5 fotosLa vida desde la montañaPersonas desplazadas por la guerra y migrantes de bajos recursos encuentran en el municipio de Soacha, al sur de Bogotá, un nuevo lugar donde comenzar a vivir de nuevos 31 oct 2015 - 05:24CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceSoacha está compuesto por seis comunas en área urbana y dos corregimientos en área rural. Estos conforman cerca de 400 barrios, de los cuales 50 son asentamientos no legalizados y sin titulación, con un alto riesgo sismológico y precario acceso a servicios públicos asistenciales como agua, alcantarillado y energíaCAMILO ROZOMartin Gottwald, representante en Colombia de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aseguró que de acuerdo a un reciente informe de la Contraloría General de la Nación, el 80% de los desplazados están en la línea de la pobreza y el 30% en estado de indigencia. “Esto se debe a la falta de coordinación entre autoridades locales y centrales para hacer acompañamiento a los desplazados bajo el sistema que el Estado tiene para ayudarlos de forma duradera”CAMILO ROZOEn 2013, según el Registro Único de Víctimas, el 23% de la población de Altos de la Florida se encontraba registrada oficialmente como desplazada. El 41% de la población total son menores de 18 años. El 51% son hombres y el 49% son mujeres. El 0,4% es población indígena y el 0,7% es población afrodescendienteCAMILO ROZOGottwald, de ACNUR, asegura que es bajo el porcentaje de personas desplazadas que pueden retornar a las zonas de donde fueron sacados a la fuerza. Falta, según él, mecanimos que les garanticen la no repetición, seguridad y oportunidades. Además, señala que aún existe mucha desconfianza a las instituciones por lo que hay un subregistro de víctimas del desplazamientoCAMILO ROZOEn la Unidad de orientación y atención a víctimas de Soacha, se atiende en promedio a 200 personas a diario. Desde antes de las seis de la mañana esperan por un turno para tramitar documentos que acrediten su condición de desplazado y presentan certificados para recibir ayudas. Algunos se quejan de las largas esperas y, algunas veces, de la falta de claridad en la informaciónCAMILO ROZO