Bertín Osborne, un señorito andaluz
Es simpático y triunfa en la televisión. Este año además de ser el presentador de uno de los programas estrellas de TVE presentó su último disco 'Crooner'
Es simpático y triunfa en la televisión. Es también el prototipo del señorito andaluz aunque trabaja más de lo habitual entre sus congéneres. Pese a todo, Bertín Osborne mantiene puntos en común con esa burbuja aristocrática: en 2003 fue condenado a pagar 900.000 euros y a un año de cárcel por intentar engañar a Hacienda. Naturalmente no ingresó en prisión por ser la primera condena algo que, por ejemplo, no evitó Josefa Hernández, la abuela de Fuerteventura, condenada a seis meses por ampliar su modesta casa aunque cuatro días después quedó suspendida la sentencia. Que se note que hay clases. En España si no has defraudado al fisco no eres nadie.
Lo cierto es que Bertín es el responsable de que TVE se apuntara un gran tanto con En la tuya o en la mía, esa charla de andar por casa en la que se sienta con alguno de sus amigos y con algún embolado que otro. La sinergia lo justifica todo, desde los jurados de MasterChef al presidente del Gobierno que es como de la parrilla. Recibe y visita con la naturalidad que da el saberse miembro de la clase elegida y resuelve las situaciones a base de topicazos y buenas maneras. Ha visitado los palacios y las chozas, y eso se nota. No olvidemos que es el hijo mayor del conde de Donadío de Casasola y que en su día fue representante inmobiliario en Sofico, uno de esos bluf empresariales tan estimados por la clase dirigente.
Naturalmente, el éxito del programa depende de la parte contraria: si el anfitrión es Jesulín de Ubrique, hay tema. Si el invitado es Mariano Rajoy, coge un libro. El subdirector del formato, Javier Ruiz, declaró que “tal vez ese clima de confianza que se genera sea la base para que los invitados se sinceren y confiesen secretos que nunca antes habían contado en televisión. Gracias a este programa hemos descubierto cuándo perdió la virginidad Pablo Alborán, cómo fue la adolescencia gamberra de Pablo Motos, cómo vivió Lolita la muerte de su madre y su hermano o con quién aprendió más sobre sexo Carmen Martínez-Bordiú”. Está claro que no hay peor amigo que un subdirector de formato porque si gracias al programa hemos descubierto cuándo perdió la virginidad Pablo Alborán o quién fue el maestro sexual de la nietísima, algo no funciona en Prado del Rey o dónde se ubique la nomenclatura de los responsables del ente por más que el programa arrase los miércoles. Toda la audiencia que han perdido con los informativos lo están compensando con el sofá de Bertín.
En todo caso, y como todo señorito simpático, Bertín está curtido en mil batallas: ha publicado más 20 discos (en noviembre publicó el último, Crooner), ha presentado docenas de programas, ha hecho anuncios como sex-symbol, vende jamón, tiene un cortijo, seis hijos y sirve lo mismo para un roto que para un descosido, sin olvidar que a los que hace tiempo podríamos viajar con el Imserso nos ha puesto los dientes largos por su juvenil idilio con un bellezón: Taryn Power.
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