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El ala izquierda del PT critica la política de austeridad de Rousseff

La presidenta brasileña ha recortado el presupuesto en 21.800 millones de euros

La política económica de austeridad de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, no le gusta al ala izquierda del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), a la que tampoco le gustó nunca la política del anterior mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

Para hacer frente a la inflación y la deuda astronómica del Gobierno, Rousseff ha decidido recortar el presupuesto para este año en 50.000 millones de reales (21.800 millones de euros). Además, no ha puesto cortapisas al alza de las tasas de interés, de las más altas del mundo.

La izquierda del PT nunca vio con buenos ojos la política neoliberal del exsindicalista Lula, que al llegar a la presidencia, en 2003, siguió paso por paso la política económica de su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, y se ha levantado ahora en armas contra Rousseff.

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Las críticas a las medidas de austeridad de la presidenta han llegado de líderes de la izquierda del PT, como su presidente, José Eduardo Dutra; el exministro José Dirceu, el diputado Raul Pont y el asesor y fundador del partido Wladimir Pomar, así como de los movimientos sindicales allegados al partido, como Arthur Henrique, presidente del principal sindicato, la Central Única de Trabajadores (CUT).

"Superar la miseria significa, en términos bien claros, elevar el poder de consumo de algunos millones de brasileños", afirmó este lunes Pomar. El Partido Comunista de Brasil (PC do B), aliado del Gobierno y en sintonía con la izquierda del PT, también ha sido tajante. Por boca de Altamiro Borges, miembro del Comité Central, ha divulgado un artículo en el que afirma que "las viejas tesis ortodoxas han vuelto a ganar fuerza en el Palacio [de Planalto, sede de la Presidencia], bajo el mando del poderoso ministro de la Casa Civil, Antonio Palocci".

Palocci fue ministro de Economía de Lula y el artífice de su política económica, que sorprendió a la opinión pública con su distanciamiento de las tesis más ortodoxas de la izquierda de su partido. Palocci es hoy, por petición expresa de Lula, el gran coordinador político del nuevo Gobierno de Rousseff, que en política exterior se ha distanciado visiblemente de su antecesor, pero sigue fielmente sus pasos en la económica.

Rousseff, como Lula y como anteriormente Cardoso, está convencida de que una inflación desbordada es la mayor enemiga de los más pobres. Mientras el lema del Gobierno de Lula era "el Brasil de todos", el de Rousseff es "un país rico es un país sin pobres". Y para ello es preciso, asegura, controlar a cualquier precio la inflación y el gasto público inútil.

Dilma Rousseff, en un acto en febrero de 2011.
Dilma Rousseff, en un acto en febrero de 2011.EFE

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