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Si la canción se parece: la culpa la tienen las drogas

Robin Thicke y Pharrell Williams se defienden de las acusaciones de plagio que los herederos de Marvin Gaye hacen de su famoso tema 'Blurred Lines'

Pablo Ximénez de Sandoval
Pharrell Williams y, a la derecha, Robin Thicke, en una actuación en Arkansas en junio.
Pharrell Williams y, a la derecha, Robin Thicke, en una actuación en Arkansas en junio.CORDON PRESS

No es que copiara la canción, señoría, es que Marvin Gaye es mi fuente de inspiración, yo estaba muy colocado y, mire, en realidad la compuso otra persona. Así se resume la declaración judicial del cantante Robin Thicke ante un juez federal por un caso de plagio, un documento desmitificador donde los haya. La canción Blurred Lines arrasó el verano de 2013, pero no tardó mucho antes de que los hijos de Marvin Gaye empezaran a decir que se parecía demasiado a Got to Give It Up, un éxito de su padre en 1977. Buen momento para recordar este clásico. Aparte de la sensualidad soul de Gaye, la base rítmica de la canción es contagiosa. Cuando se escucha inmediatamente a continuación de Blurred Lines, se aprecia la similitud.

La respuesta de Thicke y Pharrell Williams, reconocido productor y autor de la repetida canción Happy, a estas acusaciones de plagio fue poner una demanda para defender su trabajo. Pero, como suele ser habitual, el juez les llamó a declarar al juzgado. En el caso que tiene ante sí un juez federal de Los Ángeles figuran, de un lado, tres superestrellas de la música de 2013: Pharrell Williams, Robin Thicke y el rapero T.I. (que en los papeles del juzgado aparece como Clifford Harris Jr.), firmantes de la canción y demandantes. Del otro, Frankie Christian Gaye, Marvin Gaye III y Mona Marvisa Gaye, herederos de la estrella del soul, muerto en 1984 a tiros por su propio padre.

El interrogatorio del juez se produjo el pasado abril. El contenido era confidencial hasta que el lunes por la tarde el testimonio de Thicke fue difundido a la prensa de Los Ángeles. En él revela jugosos detalles de cómo se fabricó aquel éxito. Y que su participación en el mismo se limitó a decir que quería hacer algo como Got to Give it Up. Un día entró en el estudio y, bastante drogado, puso la voz a una canción que Williams ya tenía prácticamente terminada siguiendo sus peticiones.

El cantante admite que cuando se grabó la canción se limitó a poner la voz, que estaba drogado y que el trabajo ya estaba hecho cuando llegó su parte. “Para ser sincero, esa es la única parte en la que… Estaba colocado de Vicodin y alcohol cuando me presenté en el estudio”, dice Thicke en la declaración. “Así que tal como lo recuerdo, cuando hicimos la canción, pensé que yo quería involucrarme más de lo que estaba en aquel momento, nueve meses después se convirtió en un enorme éxito y yo quería el mérito. Así que empecé como a convecerme a mi mismo de que había participado un poco más en ello y yo.. porque no quería que él… yo quería algo de mérito de este gran éxito. Pero la realidad es que Pharrell tenía el ritmo y él escribió casi todas las partes de la canción”.

La declaración, que se puede encontrar íntegra en la red, es tan confusa que el cantante no parece estar en un buen momento. Thicke aclara a los abogados que lleva tres meses sin tomar drogas.

Thicke admite en su declaración que por aquella época empezaba sus mañanas con Vicodin (un analgésico) y un trago de vodka. También revela que estaba borracho durante las entrevistas que hizo de promoción en la primera mitad de 2013 y que ahora los hijos de Marvin Gaye utilizan contra él en el juicio. El 7 de mayo, la revista GQ publicaba una entrevista en la que Thicke decía: “Pharrell y yo estábamos en el estudio y yo le dije que una de mis canciones favoritas de todos los tiempos era Got to Give it Up. Le dije ‘maldita sea, tenemos que hacer algo como eso, algo con ese groove’. Entonces empezó a tocar aquí y allá y literalmente escribimos la canción en media hora y la grabamos”.

Los abogados del cantante exponen como conclusión general que Thicke quería crear una canción que evocara la era musical de Got to Give It Up. Pero Wiliams creó la parte instrumental y la melodía vocal (excepto la melodía de la segunda estrofa) con sus propias ideas e inspiración. Por su parte, Williams admite al juez que él hizo la mayor parte de la canción pero que pusieron a Thicke en los créditos porque quedaba mejor para la promoción.

Durante el interrogatorio a Thicke, el abogado de los Gaye intentó poner una mezcla de las dos canciones grabada por sus clientes para que se vieran las similitudes entre las dos canciones. El cantante le suplica que pare, porque suena “como clavos en una puñetera pizarra”.

El juicio está previsto para febrero de 2015 y el caso por ahora está aún lejos de probar un plagio. Pero lo que sí puede hacer es destruir la imagen de unas superestrellas que quizá nunca debieron meterse en el lío de defender su trabajo en los tribunales.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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