14 fotosLos niños surfistas de BurehEn las playas de Sierra Leona, un grupo de jóvenes y adolescentes han adoptado el surf como forma de vida. Quieren llegar a los Juegos Olímpicos 24 nov 2017 - 08:01CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceDaniel, uno de los veteranos surfistas, enseña al benjamín del grupo algunos trucos antes de que este entre en el mar.Jhon se entrena en el gimnasio improvisado que hay detrás de una de las cabañas donde hace cinco años montaron su club de surf. Es uno de los primeros que se lanzó al mar para empezar a realizar este deporte. Su nombre es uno de los que más suena para acudir a los Juegos Olímpicos.Otro surfista, Samuel, se despierta de la siesta. Duerme en una pequeña tienda de campaña en la playa, junto al enclave deportivo. Sheriff prepara el desayuno para los extranjeros que están en el campamento de surf. Los jóvenes se ganan la vida atendiendo a clientes en sus instalaciones. En sus ratos libres, practican surf. Tabla con el menú de comidas que se sirve en el club surfista. El club comenzó a tomar forma cuando un irlandés llamado Shane O´Connor que trabajaba para Unicef donó varias tablas de surf y materiales a ese poblado de 300 personas.Todas las mañanas, los jóvenes de Bureh Beach preparan la playa para empezar el día. Mientras que Sheriff se encarga del desayuno, otros limpian la arena. Sheriff observa el pescado que le han traído para cocinar. Los jóvenes de esta aldea descubrieron el surf gracias a Olivier, un piloto francés que cada año intentaba acudir allí a practicar este deporte y acabó regalándoles la primera tabla.Kadiatu, alias 'KK', es la única chica surfera del grupo. En la imagen observa una de las tablas que luego usará para surcar las olas. Es la más firme candidata a representar a su país en los próximos Juegos Olímpicos. Los niños la observan con admiración desde la arena.Samuel observa el mar antes de decidirse a navegar. KK en el mar. Cada ola es un entrenamiento para esta chica que sueña con ser olímpica. Uno de los chicos se ducha con agua del pozo que tienen en sus instalaciones. Las cabañas las construyeron con la ayuda de la ONG alemana Welt Hunger Hilfe, que trabaja para erradicar el hambre en países en desarrollo.Una vieja tabla partida decora la ducha que utilizan los turistas.El gallo ejerce de despertador de los vecinos de Bureh Beach. En total son 19 los jóvenes que viven y trabajan en el club surfero, aunque ya hay nuevas generaciones que les piden que les enseñen a surcar las olas.Empieza un nuevo día en Bureh Beach.