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Lupita Nyong’o: “No quiero que la fama distraiga mi oficio”

Un año y medio después de ganar el Oscar, la actriz tiene tres películas pendientes de estreno, además triunfa en el teatro neoyorquino y, por fin, se siente a gusto navegando en la fama

La madre de Lupita Nyong’o tenía “una pizarra de los sueños” colgada en la pared de su casa en Kenia. Lupita, sus cinco hermanos (ella es la segunda) y sus padres escribían en ella “sus sueños a corto, medio y largo plazo”. “Recuerdo que uno de los de que mi madre escribió era traernos a París, pero nunca a California, nunca lo cumplimos”, cuenta la actriz, de 32 años, sentada en el hotel principal del parque temático estadounidense. “Hasta hoy: era el sueño de mi madre traernos aquí y ahora me muero de ganas de ir a comprarme mis orejas de Mickey”.

La actriz Lupita Nyong' o, en la alfombra roja del Festival de Cannes.
La actriz Lupita Nyong' o, en la alfombra roja del Festival de Cannes.cordon press

No hay una, sino tres razones para que la oscarizada intérprete esté sentada en el mundo de Disney en Los Ángeles. Después de un año y medio sin estrenar película, el tiempo trascurrido desde que ganó la dorada estatuilla en 2014, la actriz nacida en México, criada en Kenia y residente en Brooklyn (Nueva York) tiene tres películas pendientes con la casa de Walt Disney. Star Wars: El despertar de la Fuerza será la primera en ver la luz el próximo mes de diciembre, y también la más grande de su carrera. A una de las cintas más esperadas del año, le seguirán la adaptación al cine de El libro de la selva y la historia real de la campeona de ajedrez ugandesa, Phiona Mutesi, en Queen of Katwe.

“La gente habla de la bendición y maldición que es ganar un Oscar y creen que para mí ha sido una maldición porque no he estrenado una película en todo este tiempo, pero es que estaba haciéndolas”, dice riéndose. En los seis meses previos a aquella famosa ceremonia en la que ganó el Oscar por su primer papel en el cine gracias a su interpretación en 12 años de esclavitud, Lupita Nyong’o se paseó por 66 alfombras rojas, con sus respectivos 66 estilismos que la convirtieron en la estrella más fulgurante y rápida vista nunca en Hollywood. “Cuando acabó la campaña, me fui a Madrid y no me cambié de ropa en cinco días, y dormí durante cinco días seguidos. Para mí era muy importante reencontrarme. Necesitaba un descanso, hay que tomarlos de vez en cuando aunque tengas grandes sueños y grandes objetivos”, explica.

Quizá sea por aquella pizarra, pero a Lupita Nyong’o le encanta hablar de sueños. Lo hizo en su discurso de los Oscar y lo hace ahora. Aunque el de ser actriz jamás lo verbalizó hasta que trabajó como asistente de producción en El jardinero fiel (2005) y Ralph Fiennes le preguntó a qué se quería dedicar. “No creo que llegara a poner en la pizarra que quería ser actriz. Y desde luego jamás puse nada relacionado con Star Wars, aunque me encantaba ya de niña por la diversidad de personajes, porque reflejaba mi realidad. Sí recuerdo que escribía que quería unos zapatos nuevos, un jardín de rocas y una piscina, que nunca tuve”, se ríe.

Cálida y muy educada, Nyong’o ríe mucho hasta que las entrevistas profundizan en lo personal. Entonces se endurece un poco, sin perder afectuosidad, pero solo porque decidió desde el principio que quería mantener una separación muy clara entre la fama, el trabajo y su vida, cuando la campaña incansable y casi militar, como la definieron en The New York Times, que hizo en 2014 la convirtió en una celebridad por su estilo antes que por su talento. Tuvo su lado positivo: consiguió un contrato con Lancôme que ahora le da la tranquilidad económica para hacer solo películas que le interesan. Pero también su anonimato desapareció y la industria la colocó en un lugar rodeado de altas expectativas.

“Ahora soy más consciente de dónde estoy y ya no vivo en shock constante. Estoy más acostumbrada al hecho de que gané un Oscar por ejemplo”, vuelve a reír. “Mi vida por fin es más normal, es más fácil, porque he tenido tiempo y otras oportunidades, otros retos, otras cosas en que pensar, otras experiencias como actriz también. Sigo desarrollándome cada día, pero me siento mucho más cómoda en mi piel y en la situación a la que he llegado”.

Estrenar las tres películas que ha rodado en este tiempo la ayuda en su camino, pero también el éxito que ha tenido en off-Broadway con la obra Eclipsed. Después de colgar el cartel de completo cada noche durante dos meses y recibir excelentes críticas por su interpretación de una mujer cautiva en la guerra de Liberia, saltará a Broadway en 2016.

Si algún día temió que la fama sería contraproducente para su carrera como actriz, esta vuelta a las tablas tras sus estudios en Yale le ha hecho darse cuenta de que su talento ha salido ganando. “Sé que la moda, las alfombras y las revistas son una parte fundamental de mi trabajo y a eso me refiero precisamente cuando digo que me siento más cómoda porque ahora reconozco mi trabajo como actriz, mi trabajo como celebrity y mi trabajo como embajadora de WildAid”, explica. “Tengo diferentes papeles en mi vida y todos siguen expandiéndose en paralelo. Pero ahora siento que me conozco. Conozco la versión de mí que es una celebridad y puedo pasar con más facilidad de una a otra. También está mi yo privado. Y tengo que cuidar de todas ellas”.

Y a todas, asegura, las valora por igual. O casi. “La gente va a responder de formas muy distintas a lo que hago, pero es importante entender que cada parte de mí tiene un poder y una oportunidad. Y es importante que la fama no distraiga mi oficio, la interpretación, porque es lo más sagrado para mí. Tengo que dejarle espacio porque eso es lo que hace posible el resto. Nadie estaría interesado en mí si en primer lugar no fuera una actriz”.

UNA PIRATA DE MIL AÑOS

‘El despertar de la Fuerza’ transcurre 30 años después del final de ‘El retorno del jedi’. Algunos seguidores del Imperio lograron reagruparse al finalizar la batalla de Endor y han creado una nueva resistencia. Son la Primera Orden y esperan restaurar el Imperio. Entre los personajes que juegan a dos bandos está el de Maz Kanata, una pirata con más de 1.000 años a sus espaldas, y a la que da vida Lupita Nyong’o. Kanata, una criatura generada por ordenador, se dejará ver por un castillo que huele a trasunto de la taberna de Mos Eisley. J. J. Abrams, el cerebro urdidor de la nueva película, contaba en ‘Entertainment Weekly’: “Fue una pirata muchos años. Ha vivido durante más de mil años”. Y añadía: “Se ha estado ocultando a plena vista todo el tiempo”. Para Abrams la frase que dice en el tráiler de la película revela más sobre el personaje de Nyong’o de lo que inicialmente se pensaba: “He vivido lo suficiente para ver los mismos ojos en diferentes personas. Veo tus ojos. Conozco tus ojos”.

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