Suenan de nuevo las baterías antiaéreas en Trípoli
Comienza la cuarta noche de bombardeos a objetivos de Gadafi.- Jornada de duros enfrentamientos entre tropas leales y rebeldes en Ajdabiya.- Los tanques del dictador abren fuego contra la población en Misrata y dejan 40 muertos.- Un F-15 estadounidense cae sobre suelo libio tras un aparente fallo mecánico.- Más de 320.000 desplazados según la ACNUR
Las baterías antiaéreas han comenzado a escucharse de nuevo, tras una fuerte explosión en Trípoli, en la cuarta noche de bombardeo aliado a objetivos del líder libio Muamar el Gadafi, quien sigue desafiante al no cumplir el alto el fuego que pide la comunidad internacional. Primero se ha oido una fuerte explosión, seguida de la batería antiaérea, que de momento no ha causado graves daños a las fuerzas de la coalición.
Pero la intervención militar aliada en Libia, que comenzó el pasado sábado, no ha logrado frenar por el momento la ofensiva de Gadafi sobre las ciudades que se mantienen bajo control rebelde. Las fuerzas leales al dictador han retomado este martes a primera hora el ataque sobre Misrata, tercera ciudad del país al este de Trípoli. Tanques y artillería pesada se han desplegado en los alrededores de este enclave y han comenzado a disparar contra objetivos rebeldes causando también víctimas civiles. Ayer, los aviones británicos suspendieron un bombardeo en la zona por la presencia de civiles forzados como escudos humanos.
La zona de exclusión aérea se extiende hacia el oeste
La ofensiva de Gadafi en Misrata está provocando justo lo que pretende evitar la coalición internacional: bajas civiles. Los bombardeos aliados han forzado a las fuerzas gubernamentales a moverse al interior de la ciudad para evitar ser blanco fácil de los aviones occidentales. Al menos 40 personas han muerto entre ayer y hoy en la ciudad sitiada. Entre las víctimas hay cuatro niños que huían esta mañana de los combates en un coche que ha sido reducido a escombros por los proyectiles del régimen, según ha relatado un residente de Misrata a la agencia Reuters.
Los médicos no dan abasto. Atienden a los heridos en los pasillos del hospital de Misrata, colapsado por el flujo constante de víctimas de los combates. "Es una situación catastrófica", ha explicado este testigo. "Los tanques han empezado a lanzar sus obuses esta mañana". "Francotiradores también participan en la operación. Un coche con niños en su interior ha sido alcanzado. Ninguno de los menores sobrepasaba los 13 años", ha explicado. "Reclamamos a las organizaciones humanitarias a que intervengan tan pronto como sea posible para suministrar alimentos y medicinas".
Un portavoz de los rebeldes que gobiernan la ciudad ha explicado que la situación se agrava por la escasez de médicos. "No hay suficientes camas. No hay habitaciones, por lo que la mayoría de las operaciones se llevan a cabo en los pasillos". El portavoz de los rebeldes ha asegurado que las fuerzas gubernamentales han llegado a disparar contra tres ambulancias, matando a dos conductores.
La entrada de los blindados provocó ayer que muchas personas salieran a la calle para hacer frente a los militares de soldados, quienes dispararon contra la multitud según testigos citados por Reuters y France Presse.
Un F-15 en apuros
Por otra parte, un avión estadounidense que participaba en la operación militar se ha estrellado esta pasada madrugada en suelo libio, según ha informado hoy el diario británico Daily Telegraph. El caza, un F-15, habría sufrido un fallo mécanico y uno de los dos pilotos ha sido rescatado por los rebeldes libios, según informa este periódico. Horas después, el portavoz del mando militar estadounidense en África (Africom), Vince Crawley, ha descartado que el avión hubiera sido derribado por las defensas del régimen. Poco después, fuentes militares de EE UU han informado del hallazgo del piloto desaparecido.
Los militares aliados están actuando en un reducido perímetro de acción. La coalición atacó ayer a fuerzas terrestres del régimen activas en la zona de Ajdabiya y, ya de noche, volvió a disparar contra objetivos en Trípoli, pero evitó a lo largo del día ampliar el espectro de los objetivos.
Además de los ataques en Misrata, el otro punto de serios combates es Ajdabiya. Según la cadena Al Yazira, después de un día de duros combates, los rebeldes que perdieron el control de la ciudad la semana pasada no han conseguido avanzar hoy en sus posiciones porque las tropas leales todavía les superan a pesar de los bombardeos aéreos de la coalición occidental.
Los combatientes insurgentes se encuentran a unos cinco kilómetros de la ciudad, que se encuentra en el punto de entrada a la zona este del país, cerca de Bengasi. Además, los combatientes antigubernamentales aseguraron que los bombardeos están inutilizando el armamento de Gadafi, aunque sus fuerzas siguen suponiendo una fuerte amenaza. "Gadafi tiene tanques y camiones con misiles", ha explicado Ahmed al Aroufi, un rebelde que se encuentra en la línea del frente.
La televisión catarí ha mostrado imágenes de negras columnas de humo elevándose en la parte oriental de la ciudad, donde se han producido los choques más fuertes, según su corresponsal. Ajdabiya es una enclave estratégico para el control de la zona este del país ya que conecta con Bengasi y por otra carretera con Tobruk, cerca de la frontera con Egipto.
Las fuerzas leales a Gadafi también han bombardeado la ciudad de Zintan, 140 kilómetros al suroeste de Trípoli, destruyendo varias casas y el minarete de una mezquita, según han informado dos testigos a Reuters, que han asegurado que los residentes de esta localidad se han visto obligados a refugiarse en varias cuevas de las montañas próximas a la localidad. Varios residentes hablan de al menos 10 muertos por el bombardeo. "Se han enviado nuevas fuerzas a asediar la ciudad. Ahora hay al menos 40 tanques en las faldas de las montañas cercanas", ha añadido. El periodista suizo Gaetan Vannay ha indicado por teléfono que el bombardeo de este lunes ha sido el más intenso de los últimos tres días. "Hoy esta muy dura batalla ha empezado en el frente oriental. Las mujeres y los niños se han escondido en las cuevas en los bosques", ha relatado.
Según María Jesús Vega, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) en España, unas 325.000 personas han huido de Libia a países como Túnez y Egipto desde mediados de febrero como consecuencia de las revueltas en el país norteafricano. Concretamente, ACNUR ha especificado a Europa Press que "165.000 personas han huido a Túnez, casi 140.000 a Egipto, más de 9.000 a Argelia y unos 6.000 a Níger". Vega ha comentado que "el alto comisionado sabe que hay grupos de desplazados en el interior del país y que la situación de inseguridad que está viviendo Libia impide que las organizaciones humanitarias puedan hacer una valoración fiable".
Tres noches de bombardeo aliado
El objetivo de la misión -a la que España incorporó ayer sus primeros aviones- marcado por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU es simplemente proteger a los civiles de los ataques de las fuerzas del régimen. La estrechez del mandato y la fragilidad del consenso político subyacente a la misión impiden una interpretación extensiva de la operación.
Los aliados centraron sus primeros ataques especialmente en las posiciones fijas de defensa antiaérea libia, para poder patrullar los cielos sin amenazas pendientes. Ahora las defensas aéreas fijas están aniquiladas, y aunque es posible que el régimen conserve las móviles, estas no representan una gran preocupación para la coalición. Por tanto, ahora los ataques parecen centrarse en las fuerzas terrestres del régimen en acción; y centros operativos estratégicos -como las estructuras bombardeadas en el recinto del dictador en Trípoli-, para aislar o decapitar las estructuras de mando.
Los militares aliados están actuando en un reducido perímetro de acción. La coalición atacó ayer a fuerzas terrestres del régimen activas en la zona de Ajdabiya y, ya de noche, volvió a disparar contra objetivos en Trípoli, pero evitó a lo largo del día ampliar el espectro de los objetivos. La capital ha vivido su tercera noche de bombardeos, que comenzaron poco después de las nueve de la noche.
Se escucharon explosiones, que según France Presse volvieron a tener como objetivo el complejo presidencial de Gadafi y una base de la Marina libia a 10 kilómetros de la ciudad, seguidos de los disparos de las baterías antiaéreas. Un par de horas más tarde, la cadena de televisión Al Yazira informaba de que las fuerzas de la coalición habían atacado los radares fijos en dos bases aéreas de Gadafi al este de Bengasi.
Las fuerzas de Gadafi, limitadas
Este cuadro general significa que la coalición ya ha logrado limitar poderosamente el margen de acción de las fuerzas de Gadafi, pero el nivel actual de presión no parece suficiente como para provocar entre sus filas una desbandada que deje desnudo al régimen. Las fuerzas rebeldes tendrán probablemente que luchar para ganar terreno.
La relación militar entre aliados y rebeldes es naturalmente un aspecto clave de la campaña. Un portavoz rebelde afirmó por la mañana que había contactos entre las partes, "para señalar a la coalición la ubicación de las fuerzas leales al régimen". Sin embargo, el general Ham negó que hubiese cualquier tipo de comunicación, "formal o informal", con los rebeldes. Ham también excluyó tajantemente que hubiese fuerzas especiales de la coalición en el terreno. Su presencia sería útil para la recolección de información sobre el terreno y para aconsejar la acción de los rebeldes, pero sería una verdadera bomba política, y la misma oposición libia rechaza la opción.
La aniquilación de las defensas antiaéreas y la llegada de nuevos aviones militares permitió ayer extender hacia el oeste la zona de exclusión aérea, que cubre ahora un millar de kilómetros de la costa libia. Unos 80 aviones salieron ayer para patrullar la zona, más de la mitad de ellos pertenecientes a fuerzas armadas europeas. Aviones canadienses y belgas se sumaron a las operaciones.
Por su parte, los embajadores de la OTAN reunidos esta mañana en el cuartel general de la Alianza en Bruselas han dado finalmente luz verde al embargo naval de armas a Libia, según han informado fuentes diplomáticas en la capital comunitaria.
En este sentido, el portaviones francés propulsado por energía nuclear Charles de Gaulle tiene prevista su llegada hoy a las costas de Libia procedente del puerto de Tolón. La flotilla de fragatas que le acompaña y su dotación de aviones de caza volverán mucho más operativa la acción militar francesa.
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