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LECTURAS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Guía literaria para un posparto gozoso

Frente a los típicos libros de autoayuda, las autoras proponen novelas que provoquen en madres recientes una reflexión real sobre el significado de la maternidad

Una madre con su bebé.
Una madre con su bebé.Getty

Muchas mujeres al parir quedamos aterrorizadas, paralizadas por el miedo. Al contrario de lo que proclaman las revistas femeninas y anuncian los medios, es un pavor que poco tiene que ver con las estrías, los pechos caídos o nuestra figura.

Muchas de nosotras la primera vez que tenemos a nuestra criatura en los brazos lloramos porque tememos desaparecer, tenemos miedo de que el peso de la responsabilidad y de la vida que tenemos en el regazo nos desdibuje hasta que no existamos más.

Horas baldías, horas en blanco, horas perdidas cada día mientras das pecho, acunas, insomne por sus ruiditos... No sabemos darle significado y profundidad a todo eso. ¿Dejaremos que pase sin más? Hemos dado a luz a una nueva vida, es algo importante, trascendente y lo hemos hecho nosotras. Queremos pensar en ello. Lo necesitamos.

A veces alguien nos regala uno de esos libros superventas de autoayuda para mamás (Quiérele, Bésale, Duérmele, Estrangúlale, o lo que sea...) y lo devoramos, tal vez. Tal vez no está mal. Tal vez nos ayuda. Sobre todo, nos acompañan en la obsesión. Porque ese cambio que ha sobrevenido en nuestra vida es tan profundo que necesitamos pensar en ello, que nos hablen de ello. Casi cualquier cosa nos sirve, cualquier folleto, cualquier libro.

Pero no nos conformemos. No te conformes. No queremos libros de autoayuda, queremos literatura. Queremos buena literatura. Proponemos transformar el posparto en un proceso renovador y gozoso. Para ese viaje recomendamos leer libros que provoquen una reflexión real sobre nosotras, recién paridas.

Aquí os ofrecemos una guía literaria con novelas o textos autobiográficos que van más allá de los tópicos, que quitan culpas, que añaden matices y, en definitiva, que pretenden ayudarnos a no desaparecer detrás de la maternidad institucional o las estrías.

Relatos que nos empujen a gozar del proceso, intenso e interno, del que somos protagonistas.

Vamos allá:

1. Especialmente pensado para puérperas primerizas, que ven que el mundo que conocían se desmorona con la llegada de las criaturas, que no todo es de color rosa y que el traje de madre aprieta: ¡Ay, Madre!, de Arantxa Iturbe, (Alberdania, 1999) y El bebé, de Marie Darrieussecq (Anagrama, 2004).

2. Mary Westmacott es el seudónimo que escogió Agatha Christie para poder publicar novelas que no fueran policíacas. En la novela Una hija es una hija (Grijalbo, 1989), esta genial autora plantea el conflicto de seguir siendo mujer, además de madre.

3. Colette escribió una oda a su madre, la mujer que la amó y la apoyó siempre, a pesar de llevar una vida fuera de la norma, digamos. La novela corta Sido (Bruguera, 1980) es autobiográfica y un placer para los sentidos.

4. Sobre las relaciones entre madres e hijas, en ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, Jeanette Winterson (Lumen, 2011) cuenta su relación con la señora Winterson, su particular y aterradora madre adoptiva, y en Zenzele. Carta a mi hija, J. Nozipo Maraire (Grijalbo, 1998) escribe a esa hija que crece y se aleja, que ya no se puede retener y se adentra en un mundo que la madre ve como otro planeta.

5. En Las hijas de Hanna (Emece, 1994), Marianne Fredriksson estudia la genealogía femenina de una familia sueca, para poner en valor el trabajo de las mujeres y la importancia de conocer la historia familiar propia para avanzar.

6. Si conseguimos superar el prejuicio que pesa sobre la literatura femenina, hay dos novelas clásicas imperdibles que analizan extensamente el vínculo entre madres e hijas. Son Mamá, de Joyce Carol Oates (Punto de Lectura, 2005) y El club de la buena estrella, de Amy Tan (Tusquets, 1990).

7. En Una cocina a prueba de ratones, de Saira Shah (Salamandra, 2014), y La niña de oro puro, de Margaret Drabble (Sexto Piso, 2015), tenemos dos historias de alto contenido emocional, llenas de ternura y sabiduría, que narran lo que sucede cuando las cosas no salen como se esperaba.

8. Para saber más sobre la forma de traer hijos al mundo, sobre el arte de parir, la vida de las parteras y la trasmisión de esos saberes, hasta el nacimiento de la ginecología y la obstetricia, La casa de la luna, de Ami McKay (Planeta, 2012) y ¡Llama a la comadrona!, de Jennifer Worth (Lumen, 2012).

9. Una de las novelas de este año es sin duda Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff (Errata Naturae & Periférica, 2016), la historia de una mujer poderosa que tuvo tres hijos y muchos placeres al alcance de la mano, una madre que vivió intensamente la vida, sin culpas de ningún tipo, hasta que la guerra acabó con la ilusión y el deseo.

Bola extra:

10. No hace falta ser aficionada al cómic para poder disfrutar con estas dos novelas gráficas: ¿Eres mi madre? (Mondadori, 2012), donde Alison Bechdel desmenuza los matices de la relación con la suya, y ¿Podemos hablar de algo más agradable? (Mondadori, 2015), donde Roz Chast narra en primera persona la vulnerabilidad, la dependencia y la ambivalencia de sentimientos que envuelve todo el universo de los cuidados.

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