los desarrolladores pueden ver y usar los interfaces de Microsoft sin pagar por ello. La comparación utilizada por la compañía es que ha abierto "los diccionarios, las gramáticas de sus productos para que puedan hablar y comprendese mejor" con otros sistemas. Esto representa que cualquiera, incluidos sus competidores, pueden ver "estos diccionarios" y utilizarlos sin pagar por ello. "Estamos liberando nuestros productos de las leyes del secreto comercial y las patentes", asegura Rosa García en una conferencia de prensa telefónica.

Nuevas licencias de patentes

El acuerdo incluye desvelar el secreto de muchas de sus tecnologías que estaban patentadas. Pero Microsoft pone alguna limitaciones en cuanto a los protocolos de comunicación, que van a poderse utilizar de manera gratuita, a excepción de que se usen con el fin de obtener beneficios comerciales.

Es decir, si quien utiliza esas tecnologías para desarrollar un nuevo programa que va a comercializar tendrá que pagar unos derechos de uso a Microsoft. En este caso, la compañía de Redmond ha creado tres formulas: un pago fijo de 10.000 dólares que permitirá acceso las especificaciones técnicas de estos protocolos y el derecho a usarlos y ditribuirlos en nuevos productos. O bien una licencia de patente mundial que supondrá el pago en concepto de royalties del 0,4% de los ingresos que se logren con la venta de los nuevos productos. Y una tercera opción, que supone la combinación de las dos anteriores.

"Son unos costes mínimos", opina la presidenta de la filial ibérica. Este es un punto fundamental, pues la última sentencia de Bruselas en el juicio antimonopolio exigía que Microsoft redujese el precio de acceso a estas patentes.

Nuevos formatos

Otra de las grandes novedades es el que hace referencia a la libertad de los datos. Con esta nueva filosofía, Microsoft va a permitir que el cliente elija con qué formato quiere trabajar aunque esté usando un programa de Microsoft. Esto va a suponer, por ejemplo, que Office permita guardar un documento con una extensión ajena a Microsoft. Es decir, su procesador de textos podrá trabajar con un documento que no sea Word, que sea PDF de Adobe o que tenga una extensión de un programa propietario que se use exclusivamente dentro de una compañía.

En cuanto a los estándares, Microsoft se compromete a compartir toda la información sobre cómo los están utilizando o cómo los han ampliado.

Con estas medidas, Microsoft cree que está facilitando una información que va a facilitar la compatibilidad de sus plataformas con todos los programas de la competencia, pero además, considera que la medida va a ser un motor para la innovación, para que terceras compañías, incluso las que apoyan Linux o los desarrollos de código abierto, creen nuevos programas compatibles con Windows, Exchange y la gran mayoría de sus productos.

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