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El Gobierno de Japón amplía el radio de evacuación de la central de Fukushima

La población de las zonas que registren una radiactividad superior a 20 millisieverts tendrán que dejar sus casas.- Un nuevo terremoto de magnitud 6,6 vuelve a sacudir la costa oriental del país.- El Gobierno nipón estudia elevar al máximo el nivel de alerta nuclear en Fukushima

Este lunes, 11 de marzo, se cumple un mes del peor terremoto y posterior tsunami registrado en Japón y el país ha vuelto a temblar. Esta vez ha sido un terremoto de magnitud 6,6 en la Escala de Richter con epicentro en la costa este del país, por debajo de la provincia de Fukushima, en la provincia de Iwaki . La agencia Kyodo informa que se ha decretado una alerta de tsunami en el Pacífico. Tepco ha informado de que de momento, no se han reportado daños en la central nuclear de Fukushima, y que se ha seguido el protocolo habitual en este tipo de situaciones: evacuación del personal y corte en el suministro eléctrico, que mientras ha estado cortado ha obligado a refrigerar los reactores con agua lanzada desde coches de bomberos.

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Un mes después de la tragedia, mientras en Fukushima se sigue luchando para controlar el desastre nuclear, el Gobierno nipón ha anunciado que está estudiando la posibilidad de elevar al máximo el nivel de intensidad

del accidente nuclear de la central de Fukushima debido a los altos niveles de radiación que salen de la central. Eso significaría pasar de cinco a siete en la escala internacional de accidentes nucleares (INES, por sus siglas en inglés), equiparándolo al desastre de Chernobil ocurrido hace 25 años, según han

informado fuentes gubernamentales a la agencia de noticias nacional Kyodo.

Este lunes se ha guardado un minuto de silencio en todo el país a la hora exacta en la que ocurrió (7.46, hora española)Y con motivo de este aniversario, Masataka Shimizu, presidente de la compañía gestora de la central nuclear, Tokyo Electric Power (Tepco), se encuentra en la zona de la catástrofe para pedir perdón a todos los afectados por la situación. Sin embargo, según informa la agencia de noticias local Kyodo News, el gobernador de la provincia, Yuhei Sato, se ha negado a recibirle.

Mientras tanto, el Gobierno ha decidido evacuar a la población más expuesta a la radiación, incluso traspasando el límite de los 20 km de la central que inicialmente impuso el Ejecutivo, informa Reuters. Yukio Edano, portavoz del Gobierno, ha explicado en una conferencia de prensa, que evacuarán las zonas que acumulen más de 20 milisiverts en un periodo de un año. Así se va a hacer en Iitate, una localidad a 40 km de la planta, como también en algunas zonas de la ciudad de Kawamata y otras áreas. "No hay necesidad de evacuar inmediatamente", ha matizado, aunque ha dicho que lo ideal sería proceder en un periodo no más largo que un mes.

La Comisión de Seguridad Nuclear de Japón ha dicho además que sus cálculos preliminares señalan que la cantidad de exposición externa a la radiación de Fukushima se aprecia ya en ciudades que se encuentran incluso a 60 km de la central. En el radio de 20 kilómetros de zona de exclusión fijado por el Gobierno, la cantidad de radiación varía de uno a 100 milisieverts por hora, mientras que en la zona comprendida entre los 20 y los 30 kilómetros de la central, la cantidad se reduce a niveles inferiores a 50 milisieverts.

En la central se continúa la lucha para contener la fuga de radiación sin éxito. Tras el vertido de agua radiactiva que comenzó el lunes de la semana pasada y ya ha concluido, la la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón ha autorizado este lunes el drenaje de 700 toneladas de agua muy radiactiva que inundan una fosa cercana al reactor 2 de la central, a fin de agilizar los trabajos para restaurar su maltrecho sistema de refrigeración, informa Efe citando a Kyodo. Está previsto que Tepco comience a bombear ese agua para trasladarla a un depósito en el edificio de turbinas de esa misma unidad, con capacidad para 3.000 toneladas de agua, normalmente destinado a convertir en líquido el vapor que origina el reactor.

En principio estaba previsto arrojar al océano 11.500 toneladas, el equivalente a 4,6 piscinas olímpicas, aunque solo una parte, 9.000 toneladas del líquido radiactivo han acabado en el medio natural por ahora. Se trata de una etapa crucial en la lucha de los equipos de emergencia para estabilizar los reactores y detener las emisiones de radiación.

El agua altamente radiactiva -alrededor de 60.000 toneladas- repartida en los edificios de turbinas y fosos subterráneos obstaculiza los esfuerzos para restablecer los sistemas de refrigeración, imprescindibles para reducir el sobrecalentamiento de los reactores, evitar una fusión de las barras de combustible y poner fin a la fuga de radiación. Los técnicos van a tender mangueras para transferirla a las instalaciones de almacenamiento que han sido liberadas con el vertido de líquido menos radiactivo. Este debía haber finalizado el sábado.

Operación delicada

El nivel de agua muy contaminante que llena el túnel de hormigón en el reactor número 2, de los seis que tiene la central, ha subido 12 centímetros desde que el miércoles pasado fue sellada una grieta por la que se filtraba agua al mar, y ya está a solo 92 centímetros por debajo de la línea de suelo. Pero la operación es arriesgada, ya que cualquier fuga en las mangueras implicaría un escape de radiación. Si Tepco no logra arreglar los sistemas de refrigeración, podría verse obligado a soltar más agua contaminada al océano. "No podemos decir cuáles son las perspectivas para la próxima etapa", dijo el domingo Hidehiko Nishiyama, subdirector de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón. "Tan pronto como sea posible, querríamos lograr refrigeración estable y trazar el camino para controlar la radiactividad". Alrededor de 5.000 personas se manifestaron ayer en Tokio contra la energía nuclear.

De forma paralela a las labores de drenaje, los técnicos de Tepco prosiguen con la inyección de nitrógeno en el reactor número 1 para reducir el riesgo de una eventual explosión de hidrógeno. Además, continuan con la instalación de una barrera de acero en una de las salidas próximas al reactor 2 para prevenir que se filtre más agua con material radiactivo al mar.

China y Corea del Sur han criticado la gestión de la crisis atómica por parte del país vecino, hasta el punto de que Seúl le ha llamado incompetente. Dentro de Japón, las críticas han sido también fuertes, aunque tamizadas por el afán de no crear tensión adicional, en medio de los esfuerzos de rescate y reconstrucción del terremoto y el tsunami del 11 de marzo, que causaron 12.985 muertos y 12.809 desaparecidos, incluidos los tres fallecidos en la réplica del jueves pasado, de magnitud 7,1.

Alrededor de 150.000 personas que perdieron sus casas o fueron evacuadas de la zona de exclusión de 20 kilómetros en torno a la central de Fukushima continúan viviendo en condiciones precarias en escuelas, polideportivos y edificios del Gobierno. Unos 250.000 hogares seguían ayer sin agua corriente y electricidad. Algunos llevan sin suministro desde la catástrofe de marzo; otros, desde el temblor del jueves. El primer ministro, Naoto Kan, volvió a visitar la zona devastada. "El Gobierno empleará toda su fuerza para trabajar con vosotros. Nunca os abandonaremos", dijo en Ishinomaki, en la prefectura de Miyagi, una de las más afectadas.

Japón celebró ayer elecciones locales marcadas por la crisis atómica. Shintaro Ishihara, de 78 años, logró su cuarto mandato como gobernador de Tokio. Ishihara fue muy criticado el mes pasado cuando dijo que el terremoto y el tsunami eran un "castigo divino", que debía ser utilizado para lavar el egoísmo de los japoneses. Luego se disculpó.

Varios ramos de flores descansan sobre las ruinas del lugar donde antes estaba la escuela elemental Okawa, en Ishinomaki, Miyagi. Según los últimos datos, 13.116 personas han muerto hasta la fecha por el terremoto y posterior tsunami.
Varios ramos de flores descansan sobre las ruinas del lugar donde antes estaba la escuela elemental Okawa, en Ishinomaki, Miyagi. Según los últimos datos, 13.116 personas han muerto hasta la fecha por el terremoto y posterior tsunami.YASUYOSHI CHIBA (AFP)

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