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La defensa del asesino de Pioz se agarra a la tesis del “cerebro enfermo” para eximirlo

Los peritos llamados por la abogada del acusado admiten que no ha participado un neurólogo en la elaboración del informe

Patrick Nogueira, durante el juicio por el crimen de Pioz.Vídeo: Pepe Zamora | EFE
J. J. Gálvez

El cerebro del descuartizador de Pioz ha asumido ya todo el protagonismo en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Guadalajara. Con una neuroimagen del asesino proyectada al fondo de la sala, los miembros del jurado han escuchado durante horas a los peritos —un psicólogo, un psiquiatra y un médico— llamados por la abogada de la defensa, Barbara Royo. Durante su declaración en la noche del lunes y la mañana del martes, los tres han avalado la tesis de que Patrick Nogueira, de 21 años, sufre un daño neuronal que le impide controlarse y que altera su conducta. “Un cerebro enfermo” al que se agarra la letrada como eximente para lograr rebajar la pena. Pero ese argumento lo rechazan la fiscalía, las acusaciones particulares y otros ocho psiquiatras, psicólogos y médicos (tres de ellos, llamados por el abogado de la familia de las víctimas) que pasaron por la vista oral anteriormente.

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“Tiene un cerebro enfermo que interfiere en la conducta y en los hechos que se juzgan”, ha destacado este martes el psiquiatra José Miguel Gaona, llamado a declarar por Royo. “El cerebro de Patrick no es normal”, ha continuado Antonio Maldonado, médico de la clínica Quirón, también citado por la defensa: “La parte derecha estaba claramente afectada. Funcionaba menos”. En base a la neuroimagen —denominada técnicamente como Pet-tac y que, según ha aclarado, es una “exploración neurológica complementaria”—, el doctor ha considerado que su actividad cerebral está “dañada”. Aunque posteriormente, a preguntas de la fiscalía, ha reconocido que en ningún momento ha participado un neurólogo en la elaboración del informe.

Pero ¿otra persona con esta misma lesión haría los mismos hechos que ha cometido el acusado?, le ha preguntado directamente un miembro del jurado. “Contundentemente, sí, matizando que con unas circunstancias similares", ha apostillado Gaona, que contradice así a los forenses y que ha insistido en que la voluntad del asesino se encuentra “menoscabada”. “Vulgarmente, la cabeza no le funciona bien. Si el cerebro hubiera sido normal, no hubiera pasado. Una persona normal no reacciona de esta manera”.

Pero, ¿hubiera podido elegir no matar?, ha preguntado también un abogado de la acusación: "No lo sabemos", ha alegado entonces.

Los otros ocho peritos que declararon el lunes desmontaron, en cambio, toda esta teoría, que se ha convertido en la clave de la vista oral. “Patrick conoce perfectamente lo que está bien y lo que está mal”, resumieron dos de las psicólogas judiciales, que describieron al joven como un psicópata mentiroso y manipulador. “No tiene una patología, psiquiátrica ni médica”, añadió otra experta.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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