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Jiro Taniguchi retrata la sencillez de las cosas importantes

El dibujante japonés relata con dibujos precisos historias sólo aparentemente sencillas

Guillermo Altares
Viñetas de 'El caminante'.
Viñetas de 'El caminante'.Jiro Taniguchi

En alguna de las historias más bellas del dibujante japonés Jiro Taniguchi (Totori, Japón, 1947), el lector tiene la sensación de que no está ocurriendo nada. Y, sin embargo, no puede dejar de leer. El gourmet solitario relata las experiencias de un viajante de comercio en los diferentes restaurantes que visita durante sus desplazamientos de trabajo. En la mayoría de los casos no va más allá de una apasionante lección de comida japonesa en la que Taniguchi se limita a describir el menú hasta el mínimo detalle. Los años dulces narra en dos tomos la inesperada amistad entre un profesor y una antigua alumna, con la que se encuentra por casualidad muchos años después. El caminante, que Ponent Mon acaba de reeditar en un volumen, es todavía más sencillo: describe a un individuo que camina, muchas veces al azar, por diferentes lugares. El protagonista decide tumbarse bajo un árbol en flor o charla con una mujer desconocida en una playa en una pequeña ciudad japonesa. Con estos elementos, Taniguchi construye sus historias a través de unas viñetas perfectas que dejan todo el protagonismo al dibujo.

Tal vez sea la calidad extraordinaria de sus trazos o la sensación de que uno está contemplando la vida, sin artificios, sin trucos, con una inmensa complejidad que solo puede describirse a través de esta sencillez, pero hay algo en los tebeos de Taniguchi que enganchan al lector, que le hacen identificarse con sus personajes que, solo aparentemente, no hacen nada. El ritmo sosegado de las andanzas de El caminante o la seriedad con la que el protagonista de El gourmet solitario se toma cualquier menú, por muy anodino que parezca, reflejan una mirada certera sobre las cosas importantes de la vida: un paseo matinal camino del trabajo, una comida en un restaurante popular...

Japonés universal

En una gran exposición que le dedicó el último Festival del Cómic de Angulema se definía a Jiro Taniguchi como "el más transversal y ecuménico" de los dibujantes japoneses por su capacidad para unir diferentes tradiciones de tebeo sin abandonar nunca el manga. El más influyente y leído de los autores nipones en Occidente, su obra es inmensa y muy variada. El caminante (Ponent Mon) es su último libro.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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