Lo que no dicen los presupuestos: la I+D crece solo un 0,36%
El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes día 31 de julio el proyecto de Presupuestos para 2016. Aparentemente trae algunas noticias positivas como, por ejemplo, el aumento del 3.8%, sobre el presupuesto del año 2015, del gasto social (pensiones, ayudas a familias, gasto en dependencia, fomento de empleo y becas, etc) y la subida del 1% del sueldo de los funcionarios, además de la recuperación de la paga extra de 2012, y el aumento de la oferta de empleo público. En este contexto, el Presidente Rajoy anunció que aumentarán las inversiones en infraestructuras y en I+D.
Sin embargo, una vez publicados los datos de la inversión en I+D en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016 por parte de la Secretaría de Estado del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas para su tramitación parlamentaria, estos merecen ser analizados con detalle. La Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) ya tiene una dilatada tradición en analizar los datos publicados por el gobierno en su informe anual, que mide el alcance de estos presupuestos.
La sensibilidad de nuestros políticos hacia el sistema de ciencia y tecnología hace que se dediquen dos centésimas más del total de los presupuestos
Este análisis pormenorizado nos lleva a mantener la preocupación existente actualmente por nuestro sistema de ciencia y tecnología. En cifras globales el presupuesto de I+D+i para 2016 aumenta en 23,1 millones de euros, lo que representa un incremento del 0,36% con respecto al año anterior. En otras palabras, el aumento total en los presupuestos del Estado hace que pasemos del 1,456% en 2015 al 1,473% para el próximo ejercicio económico. Es decir, que la sensibilidad de nuestros políticos hacia el sistema de ciencia y tecnología de España hace que se dediquen dos centésimas más del total de los presupuestos.
Visto objetivamente, se podría pensar que, al fin y al cabo, se han incrementado en 23,1 millones de euros, lo cual es un dato positivo. Sin embargo, es preciso recordar que nuestro sistema de I+D+i en España ha sido, sin duda, uno de los más perjudicados durante la crisis. Esto se entenderá fácilmente si se considera que los datos presupuestados para 2016 representan el 66% de los recursos dedicados en el año 2009 – el techo histórico – y el 75% de lo dispuesto para el año 2011, el último de la pasada legislatura. Estos datos hacen imposible una convergencia hacia la media europea, de la que nos aleja progresivamente.
Los datos presupuestados para 2016 representan el 66% de los recursos dedicados en el año 2009
Un dato positivo dentro de estos presupuestos es el hecho de la propia distribución de los mismos. En este sentido, las cifras globales de la Política de Gasto en 2016 han sido mejoradas. El total presupuestado se divide en las denominadas “operaciones no financieras” (capítulos 1 a 7), o sea, las subvenciones del Estado, y las “operaciones financieras”, o sea, los préstamos del Estado que es preciso devolver en tiempo y forma. Ambas partidas se subdividen, a su vez, en investigación civil e investigación relacionada con la defensa. No es preciso aclarar que, por su naturaleza, las operaciones financieras se quedan en gran parte sin ejecutar año tras año, por lo que, también en gran parte, no repercute en el sistema de I+D+i. La novedad en este nuevo ejercicio presupuestario radica en que los fondos no financieros aumentan en 269,64 millones de euros mientras que los financieros disminuyen en 246,54 millones de euros. Este descenso es tres quintos en fondos civiles y dos quintos en fondos para la Defensa.
Hay que señalar, también, que de los OPI (Organismos Públicos de Investigación), solo el CSIC ve aumentado sus recursos, mientras que la mayoría del resto de OPIs ven reducidos sus recursos, si bien en cantidades menores.
Los recursos dedicados a formación de personal, en particular de doctorandos, se mantiene en cantidades muy reducidas
Un último aspecto ciertamente preocupante es el dato de los recursos dedicados a la formación de personal, en particular de doctorandos, que se mantiene en cantidades muy reducidas como en años anteriores, observándose incluso un pequeño descenso de 218.000 euros. En este sentido, el notable envejecimiento de plantillas y la falta de inversión en recursos humanos y su formación están conduciendo al sistema de I+D+i a un callejón sin salida de difícil recuperación y cuyo resultado repercutirá negativamente en nuestros jóvenes y en nuestro sistema de ciencia y tecnología.
En resumen, una vez más, nuestros responsables políticos siguen sin ver la I+D+i como un verdadero motor de la economía y el progreso. Sigue faltando una política decidida hacia adelante que nos aproxime hacia los países tecnológicamente más avanzados de Europa. Este ritmo de incremento de los Presupuestos Generales del Estado para I+D+i, este año del 0,36%, decididamente nos aleja cada vez más del cambio del ladrillo por neuronas.
Nazario Martín es presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.